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Segunda plaga: las ranas

[a]Entonces el Señor dijo a Moisés: Ve a Faraón y dile: «Así dice el Señor: “Deja ir a mi pueblo para que me sirva(A). Pero si te niegas a dejarlos ir, he aquí, heriré todo tu territorio con ranas. Y el Nilo se llenará[b] de ranas, que subirán y entrarán en tu casa, en tu alcoba y sobre tu cama(B), y en las casas de tus siervos y en tu pueblo, en tus hornos y en tus artesas. Y subirán las ranas sobre ti, sobre tu pueblo y sobre todos tus siervos”». [c]Dijo además el Señor a Moisés: Di a Aarón: «Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, sobre los arroyos[d] y sobre los estanques(C), y haz que suban ranas sobre la tierra de Egipto». Y extendió Aarón su mano sobre las aguas de Egipto, y las ranas subieron y cubrieron[e] la tierra de Egipto(D). Y los magos[f] hicieron lo mismo[g] con sus encantamientos[h](E), e hicieron subir ranas sobre la tierra de Egipto.

Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón(F), y dijo: Rogad al Señor para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y yo dejaré ir al pueblo(G) para que ofrezca sacrificios al Señor(H). Y Moisés dijo a Faraón: Dígnate decirme[i] cuándo he de rogar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas[j] de ti y de tus casas y queden solamente en el río.

10 Y él respondió: Mañana. Entonces Moisés dijo: Sea conforme a tu palabra para que sepas que no hay nadie como el Señor nuestro Dios(I). 11 Y las ranas se alejarán de ti, de tus casas, de tus siervos y de tu pueblo(J); solo quedarán en el Nilo. 12 Entonces Moisés y Aarón salieron de la presencia de Faraón, y Moisés clamó al Señor(K) acerca de las ranas que Él había puesto sobre Faraón. 13 Y el Señor hizo conforme a la palabra de Moisés, y murieron las ranas de las casas, de los patios y de los campos. 14 Y las juntaron en montones, y la tierra se corrompió[k]. 15 Pero al ver Faraón que había alivio, endureció[l] su corazón y no los escuchó, tal como el Señor había dicho(L).

Tercera plaga: los piojos

16 Entonces el Señor dijo a Moisés: Di a Aarón: «Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra para que se convierta en piojos[m] por toda la tierra de Egipto». 17 Y así lo hicieron; y Aarón extendió su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, y hubo piojos[n] en hombres y animales. Todo el polvo de la tierra se convirtió en piojos[o] por todo el país de Egipto(M). 18 Y los magos[p] trataron de producir piojos[q] con sus encantamientos[r], pero no pudieron(N); hubo, pues, piojos en hombres y animales. 19 Entonces los magos[s] dijeron a Faraón: Este es el dedo de Dios(O). Pero el corazón de Faraón se endureció[t] y no los escuchó, tal como el Señor había dicho.

Cuarta plaga: los insectos

20 Y el Señor dijo a Moisés: Levántate muy de mañana y ponte delante de Faraón cuando vaya[u] al agua(P), y dile: «Así dice el Señor: “Deja ir a mi pueblo para que me sirva(Q). 21 Porque si no dejas ir a mi pueblo, he aquí, enviaré enjambres de insectos sobre ti, sobre tus siervos, sobre tu pueblo y dentro de tus casas; y las casas de los egipcios se llenarán de enjambres de insectos, y también el suelo sobre el cual están. 22 Mas en aquel día yo pondré aparte la tierra de Gosén en la que mora[v] mi pueblo(R), para que no haya allí enjambres de insectos, a fin de que sepas que yo, el Señor, estoy[w] en medio de la tierra(S); 23 y yo haré distinción[x] entre mi pueblo y tu pueblo. Mañana tendrá lugar esta señal”». 24 Y así lo hizo el Señor. Y entraron grandes[y] enjambres de insectos en la casa de Faraón y en las casas de sus siervos, y en todo el país de Egipto la tierra fue devastada a causa de los enjambres de insectos(T).

