Deuteronomio 27
Nueva Traducción Viviente
El altar sobre el monte Ebal
27 Entonces Moisés y los líderes de Israel le dieron al pueblo la siguiente orden: «Obedece todos los mandatos que te entrego hoy. 2 Cuando cruces el río Jordán y entres en la tierra que el Señor tu Dios te da, erige algunas piedras grandes y recúbrelas con yeso. 3 Escribe en ellas todo este conjunto de instrucciones una vez que hayas cruzado el río para entrar en la tierra que el Señor tu Dios te da, una tierra donde fluyen la leche y la miel, tal como te prometió el Señor, Dios de tus antepasados. 4 Después de cruzar el Jordán, erige esas piedras en el monte Ebal y recúbrelas con yeso, tal como te ordeno hoy.
5 »Luego edifica allí un altar al Señor tu Dios con piedras enteras y en su forma original. No des forma a las piedras con ninguna herramienta de hierro. 6 Edifica el altar con esas piedras sin labrar y úsalo para presentar ofrendas quemadas al Señor tu Dios. 7 También sacrifica allí ofrendas de paz y celebra, ante el Señor tu Dios, comiendo hasta quedar satisfecho. 8 Escribe con claridad todas estas instrucciones sobre las piedras cubiertas de yeso».
9 Luego Moisés y los sacerdotes levitas se dirigieron al pueblo con las siguientes palabras: «¡Escucha en silencio, oh Israel! Hoy te has convertido en el pueblo del Señor tu Dios. 10 Por lo tanto, obedece al Señor tu Dios cumpliendo todos los mandatos y los decretos que te entrego hoy».
Maldiciones desde el monte Ebal
11 Ese mismo día, Moisés también le dio al pueblo la siguiente orden: 12 «Cuando cruces el río Jordán, las tribus de Simeón, de Leví, de Judá, de Isacar, de José y de Benjamín subirán al monte Gerizim para proclamar una bendición sobre el pueblo. 13 Y las tribus de Rubén, de Gad, de Aser, de Zabulón, de Dan y de Neftalí subirán al monte Ebal y proclamarán una maldición.
14 »Entonces los levitas dirán con voz potente a todo el pueblo de Israel:
15 “Maldito todo el que talle o funda un ídolo y lo erija en secreto. Esos ídolos, productos de artesanos, son detestables al Señor”.
Y todo el pueblo responderá: “¡Amén!”.
16 “Maldito todo el que deshonre a su padre o a su madre”.
Y todo el pueblo responderá: “¡Amén!”.
17 “Maldito todo el que robe terreno a su vecino cambiando de lugar los límites de su propiedad”.
Y todo el pueblo responderá: “¡Amén!”.
18 “Maldito todo el que desvíe a un ciego de su camino”.
Y todo el pueblo responderá: “¡Amén!”.
19 “Maldito todo el que se niegue a hacer justicia al extranjero, al huérfano o a la viuda”.
Y todo el pueblo responderá: “¡Amén!”.
20 “Maldito todo el que tenga relaciones sexuales con alguna esposa de su padre, porque ese acto es una deshonra al padre”.
Y todo el pueblo responderá: “¡Amén!”.
21 “Maldito todo el que tenga relaciones sexuales con un animal”.
Y todo el pueblo responderá: “¡Amén!”.
22 “Maldito todo el que tenga relaciones sexuales con su hermana, tanto por parte de padre como de madre”.
Y todo el pueblo responderá: “¡Amén!”.
23 “Maldito todo el que tenga relaciones sexuales con su suegra”.
Y todo el pueblo responderá: “¡Amén!”.
24 “Maldito todo el que ataque a su vecino en secreto”.
Y todo el pueblo responderá: “¡Amén!”.
25 “Maldito todo el que acepte un pago para matar a un inocente”.
Y todo el pueblo responderá: “¡Amén!”.
26 “Maldito todo el que no acepte ni obedezca las condiciones de estas instrucciones”.
Y todo el pueblo responderá: “¡Amén!”.
