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HAY un mal que he visto debajo del cielo, y muy común entre los hombres:

Hombre á quien Dios dió riquezas, y hacienda, y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea; mas Dios no le dió facultad de comer de ello, sino que los extraños se lo comen. Esto vanidad es, y enfermedad trabajosa.

Si el hombre engendrare ciento, y viviere muchos años, y los días de su edad fueren numerosos; si su alma no se hartó del bien, y también careció de sepultura, yo digo que el abortivo es mejor que él.

Porque en vano vino, y á tinieblas va, y con tinieblas será cubierto su nombre.

Aunque no haya visto el sol, ni conocido nada, más reposo tiene éste que aquél.

Porque si viviere aquel mil años dos veces, si no ha gozado del bien, cierto todos van á un lugar.

Todo el trabajo del hombre es para su boca, y con todo eso su alma no se harta.

Porque ¿qué más tiene el sabio que el necio? ¿qué más tiene el pobre que supo caminar entre los vivos?

Más vale vista de ojos que deseo que pasa. Y también esto es vanidad y aflicción de espíritu.

10 El que es, ya su nombre ha sido nombrado; y se sabe que es hombre, y que no podrá contender con el que es más fuerte que él.

11 Ciertamente las muchas palabras multiplican la vanidad. ¿Qué más tiene el hombre?

12 Porque ¿quién sabe cuál es el bien del hombre en la vida, todos los días de la vida de su vanidad, los cuales él pasa como sombra? Porque ¿quién enseñará al hombre qué será después de él debajo del sol?

¿Qué sentido tiene la vida?

Hay un mal que he visto bajo el sol y que afecta a todos: a algunos Dios da abundancia, riquezas, honores y no les falta nada que pudieran desear. Sin embargo, es a otros a quienes concede disfrutar de todo ello. ¡Esto es vanidad, una penosa aflicción!

Si un hombre tiene cien hijos y vive muchos años, no importa cuánto viva, si no se ha saciado de las cosas buenas ni llega a recibir sepultura, yo digo que un abortivo es mejor que él. Porque el abortivo vino de la nada, a las tinieblas va y en las tinieblas permanecerá oculto. Nunca llegará a ver el sol, ni sabrá nada; sin embargo, habrá tenido más reposo que aquel que pudo haber vivido dos mil años sin disfrutar jamás de lo bueno. ¿Y acaso no van todos a un mismo lugar?

Mucho trabaja el hombre para comer,
    pero nunca se sacia.
¿Qué ventaja tiene el sabio sobre el necio?
¿Y qué gana el pobre
    con saber enfrentarse a la vida?
Vale más lo visible
    que lo imaginario.
Y también esto es vanidad;
    ¡es correr tras el viento!

10 Lo que ahora existe ya ha recibido nombre
    y se sabe lo que es: humanidad.
Nadie puede luchar
    contra alguien más fuerte.
11 Donde abundan las palabras,
    abunda la vanidad.
    ¿Y qué se gana con eso?

12 En realidad, ¿quién sabe qué le conviene a una persona en esta breve y vana vida suya por donde pasa como una sombra? ¿Y quién puede decirle lo que sucederá bajo el sol después de su muerte?

Hay un mal que he visto bajo el sol(A), y muy común entre[a] los hombres: un hombre a quien Dios ha dado riquezas, bienes y honores(B), y nada le falta a su alma de todo lo que desea(C), pero que Dios no le ha capacitado para disfrutar[b] de ellos, porque un extraño los disfruta[c]. Esto es vanidad y penosa aflicción. Si un hombre engendra cien hijos y vive muchos años, por muchos que sean sus años[d], si su alma no se ha saciado de cosas buenas, y tampoco halla sepultura(D), entonces digo: Mejor es el abortivo que él(E), porque en vano viene, y a la oscuridad va; y en la oscuridad su nombre quedará oculto. Además, no ha visto el sol y nada sabe; más reposo tiene este que aquel. Aunque el hombre viva dos veces mil años, pero no disfruta de[e] cosas buenas, ¿no van todos al mismo[f] lugar(F)?

Todo el trabajo del hombre es para su boca(G),
sin embargo su apetito no se sacia[g].
Pues ¿qué ventaja tiene el sabio sobre el necio(H)?
¿Qué ventaja tiene el pobre que sabe comportarse entre[h] los vivientes?
Mejor es lo que ven los ojos que lo que el alma desea[i](I).
También esto es vanidad y correr tras el viento[j](J).

10 A lo que existe, ya se le ha dado nombre(K),
y se sabe lo que es un hombre:
no puede contender con el que es más fuerte que él(L).
11 Cuando hay muchas palabras, aumenta la vanidad.
¿Cuál es entonces la ventaja para el hombre?

12 Porque, ¿quién sabe lo que es bueno para el hombre durante su vida, en los contados días de su vana vida? Los pasará[k] como una sombra. Pues, ¿quién hará saber al hombre lo que sucederá después de él(M) bajo el sol?

Footnotes

  1. Eclesiastés 6:1 Lit., sobre
  2. Eclesiastés 6:2 Lit., comer
  3. Eclesiastés 6:2 Lit., come
  4. Eclesiastés 6:3 Lit., los días de sus años
  5. Eclesiastés 6:6 Lit., vea
  6. Eclesiastés 6:6 Lit., a un
  7. Eclesiastés 6:7 Lit., su alma no se llena
  8. Eclesiastés 6:8 Lit., andar delante de
  9. Eclesiastés 6:9 Lit., sigue
  10. Eclesiastés 6:9 O, aflicción de espíritu
  11. Eclesiastés 6:12 Lit., hará