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Son para que temas al SEÑOR tu Dios, tú con tu hijo y el hijo de tu hijo, guardando todos los días de tu vida todas sus leyes y sus mandamientos que yo te mando, a fin de que tus días sean prolongados. Escucha, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien y seas multiplicado grandemente en la tierra que fluye leche y miel, como te ha prometido el SEÑOR, Dios de tus padres.

“Escucha, Israel: el SEÑOR nuestro Dios, el SEÑOR uno es.

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