25 Entonces llamó Faraón a Moisés y a Aarón, y dijo(U): Id, ofreced sacrificio a vuestro Dios dentro del país(V). 26 Pero Moisés respondió: No conviene que lo hagamos así, porque es abominación para[z] los egipcios lo que sacrificaremos al Señor nuestro Dios(W). Si sacrificamos lo que es abominación para[aa] los egipcios delante de sus ojos, ¿no nos apedrearán? 27 Andaremos una distancia de tres días de camino en el desierto, y ofreceremos sacrificios al Señor nuestro Dios, tal como Él nos manda[ab](X). 28 Y Faraón dijo: Os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificio al Señor vuestro Dios en el desierto(Y), solo que no vayáis muy lejos. Orad por mí(Z). 29 Entonces dijo Moisés: He aquí, voy a salir de tu presencia y rogaré al Señor que los enjambres de insectos se alejen mañana de Faraón, de sus siervos y de su pueblo; pero que Faraón no vuelva a obrar con engaño, no dejando ir al pueblo a ofrecer sacrificios al Señor(AA). 30 Y salió Moisés de la presencia de Faraón y oró al Señor(AB). 31 Y el Señor hizo como Moisés le pidió[ac], y quitó los enjambres de insectos de Faraón, de sus siervos y de su pueblo; no quedó ni uno solo. 32 Pero Faraón endureció[ad] su corazón también esta vez y no dejó salir al pueblo(AC).

Quinta plaga: la peste en el ganado

Entonces el Señor dijo a Moisés: Ve a Faraón y dile: «Así dice el Señor, el Dios de los hebreos: “Deja ir a mi pueblo para que me sirva(AD). Porque si te niegas a dejarlos ir(AE) y los sigues deteniendo[ae], he aquí, la mano del Señor vendrá[af] con gravísima pestilencia(AF) sobre tus ganados que están en el campo: sobre los caballos, sobre los asnos, sobre los camellos, sobre las vacadas y sobre las ovejas. Pero el Señor hará distinción entre los ganados de Israel y los ganados de Egipto(AG), y nada perecerá de todo lo que pertenece a los hijos de Israel(AH)”». Y el Señor fijó un plazo definido, diciendo: Mañana el Señor hará esto en la tierra. Y el Señor hizo esto al día siguiente, y perecieron todos los ganados de Egipto(AI); pero de los ganados de los hijos de Israel, ni un solo animal murió(AJ). Y Faraón envió a ver, y he aquí, ni un solo animal de los ganados de Israel había perecido. Pero el corazón de Faraón se endureció[ag] y no dejó ir al pueblo(AK).

Sexta plaga: las úlceras

Entonces el Señor dijo a Moisés y a Aarón: Tomad puñados de hollín de un horno, y que Moisés lo esparza hacia el cielo en presencia de Faraón; y se convertirá en polvo fino sobre toda la tierra de Egipto, y producirá[ah] furúnculos que resultarán en[ai] úlceras en los hombres y en los animales, por toda la tierra de Egipto(AL). 10 Tomaron, pues, hollín de un horno, y se presentaron[aj] delante de Faraón, y Moisés lo arrojó hacia el cielo, y produjo[ak] furúnculos que resultaron en[al] úlceras en los hombres y en los animales. 11 Y los magos[am] no podían estar delante de Moisés a causa de los furúnculos, pues los furúnculos estaban tanto en los magos[an] como en todos los egipcios(AM). 12 Y el Señor endureció[ao] el corazón de Faraón y no los escuchó, tal como el Señor había dicho a Moisés(AN).

