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La educación de los hijos

30 El que ama a su hijo no deja de castigarlo,
y al final encontrará en él su alegría.
El que educa a su hijo quedará satisfecho,
y ante sus conocidos estará orgulloso de él.
El que instruye a su hijo causa envidia a su enemigo,
pero ante sus amigos se mostrará contento de él.
Si el padre muere, es como si no hubiera muerto,
porque deja a uno semejante a él.
Cuando vivía, se sentía feliz al verlo,
y al morir no siente tristeza.
Deja alguien que lo vengará de sus enemigos
y que con sus amigos será agradecido.
El que mima a su hijo, después tendrá que vendarle las heridas,
y al oírlo gritar se le partirá el corazón.
Caballo sin amansar se vuelve terco,
e hijo dejado a sus anchas se desboca.
Sé blando con tu hijo, y te hará temblar;
bromea con él, y te hará llorar.
10 No te diviertas con él, si no quieres sufrir con él
y terminar lamentándolo terriblemente.
11 No le des autoridad en su juventud
ni le perdones sus malas acciones.
12 Mientras es joven, haz que se someta,
y dale azotes mientras es muchacho,
para que no se obstine y se rebele contra ti
y te cause grandes disgustos.
13 Corrige a tu hijo y somételo con energía,
para que en su necedad no se rebele contra ti.

Salud y felicidad

14 Más vale pobre con buena salud
que rico con el cuerpo enfermo.
15 Prefiero la buena salud al oro,
y el buen ánimo a las perlas.
16 No hay riqueza mayor que la buena salud,
ni bien más grande que la felicidad.
17 Preferible la muerte a una vida infeliz,
y el descanso eterno a estar siempre sufriendo.
18 Dar ricas comidas al que no puede comer
es como llevar ofrendas a un ídolo pagano.
19 ¿De qué les sirve eso a los ídolos,
que no comen ni huelen?
Así le pasa a quien tiene riquezas
pero no las puede gozar.
20 Las mira y suspira,
como un eunuco abrazando a una joven.

21 No te entregues a la tristeza,
ni te atormentes con tus pensamientos.
22 La alegría del corazón es la vida del hombre,
la dicha le alarga los años.
23 Cálmate, tranquiliza tu corazón
y aleja de ti el enojo,
pues los pleitos han causado la muerte a muchos
y el enojo no trae ningún provecho.
24 La envidia y los pleitos acortan la vida,
y las preocupaciones hacen viejo antes de tiempo.
25 Un corazón contento es como un banquete
que trae buen provecho al que lo come.

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La educación de los hijos

30 1-3 Si amas a tu hijo,
edúcalo y no dejes de corregirlo.
Así el día de mañana
podrás sentirte orgulloso
de tener un buen hijo.
Tus amigos se alegrarán contigo,
y tus enemigos te envidiarán.

Si educas bien a tu hijo,
aunque mueras,
nadie se olvidará de ti
porque verán en tu hijo a otro como tú.
Mientras vivas, te alegrarás al verlo;
y cuando estés a punto de morir,
no sentirás tristeza
porque tu hijo te vengará de tus enemigos
y devolverá los favores a tus amigos.

Pero si malcrías a tu hijo
tendrás que curar sus heridas
y sufrir al oír su llanto.
Si a tu caballo no lo domas,
jamás lo podrás controlar;
si a tu hijo lo malcrías,
jamás lo podrás educar.
9-10 Si malcrías a tu hijo
y le das todo lo que pide,
te llevarás dolorosas sorpresas.
11-12 Mientras todavía sea niño,
no le des mucha libertad
ni pases por alto sus errores;
al contrario, corrígelo siempre
para que no se vuelva caprichoso
y más tarde te cause problemas.
13 Educa bien a tu hijo,
y no tendrás que pasar vergüenza
por causa de su rebeldía.

La importancia de estar sano

14 Más vale ser pobre pero sano
que rico pero enfermizo.
15 Más vale ser sano y fuerte
que tener todo el oro del mundo.
16 No hay mayor riqueza
que tener un cuerpo sano,
ni hay mayor felicidad
que tener un corazón alegre.
17 Es preferible morir
que vivir enfermo y amargado.

18-20 Poner comida sobre una tumba,
o llevar ofrendas a los ídolos,
es lo mismo que dar de comer
a quien tiene la boca cerrada:
¡jamás los ídolos ni los muertos
podrán saborear esa comida!
Lo mismo les pasa a aquellos
que son perseguidos por Dios;
son como el hombre impotente,
que quiere pero no puede:
cuando abraza a una mujer,
sólo lanza suspiros de tristeza.

La alegría del corazón

21 No dejes que te dominen
la tristeza y las preocupaciones.
22 Vive más y mejor
quien tiene un corazón alegre.
23 Así que llénate de ilusiones
y aleja de ti la tristeza,
pues no te traerá nada bueno.

24 La envidia y el enojo,
y las muchas preocupaciones,
te harán vivir menos tiempo.
25 Pero la persona alegre
disfruta de lo que come.