Mateo 22-25
Nueva Traducción Viviente
Parábola de la gran fiesta
22 Jesús también les contó otras parábolas. Dijo: 2 «El reino del cielo también puede ilustrarse mediante la historia de un rey que preparó una gran fiesta de bodas para su hijo. 3 Cuando el banquete estuvo listo, el rey envió a sus sirvientes para llamar a los invitados. ¡Pero todos se negaron a asistir!
4 »Entonces envió a otros sirvientes a decirles: “La fiesta está preparada. Se han matado los toros y las reses engordadas, y todo está listo. ¡Vengan al banquete!”. 5 Pero las personas a quienes había invitado no hicieron caso y siguieron su camino: uno se fue a su granja y otro a su negocio. 6 Otros agarraron a los mensajeros, los insultaron y los mataron.
7 »El rey se puso furioso, y envió a su ejército para destruir a los asesinos y quemar su ciudad. 8 Y les dijo a los sirvientes: “La fiesta de bodas está lista y las personas a las que invité no son dignas de tal honor. 9 Ahora salgan a las esquinas de las calles e inviten a todos los que vean”. 10 Entonces los sirvientes llevaron a todos los que pudieron encontrar, tanto buenos como malos, y la sala del banquete se llenó de invitados.
11 »Cuando el rey entró para recibir a los invitados, notó que había un hombre que no estaba vestido apropiadamente para una boda. 12 “Amigo—le preguntó—, ¿cómo es que estás aquí sin ropa de bodas?”. Pero el hombre no tuvo respuesta. 13 Entonces el rey dijo a sus asistentes: “Átenlo de pies y manos y arrójenlo a la oscuridad de afuera, donde habrá llanto y rechinar de dientes”.
14 »Pues muchos son los llamados, pero pocos los elegidos».
Los impuestos para el César
15 Entonces los fariseos se juntaron para tramar cómo hacer que Jesús cayera en la trampa de decir algo por lo cual pudiera ser arrestado. 16 Enviaron a algunos de sus discípulos, junto con los partidarios de Herodes, a buscarlo.
—Maestro—dijeron—, sabemos lo honesto que eres. Enseñas con verdad el camino de Dios. Eres imparcial y no tienes favoritismos. 17 Ahora bien, dinos qué piensas de lo siguiente: ¿Es correcto que paguemos impuestos al César o no?
18 Pero Jesús conocía sus malas intenciones.
—¡Hipócritas!—dijo—. ¿Por qué intentan atraparme? 19 Veamos, muéstrenme la moneda que se usa para el impuesto.
Cuando le entregaron una moneda romana,[a] 20 les preguntó:
—¿A quién pertenecen la imagen y el título grabados en la moneda?
21 —Al César—contestaron.
—Bien—dijo—, entonces den al César lo que pertenece al César y den a Dios lo que pertenece a Dios.
22 Su respuesta los dejó asombrados, y se marcharon.
Discusión acerca de la resurrección
23 Ese mismo día, se acercaron a Jesús algunos saduceos, líderes religiosos que dicen que no hay resurrección después de la muerte. Le plantearon la siguiente pregunta:
24 —Maestro, Moisés dijo: “Si un hombre muere sin haber tenido hijos, su hermano debe casarse con la viuda y darle un hijo para que el nombre del hermano continúe”[b]. 25 Ahora bien, supongamos que había siete hermanos. El mayor se casó y murió sin dejar hijos, entonces su hermano se casó con la viuda. 26 El segundo hermano también murió, y el tercero se casó con ella. Lo mismo sucedió con los siete. 27 Por último, la mujer también murió. 28 Entonces dinos, ¿de quién será esposa en la resurrección? Pues los siete estuvieron casados con ella.
29 Jesús contestó:
—El error de ustedes es que no conocen las Escrituras y no conocen el poder de Dios. 30 Pues cuando los muertos resuciten, no se casarán ni se entregarán en matrimonio. En este sentido, serán como los ángeles del cielo.