Séptima plaga: el granizo

13 Entonces dijo el Señor a Moisés: Levántate muy de mañana, y ponte delante de Faraón, y dile: «Así dice el Señor, el Dios de los hebreos: “Deja ir a mi pueblo para que me sirva(AO). 14 Porque esta vez enviaré todas mis plagas sobre ti[ap], sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para que sepas que no hay otro como yo en toda la tierra(AP). 15 Porque si yo hubiera extendido mi mano y te hubiera herido a ti y a tu pueblo con pestilencia, ya habrías sido cortado de la tierra. 16 Pero en verdad, por esta razón te he permitido permanecer[aq]: para mostrarte mi poder(AQ) y para proclamar mi nombre por toda la tierra. 17 Y todavía te enalteces contra mi pueblo no dejándolos[ar] ir. 18 He aquí, mañana como a esta hora, enviaré[as] granizo muy pesado, tal como no ha habido en Egipto desde el día en que fue fundado hasta[at] ahora(AR). 19 Ahora pues, manda poner a salvo tus ganados(AS) y todo lo que tienes en el campo, porque todo hombre o[au] todo animal que se encuentre en el campo, y no sea traído a la casa, morirá cuando caiga sobre ellos el granizo(AT)”». 20 El que de entre los siervos de Faraón tuvo temor de[av] la palabra del Señor(AU), hizo poner a salvo a sus siervos y sus ganados en sus[aw] casas, 21 pero el que no hizo caso a[ax] la palabra del Señor, dejó[ay] a sus siervos y sus ganados en el campo.

22 Y el Señor dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo para que caiga[az] granizo(AV) en toda la tierra de Egipto, sobre los hombres, sobre los animales y sobre toda planta del campo por toda la tierra de Egipto. 23 Y extendió Moisés su vara hacia el cielo, y el Señor envió[ba] truenos[bb] y granizo, y cayó fuego sobre la tierra. Y el Señor hizo llover granizo(AW) sobre la tierra de Egipto. 24 Y hubo granizo muy intenso, y fuego centelleando continuamente[bc] en medio del granizo, muy pesado, tal como no había habido en toda la tierra de Egipto desde que llegó a ser una nación. 25 Y el granizo hirió todo lo que había en el campo por toda la tierra de Egipto, tanto hombres como animales; el granizo hirió también toda planta del campo, y destrozó todos los árboles del campo(AX). 26 solo en la tierra de Gosén, donde estaban los hijos de Israel, no hubo granizo(AY).

27 Entonces Faraón envió llamar a Moisés y Aarón y les dijo(AZ): Esta vez he pecado; el Señor es el justo(BA), y yo y mi pueblo somos los impíos. 28 Rogad al Señor(BB), porque ha habido ya suficientes truenos y granizo de parte de Dios; y os dejaré ir y no os quedaréis(BC) más aquí. 29 Y Moisés le dijo: Tan pronto como yo salga de la ciudad, extenderé mis manos[bd](BD) al Señor; los truenos cesarán, y no habrá más granizo, para que sepas que la tierra es del Señor(BE). 30 En cuanto a ti y a tus siervos, sé que aún no teméis[be] al[bf] Señor Dios(BF). 31 (Y el lino y la cebada fueron destruidos[bg], pues la cebada estaba en espiga(BG) y el lino estaba en flor; 32 pero el trigo y el centeno no fueron destruidos[bh], por ser tardíos.) 33 Y salió Moisés de la ciudad, de la presencia de Faraón, y extendió sus manos[bi] al Señor, y los truenos y el granizo cesaron(BH), y no cayó más[bj] lluvia sobre la tierra. 34 Pero cuando Faraón vio que la lluvia, el granizo y los truenos habían cesado, pecó otra vez, y endureció[bk] su corazón, tanto él como[bl] sus siervos. 35 Y se endureció[bm] el corazón de Faraón y no dejó ir a los hijos de Israel, tal como el Señor había dicho por medio[bn] de Moisés(BI).

