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El que guarda el mandato(A) real no experimenta ningún mal(B);
Porque el corazón del sabio conoce el tiempo y el modo de hacerlo.
Porque para cada deleite hay un tiempo y un modo(C),
Aunque la aflicción del hombre sea mucha sobre él.
Si nadie sabe qué sucederá(D),
¿Quién le anunciará cómo ha de suceder?

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