Eclesiástico 35
Dios Habla Hoy
35 Cumplir la ley vale tanto como hacer muchas ofrendas;
obedecer los mandamientos es como ofrecer sacrificios de reconciliación.
2 Ser agradecido es como ofrecer la mejor harina a Dios,
y dar limosna es como hacer sacrificios de alabanza.
3 Lo que agrada al Señor es que te apartes del mal;
si te apartas de la injusticia, obtendrás el perdón de tus pecados.
4 No te presentes al Señor con las manos vacías,
pues todo esto debe hacerse porque es un mandamiento.
5 Cuando un hombre honrado ofrece grasa sobre el altar,
el buen olor llega hasta el Altísimo.
6 Cuando un hombre honrado ofrece un sacrificio,
Dios lo acepta y no lo olvidará.
7 Honra al Señor con generosidad;
no seas tacaño cuando ofrezcas los primeros frutos.
8 Siempre que ofrezcas algo, pon buena cara
y da los diezmos con alegría.
9 Da al Altísimo como él te ha dado a ti,
con generosidad, de acuerdo con tus capacidades,
10 porque Dios sabe premiar
y te pagará siete veces más.
11 No pretendas sobornarlo con regalos, porque no los acepta,
ni confíes en ofrendas de cosas mal habidas,
12 porque él es un Dios justo
y trata a todos por igual.
13 No favorece a nadie con perjuicio del pobre,
y escucha las súplicas del afligido.
14 Él oye las quejas del huérfano
y los muchos gemidos de la viuda.
15 ¡Cómo ruedan las lágrimas por las mejillas de la viuda
y gime por sus hijos sin hogar!
16 Sus amargas quejas alcanzan el favor de Dios,
y sus súplicas llegan hasta el cielo.
17 El clamor del pobre traspasa las nubes
y no descansa hasta llegar a Dios;
18 no desiste hasta que Dios lo atiende
y, como juez justo, le hace justicia.
19 Y Dios no se demora;
como guerrero valiente, no se detiene
20 hasta hacer pedazos al hombre cruel
y dar su castigo a los paganos;
21 hasta dejar sin fuerzas a los arrogantes
y hacer pedazos el poder de los malvados;
22 hasta pagar a cada cual como merecen sus acciones
y dar a los hombres de acuerdo con lo que han tramado;
23 hasta defender la causa de su pueblo
y alegrarlo con su salvación.
24 La misericordia de Dios en tiempo de aflicción
llega como nubes de lluvia en tiempo de sequía.
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.