Footnotes

  1. Éxodo 8:1 En el texto heb., cap. 7:26
  2. Éxodo 8:3 O, bullirá
  3. Éxodo 8:5 En el texto heb., cap. 8:1
  4. Éxodo 8:5 O, canales
  5. Éxodo 8:6 Lit., la rana subió y cubrió
  6. Éxodo 8:7 O, sacerdotes adivinos
  7. Éxodo 8:7 Lit., así
  8. Éxodo 8:7 O, ciencias ocultas
  9. Éxodo 8:9 Lit., Gloríate sobre mí
  10. Éxodo 8:9 Lit., cortadas
  11. Éxodo 8:14 I.e., daba mal olor
  12. Éxodo 8:15 Lit., hizo pesado
  13. Éxodo 8:16 O, jejenes
  14. Éxodo 8:17 O, jejenes
  15. Éxodo 8:17 O, jejenes
  16. Éxodo 8:18 O, sacerdotes adivinos
  17. Éxodo 8:18 O, jejenes
  18. Éxodo 8:18 O, ciencias ocultas
  19. Éxodo 8:19 O, sacerdotes adivinos
  20. Éxodo 8:19 Lit., se hizo fuerte
  21. Éxodo 8:20 Lit., he aquí, él sale
  22. Éxodo 8:22 Lit., está en pie
  23. Éxodo 8:22 O, que yo soy el Señor
  24. Éxodo 8:23 Así en algunas versiones antiguas; en heb., redención
  25. Éxodo 8:24 Lit., pesados
  26. Éxodo 8:26 Lit., de
  27. Éxodo 8:26 Lit., de
  28. Éxodo 8:27 Lit., nos dice
  29. Éxodo 8:31 Lit., conforme a la palabra de Moisés
  30. Éxodo 8:32 Lit., hizo pesado
  31. Éxodo 9:2 Lit., y todavía los detienes
  32. Éxodo 9:3 Lit., será
  33. Éxodo 9:7 Lit., se hizo pesado
  34. Éxodo 9:9 Lit., se convertirá en
  35. Éxodo 9:9 Lit., brotando
  36. Éxodo 9:10 Lit., se pusieron de pie
  37. Éxodo 9:10 Lit., se convirtió en
  38. Éxodo 9:10 Lit., brotando
  39. Éxodo 9:11 O, sacerdotes adivinos
  40. Éxodo 9:11 O, sacerdotes adivinos
  41. Éxodo 9:12 Lit., hizo fuerte
  42. Éxodo 9:14 Lit., a tu corazón
  43. Éxodo 9:16 Lit., estar de pie
  44. Éxodo 9:17 Lit., como para no dejarlos
  45. Éxodo 9:18 Lit., haré llover
  46. Éxodo 9:18 Lit., y hasta
  47. Éxodo 9:19 Lit., y
  48. Éxodo 9:20 O, reverenció
  49. Éxodo 9:20 Lit., las
  50. Éxodo 9:21 Lit., no puso su corazón en
  51. Éxodo 9:21 Lit., entonces dejó
  52. Éxodo 9:22 Lit., haya
  53. Éxodo 9:23 Lit., dio
  54. Éxodo 9:23 Lit., ruidos, y así en el resto del cap.
  55. Éxodo 9:24 Lit., fuego asiéndose a sí mismo
  56. Éxodo 9:29 Lit., palmas
  57. Éxodo 9:30 O, reverenciáis
  58. Éxodo 9:30 Lit., delante del
  59. Éxodo 9:31 Lit., heridos
  60. Éxodo 9:32 Lit., heridos
  61. Éxodo 9:33 Lit., palmas
  62. Éxodo 9:33 Lit., no fue derramada
  63. Éxodo 9:34 Lit., e hizo pesado
  64. Éxodo 9:34 Lit., él y
  65. Éxodo 9:35 Lit., se hizo fuerte
  66. Éxodo 9:35 Lit., mano

La plaga de ranas

Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. Y si no lo quisieres dejar ir, he aquí yo castigaré con ranas todos tus territorios. Y el río criará ranas, las cuales subirán y entrarán en tu casa, en la cámara donde duermes, y sobre tu cama, y en las casas de tus siervos, en tu pueblo, en tus hornos y en tus artesas. Y las ranas subirán sobre ti, sobre tu pueblo, y sobre todos tus siervos. Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, arroyos y estanques, para que haga subir ranas sobre la tierra de Egipto. Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto. Y los hechiceros hicieron lo mismo con sus encantamientos, e hicieron venir ranas sobre la tierra de Egipto.

Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Orad a Jehová para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y dejaré ir a tu pueblo para que ofrezca sacrificios a Jehová. Y dijo Moisés a Faraón: Dígnate indicarme cuándo debo orar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas, y que solamente queden en el río. 10 Y él dijo: Mañana. Y Moisés respondió: Se hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay como Jehová nuestro Dios. 11 Y las ranas se irán de ti, y de tus casas, de tus siervos y de tu pueblo, y solamente quedarán en el río. 12 Entonces salieron Moisés y Aarón de la presencia de Faraón. Y clamó Moisés a Jehová tocante a las ranas que había mandado a Faraón. 13 E hizo Jehová conforme a la palabra de Moisés, y murieron las ranas de las casas, de los cortijos y de los campos. 14 Y las juntaron en montones, y apestaba la tierra. 15 Pero viendo Faraón que le habían dado reposo, endureció su corazón y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.

La plaga de piojos

16 Entonces Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra, para que se vuelva piojos por todo el país de Egipto. 17 Y ellos lo hicieron así; y Aarón extendió su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, el cual se volvió piojos, así en los hombres como en las bestias; todo el polvo de la tierra se volvió piojos en todo el país de Egipto. 18 Y los hechiceros hicieron así también, para sacar piojos con sus encantamientos; pero no pudieron. Y hubo piojos tanto en los hombres como en las bestias. 19 Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: Dedo de Dios es este. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.

La plaga de moscas

20 Jehová dijo a Moisés: Levántate de mañana y ponte delante de Faraón, he aquí él sale al río; y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. 21 Porque si no dejas ir a mi pueblo, he aquí yo enviaré sobre ti, sobre tus siervos, sobre tu pueblo y sobre tus casas toda clase de moscas; y las casas de los egipcios se llenarán de toda clase de moscas, y asimismo la tierra donde ellos estén. 22 Y aquel día yo apartaré la tierra de Gosén, en la cual habita mi pueblo, para que ninguna clase de moscas haya en ella, a fin de que sepas que yo soy Jehová en medio de la tierra. 23 Y yo pondré redención entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será esta señal. 24 Y Jehová lo hizo así, y vino toda clase de moscas molestísimas sobre la casa de Faraón, sobre las casas de sus siervos, y sobre todo el país de Egipto; y la tierra fue corrompida a causa de ellas.

25 Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Andad, ofreced sacrificio a vuestro Dios en la tierra. 26 Y Moisés respondió: No conviene que hagamos así, porque ofreceríamos a Jehová nuestro Dios la abominación de los egipcios. He aquí, si sacrificáramos la abominación de los egipcios delante de ellos, ¿no nos apedrearían? 27 Camino de tres días iremos por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehová nuestro Dios, como él nos dirá. 28 Dijo Faraón: Yo os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificios a Jehová vuestro Dios en el desierto, con tal que no vayáis más lejos; orad por mí. 29 Y respondió Moisés: He aquí, al salir yo de tu presencia, rogaré a Jehová que las diversas clases de moscas se vayan de Faraón, y de sus siervos, y de su pueblo mañana; con tal que Faraón no falte más, no dejando ir al pueblo a dar sacrificio a Jehová. 30 Entonces Moisés salió de la presencia de Faraón, y oró a Jehová. 31 Y Jehová hizo conforme a la palabra de Moisés, y quitó todas aquellas moscas de Faraón, de sus siervos y de su pueblo, sin que quedara una. 32 Mas Faraón endureció aun esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo.

La plaga en el ganado

Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón, y dile: Jehová, el Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. Porque si no lo quieres dejar ir, y lo detienes aún, he aquí la mano de Jehová estará sobre tus ganados que están en el campo, caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas, con plaga gravísima. Y Jehová hará separación entre los ganados de Israel y los de Egipto, de modo que nada muera de todo lo de los hijos de Israel. Y Jehová fijó plazo, diciendo: Mañana hará Jehová esta cosa en la tierra. Al día siguiente Jehová hizo aquello, y murió todo el ganado de Egipto; mas del ganado de los hijos de Israel no murió uno. Entonces Faraón envió, y he aquí que del ganado de los hijos de Israel no había muerto uno. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no dejó ir al pueblo.

