Add parallel Print Page Options

Muchos se niegan a prestar, no por maldad,
sino porque no quieren perder sin más ni más sus bienes.

La limosna y las fianzas

Pero tú, sé paciente con el pobre
y no le hagas esperar tu limosna.
En atención a los mandamientos, socorre al pobre;
si está en necesidad, no lo despidas con las manos vacías.

Read full chapter