Add parallel Print Page Options

21 Así la nación se dividió en dos partes,
y Efraín se convirtió en un reino rebelde.
22 Sin embargo, Dios no retira su amor
ni deja de cumplir lo que promete.
Por eso no aniquiló a los hijos de sus elegidos
ni destruyó la descendencia de los que amaba,
sino que a Jacob le dejó un resto,
y un retoño a la descendencia de David.
23 Salomón murió de mucha edad,
dejando como sucesor un hijo
rico en necedad y pobre de juicio:
Roboam, que con su mal consejo
llevó al pueblo al desenfreno.

Read full chapter