La plaga de úlceras

Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Tomad puñados de ceniza de un horno, y la esparcirá Moisés hacia el cielo delante de Faraón; y vendrá a ser polvo sobre toda la tierra de Egipto, y producirá sarpullido con úlceras en los hombres y en las bestias, por todo el país de Egipto. 10 Y tomaron ceniza del horno, y se pusieron delante de Faraón, y la esparció Moisés hacia el cielo; y hubo sarpullido que produjo úlceras(A) tanto en los hombres como en las bestias. 11 Y los hechiceros no podían estar delante de Moisés a causa del sarpullido, porque hubo sarpullido en los hechiceros y en todos los egipcios. 12 Pero Jehová endureció el corazón de Faraón, y no los oyó, como Jehová lo había dicho a Moisés.

La plaga de granizo

13 Entonces Jehová dijo a Moisés: Levántate de mañana, y ponte delante de Faraón, y dile: Jehová, el Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. 14 Porque yo enviaré esta vez todas mis plagas a tu corazón, sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para que entiendas que no hay otro como yo en toda la tierra. 15 Porque ahora yo extenderé mi mano para herirte a ti y a tu pueblo de plaga, y serás quitado de la tierra. 16 Y a la verdad yo te he puesto para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra.(B) 17 ¿Todavía te ensoberbeces contra mi pueblo, para no dejarlos ir? 18 He aquí que mañana a estas horas yo haré llover granizo muy pesado, cual nunca hubo en Egipto, desde el día que se fundó hasta ahora. 19 Envía, pues, a recoger tu ganado, y todo lo que tienes en el campo; porque todo hombre o animal que se halle en el campo, y no sea recogido a casa, el granizo caerá sobre él, y morirá. 20 De los siervos de Faraón, el que tuvo temor de la palabra de Jehová hizo huir sus criados y su ganado a casa; 21 mas el que no puso en su corazón la palabra de Jehová, dejó sus criados y sus ganados en el campo.

22 Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo, para que venga granizo en toda la tierra de Egipto sobre los hombres, y sobre las bestias, y sobre toda la hierba del campo en el país de Egipto. 23 Y Moisés extendió su vara hacia el cielo, y Jehová hizo tronar y granizar, y el fuego se descargó sobre la tierra; y Jehová hizo llover granizo sobre la tierra de Egipto. 24 Hubo, pues, granizo, y fuego(C) mezclado con el granizo, tan grande, cual nunca hubo en toda la tierra de Egipto desde que fue habitada. 25 Y aquel granizo hirió en toda la tierra de Egipto todo lo que estaba en el campo, así hombres como bestias; asimismo destrozó el granizo toda la hierba del campo, y desgajó todos los árboles del país. 26 Solamente en la tierra de Gosén, donde estaban los hijos de Israel, no hubo granizo.

27 Entonces Faraón envió a llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: He pecado esta vez; Jehová es justo, y yo y mi pueblo impíos. 28 Orad a Jehová para que cesen los truenos de Dios y el granizo, y yo os dejaré ir, y no os detendréis más. 29 Y le respondió Moisés: Tan pronto salga yo de la ciudad, extenderé mis manos a Jehová, y los truenos cesarán, y no habrá más granizo; para que sepas que de Jehová es la tierra. 30 Pero yo sé que ni tú ni tus siervos temeréis todavía la presencia de Jehová Dios. 31 El lino, pues, y la cebada fueron destrozados, porque la cebada estaba ya espigada, y el lino en caña. 32 Mas el trigo y el centeno no fueron destrozados, porque eran tardíos. 33 Y salido Moisés de la presencia de Faraón, fuera de la ciudad, extendió sus manos a Jehová, y cesaron los truenos y el granizo, y la lluvia no cayó más sobre la tierra. 34 Y viendo Faraón que la lluvia había cesado, y el granizo y los truenos, se obstinó en pecar, y endurecieron su corazón él y sus siervos. 35 Y el corazón de Faraón se endureció, y no dejó ir a los hijos de Israel, como Jehová lo había dicho por medio de Moisés.