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Vanidad del placer

Yo dije en mi corazón: “¡Ven, pues; te probaré con el placer y verás lo bueno!”. Pero he aquí que esto también era vanidad. A la risa dije: “¡Eres locura!”; y al placer: “¿De qué sirve esto?”.

Propuse en mi corazón agasajar mi cuerpo con vino y echar mano de la necedad —mientras mi corazón siguiera conduciéndose en sabiduría—, hasta ver en qué consiste el bien para los hijos del hombre, en el cual se han de ocupar debajo del sol[a], durante los contados días de su vida.

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Footnotes

  1. Eclesiastés 2:3 Según dos mss. y vers. antiguas; TM, debajo del cielo.

Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad. A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto? Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida.

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