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11 Echa tu pan sobre las aguas; después de muchos días lo encontrarás.

Divide en siete porciones lo que tienes, y hasta en ocho, porque nunca se sabe qué males pueden venir sobre la tierra.

Si las nubes están cargadas de agua, se derraman sobre la tierra.

Caiga el árbol hacia el norte, o caiga el árbol hacia el sur, en donde caiga se quedará.

El que sólo mira el viento, no siembra; el que sólo contempla las nubes, no cosecha.

Tú no sabes qué camino sigue el viento, ni cómo van creciendo los huesos del niño en el vientre de la mujer encinta, y tampoco entiendes las obras de Dios, que ha creado todas las cosas.

Siembra tu semilla en la mañana, y vuelve a sembrarla en la tarde, pues no sabes cuál de las dos siembras será la mejor, o si las dos serán igualmente buenas.

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