31 »Ahora bien, en cuanto a si habrá una resurrección de los muertos, ¿nunca han leído acerca de esto en las Escrituras? Mucho después de que Abraham, Isaac y Jacob murieran, Dios dijo:[c] 32 “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”[d]. Por lo tanto, él es Dios de los que están vivos, no de los muertos.
33 Cuando las multitudes lo escucharon, quedaron atónitas ante su enseñanza.
El mandamiento más importante
34 En cuanto los fariseos oyeron que había silenciado a los saduceos con esa respuesta, se juntaron para interrogarlo nuevamente. 35 Uno de ellos, experto en la ley religiosa, intentó tenderle una trampa con la siguiente pregunta:
36 —Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante en la ley de Moisés?
37 Jesús contestó:
—“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”[e] . 38 Este es el primer mandamiento y el más importante. 39 Hay un segundo mandamiento que es igualmente importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”[f]. 40 Toda la ley y las exigencias de los profetas se basan en estos dos mandamientos.
¿De quién es hijo el Mesías?
41 Entonces, rodeado por los fariseos, Jesús les hizo una pregunta:
42 —¿Qué piensan del Mesías? ¿De quién es hijo?
Ellos contestaron:
—Es hijo de David.
43 Jesús les respondió:
—Entonces, ¿por qué David, mientras hablaba bajo la inspiración del Espíritu, llama al Mesías “mi Señor”? Pues David dijo:
44 “El Señor le dijo a mi Señor:
‘Siéntate en el lugar de honor a mi derecha,
hasta que humille a tus enemigos y los ponga por debajo de tus pies’”[g] .
45 Si David llamó al Mesías “mi Señor”, ¿cómo es posible que el Mesías sea su hijo?
46 Nadie pudo responderle, y a partir de entonces, ninguno se atrevió a hacerle más preguntas.
Jesús critica a los líderes religiosos
23 Entonces Jesús les dijo a las multitudes y a sus discípulos: 2 «Los maestros de la ley religiosa y los fariseos son los intérpretes oficiales de la ley de Moisés.[h] 3 Por lo tanto, practiquen y obedezcan todo lo que les digan, pero no sigan su ejemplo. Pues ellos no hacen lo que enseñan. 4 Aplastan a la gente bajo el peso de exigencias religiosas insoportables y jamás mueven un dedo para aligerar la carga.
5 »Todo lo que hacen es para aparentar. En los brazos se ponen anchas cajas de oración con versículos de la Escritura, y usan túnicas con borlas muy largas.[i] 6 Y les encanta sentarse a la mesa principal en los banquetes y ocupar los asientos de honor en las sinagogas. 7 Les encanta recibir saludos respetuosos cuando caminan por las plazas y que los llamen “Rabí”[j].
8 »Pero ustedes, no permitan que nadie los llame “Rabí”, porque tienen un solo maestro y todos ustedes son hermanos por igual. 9 Además, aquí en la tierra, no se dirijan a nadie llamándolo “Padre”, porque solo Dios, que está en el cielo, es su Padre. 10 Y no permitan que nadie los llame “Maestro”, porque ustedes tienen un solo maestro, el Mesías. 11 El más importante entre ustedes debe ser el sirviente de los demás; 12 pero aquellos que se exaltan a sí mismos serán humillados, y los que se humillan a sí mismos serán exaltados.
13 »¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y fariseos! ¡Hipócritas! Pues le cierran la puerta del reino del cielo en la cara a la gente. Ustedes no entrarán ni tampoco dejan que los demás entren.[k]
15 »¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y fariseos! ¡Hipócritas! Pues cruzan tierra y mar para ganar un solo seguidor, ¡y luego lo convierten en un hijo del infierno[l] dos veces peor que ustedes mismos!
