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Así como no sabes por dónde va el viento, ni cómo se forma el niño en el vientre de la madre, tampoco sabes nada de lo que hace Dios, creador de todas las cosas.

Siembra tu semilla por la mañana, y por la tarde siémbrala también, porque nunca se sabe qué va a resultar mejor, si la primera siembra o la segunda, o si las dos prosperarán.

Muy agradable es la luz, y es bueno que los ojos vean el sol;

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