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23 porque el esposo es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24 Así como la iglesia honra a Cristo, así también las casadas deben honrar a sus esposos en todo. 25 Esposos, amen a sus esposas,(A) así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla. Él la purificó en el lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, santa e intachable, sin mancha ni arruga ni nada semejante.

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¡Regocijémonos y alegrémonos y démosle gloria! ¡Ha llegado el momento de las bodas del Cordero! Ya su esposa se ha preparado, y se le ha concedido vestirse de lino fino, limpio y refulgente.» Y es que el lino fino simboliza las acciones justas de los santos.

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Vi también que la ciudad santa,(A) la nueva Jerusalén, descendía del cielo, de Dios,(B) ataviada como una novia que se adorna para su esposo.(C)

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La nueva Jerusalén

Entonces se me acercó uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas finales, y me dijo: «Ven acá, voy a mostrarte a la novia, la esposa del Cordero.»

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17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: «¡Ven!» Y el que oiga, que diga: «¡Ven!» Y el que tenga sed, que venga; y el que quiera, que tome gratuitamente del agua de la vida.(A)

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