16 »¡Guías ciegos! ¡Qué aflicción les espera! Pues dicen que no significa nada jurar “por el templo de Dios” pero que el que jura “por el oro del templo” está obligado a cumplir ese juramento. 17 ¡Ciegos tontos! ¿Qué es más importante, el oro o el templo que lo hace sagrado? 18 Y dicen que jurar “por el altar” no impone una obligación, pero jurar “por las ofrendas que están sobre el altar” sí la impone. 19 ¡Qué ciegos son! Pues, ¿qué es más importante, la ofrenda sobre el altar o el altar que hace que la ofrenda sea sagrada? 20 Cuando juran “por el altar”, juran por el altar y por todo lo que hay encima. 21 Cuando juran “por el templo”, no solo juran por el templo sino por Dios, quien vive allí. 22 Y cuando juran “por el cielo”, juran por el trono de Dios y por Dios, quien se sienta en el trono.
23 »¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y fariseos! ¡Hipócritas! Pues se cuidan de dar el diezmo sobre el más mínimo ingreso de sus jardines de hierbas,[m] pero pasan por alto los aspectos más importantes de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Es cierto que deben diezmar, pero sin descuidar las cosas más importantes. 24 ¡Guías ciegos! ¡Cuelan el agua para no tragarse por accidente un mosquito, pero se tragan un camello![n]
25 »¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y fariseos! ¡Hipócritas! ¡Pues se cuidan de limpiar la parte exterior de la taza y del plato pero ustedes están sucios por dentro, llenos de avaricia y se permiten todo tipo de excesos! 26 ¡Fariseo ciego! Primero lava el interior de la taza y del plato,[o] y entonces el exterior también quedará limpio.
27 »¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y fariseos! ¡Hipócritas! Pues son como tumbas blanqueadas: hermosas por fuera, pero llenas de huesos de muertos y de toda clase de impurezas por dentro. 28 Por fuera parecen personas rectas, pero por dentro, el corazón está lleno de hipocresía y desenfreno.
29 »¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y fariseos! ¡Hipócritas! Edifican tumbas a los profetas que sus antepasados mataron, y adornan los monumentos de la gente justa que sus antepasados destruyeron. 30 Luego dicen: “Si hubiéramos vivido en los días de nuestros antepasados, jamás nos habríamos unido a ellos para matar a los profetas”.
31 »Así que al decir eso, dan testimonio en contra de ustedes mismos, que en verdad son descendientes de aquellos que asesinaron a los profetas. 32 Sigan adelante y terminen lo que sus antepasados comenzaron. 33 ¡Serpientes! ¡Hijos de víboras! ¿Cómo escaparán del juicio del infierno?
34 »Por lo tanto, les envío profetas, hombres sabios y maestros de la ley religiosa. A algunos los matarán crucificándolos, y a otros los azotarán con látigos en las sinagogas y los perseguirán de ciudad en ciudad. 35 Como consecuencia, se les hará responsables del asesinato de toda la gente justa de todos los tiempos, desde el asesinato del justo Abel hasta el de Zacarías, hijo de Berequías, a quien mataron en el templo, entre el santuario y el altar. 36 Les digo la verdad, ese juicio caerá sobre esta misma generación.
Lamento de Jesús por Jerusalén
37 »¡Oh Jerusalén, Jerusalén, la ciudad que mata a los profetas y apedrea a los mensajeros de Dios! Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina protege a sus pollitos debajo de sus alas, pero no me dejaste. 38 Y ahora, mira, tu casa está abandonada y desolada.[p] 39 Pues te digo lo siguiente: no volverás a verme hasta que digas: “¡Bendiciones al que viene en el nombre del Señor!”[q]».
Jesús habla acerca del futuro
24 Cuando Jesús salía del terreno del templo, sus discípulos le señalaron los diversos edificios del templo. 2 Pero él les respondió: «¿Ven todos esos edificios? Les digo la verdad, serán demolidos por completo. ¡No quedará ni una sola piedra sobre otra!».
3 Más tarde, Jesús se sentó en el monte de los Olivos. Sus discípulos se le acercaron en privado y le dijeron:
—Dinos, ¿cuándo sucederá todo eso? ¿Qué señal marcará tu regreso y el fin del mundo[r]?
