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Me volví otra vez, y vi vanidad debajo del sol. Un hombre está solo, sin sucesor, sin hijo ni hermano. Nunca cesa de trabajar, sus ojos no se sacian de riquezas, ni se pregunta: «¿Para quién trabajo yo y privo a mi vida de todo bienestar?» También esto es vanidad y duro trabajo.

Mejor son dos que uno, pues reciben mejor paga por su trabajo.

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