4 Jesús les dijo:
—No dejen que nadie los engañe, 5 porque muchos vendrán en mi nombre y afirmarán: “Yo soy el Mesías”, y engañarán a muchos. 6 Oirán de guerras y de amenazas de guerras, pero no se dejen llevar por el pánico. Es verdad, esas cosas deben suceder, pero el fin no vendrá inmediatamente después. 7 Una nación entrará en guerra con otra, y un reino con otro reino. Habrá hambres y terremotos en muchas partes del mundo. 8 Sin embargo, todo eso es solo el comienzo de los dolores del parto, luego vendrán más.
9 »Entonces los arrestarán, los perseguirán y los matarán. En todo el mundo los odiarán por ser mis seguidores.[s] 10 Muchos se apartarán de mí, se traicionarán unos a otros y se odiarán. 11 Aparecerán muchos falsos profetas y engañarán a mucha gente. 12 Abundará el pecado por todas partes, y el amor de muchos se enfriará; 13 pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo. 14 Y se predicará la Buena Noticia acerca del reino por todo el mundo, de manera que todas las naciones[t] la oirán; y entonces vendrá el fin.
15 »Llegará el día cuando verán de lo que habló el profeta Daniel: el objeto sacrílego que causa profanación[u] de pie en el Lugar Santo. (Lector, ¡presta atención!). 16 Entonces los que estén en Judea huyan a las colinas. 17 La persona que esté en la azotea no baje a la casa para empacar. 18 La persona que esté en el campo no regrese ni para buscar un abrigo. 19 ¡Qué terribles serán esos días para las mujeres embarazadas y para las madres que amamantan! 20 Y oren para que la huida no sea en invierno o en día de descanso. 21 Pues habrá más angustia que en cualquier otro momento desde el principio del mundo. Y jamás habrá una angustia tan grande. 22 De hecho, a menos que se acorte ese tiempo de calamidad, ni una sola persona sobrevivirá; pero se acortará por el bien de los elegidos de Dios.
23 »Entonces, si alguien les dice: “Miren, aquí está el Mesías” o “Allí está”, no lo crean. 24 Pues se levantarán falsos mesías y falsos profetas y realizarán grandes señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos de Dios. 25 Miren, que les he advertido esto de antemano.
26 »Por lo tanto, si alguien les dice: “Miren, el Mesías está en el desierto”, ni se molesten en ir a buscarlo. O bien, si les dicen: “Miren, se esconde aquí”, ¡no lo crean! 27 Pues, así como el relámpago destella en el oriente y brilla en el occidente, así será cuando venga el Hijo del Hombre.[v] 28 Así como los buitres, cuando se juntan, indican que hay un cadáver cerca, de la misma manera, esas señales revelan que el fin está cerca.[w]
29 »Inmediatamente después de la angustia de esos días,
“El sol se oscurecerá,
la luna no dará luz,
las estrellas caerán del cielo,
y los poderes de los cielos serán sacudidos”[x] .
30 Y entonces, por fin, aparecerá en los cielos la señal de que el Hijo del Hombre viene, y habrá un profundo lamento entre todos los pueblos de la tierra. Verán al Hijo del Hombre venir en las nubes del cielo con poder y gran gloria.[y] 31 Enviará a sus ángeles con un potente toque de trompeta y reunirán a los elegidos de todas partes del mundo,[z] desde los extremos más lejanos de la tierra y del cielo.
32 »Ahora, aprendan una lección de la higuera. Cuando las ramas echan brotes y comienzan a salir las hojas, ustedes saben que el verano se acerca. 33 De la misma manera, cuando vean que suceden todas estas cosas, sabrán que su regreso está muy cerca, a las puertas. 34 Les digo la verdad, no pasará esta generación[aa] hasta que todas estas cosas sucedan. 35 El cielo y la tierra desaparecerán, pero mis palabras no desaparecerán jamás.
36 »Sin embargo, nadie sabe el día ni la hora en que sucederán estas cosas, ni siquiera los ángeles en el cielo ni el propio Hijo.[ab] Solo el Padre lo sabe.
37 »Cuando el Hijo del Hombre regrese, será como en los días de Noé. 38 En esos días, antes del diluvio, la gente disfrutaba de banquetes, fiestas y casamientos, hasta el momento en que Noé entró en su barco. 39 La gente no se daba cuenta de lo que iba a suceder hasta que llegó el diluvio y arrasó con todos. Así será cuando venga el Hijo del Hombre.
40 »Dos hombres estarán trabajando juntos en el campo; uno será llevado, el otro será dejado. 41 Dos mujeres estarán moliendo harina en el molino; una será llevada, la otra será dejada.
42 »¡Así que ustedes también deben estar alerta!, porque no saben qué día vendrá su Señor. 43 Entiendan lo siguiente: si el dueño de una casa supiera exactamente a qué hora viene un ladrón, se mantendría alerta y no dejaría que asaltara su casa. 44 Ustedes también deben estar preparados todo el tiempo, porque el Hijo del Hombre vendrá cuando menos lo esperen.
45 »Un sirviente fiel y sensato es aquel a quien el amo puede darle la responsabilidad de dirigir a los demás sirvientes y alimentarlos. 46 Si el amo regresa y encuentra que el sirviente ha hecho un buen trabajo, habrá una recompensa. 47 Les digo la verdad, el amo pondrá a ese sirviente a cargo de todo lo que posee. 48 ¿Pero qué tal si el sirviente es malo y piensa: “Mi amo no regresará por un tiempo” 49 y comienza a golpear a los otros sirvientes, a parrandear y a emborracharse? 50 El amo regresará inesperadamente y sin previo aviso, 51 cortará al sirviente en pedazos y le asignará un lugar con los hipócritas. En ese lugar habrá llanto y rechinar de dientes.
Parábola de las diez damas de honor
25 »Entonces, el reino del cielo será como diez damas de honor[ac] que tomaron sus lámparas y salieron para encontrarse con el novio. 2 Cinco de ellas eran necias y cinco sabias. 3 Las cinco que eran necias no llevaron suficiente aceite de oliva para sus lámparas, 4 pero las otras cinco fueron tan sabias que llevaron aceite extra. 5 Como el novio se demoró, a todas les dio sueño y se durmieron.
6 »A la medianoche, se despertaron ante el grito de: “¡Miren, ya viene el novio! ¡Salgan a recibirlo!”.
7 »Todas las damas de honor se levantaron y prepararon sus lámparas. 8 Entonces las cinco necias les pidieron a las otras: “Por favor, dennos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se están apagando”.
9 »Sin embargo, las sabias contestaron: “No tenemos suficiente para todas. Vayan a una tienda y compren un poco para ustedes”.
10 »Pero durante el lapso en que se fueron a comprar aceite, llegó el novio. Entonces las que estaban listas entraron con él a la fiesta de bodas y se cerró la puerta con llave. 11 Más tarde, cuando regresaron las otras cinco damas de honor, se quedaron afuera, y llamaron: “¡Señor, señor! ¡Ábrenos la puerta!”.
12 »Él les respondió: “Créanme, ¡no las conozco!”.
13 »¡Así que ustedes también deben estar alerta! Porque no saben el día ni la hora de mi regreso.
Parábola de los tres siervos
14 »También el reino del cielo puede ilustrarse mediante la historia de un hombre que tenía que emprender un largo viaje. Reunió a sus siervos y les confió su dinero mientras estuviera ausente. 15 Lo dividió en proporción a las capacidades de cada uno. Al primero le dio cinco bolsas de plata;[ad] al segundo, dos bolsas de plata; al último, una bolsa de plata. Luego se fue de viaje.
16 »El siervo que recibió las cinco bolsas de plata comenzó a invertir el dinero y ganó cinco más. 17 El que tenía las dos bolsas de plata también salió a trabajar y ganó dos más. 18 Pero el siervo que recibió una sola bolsa de plata cavó un hoyo en la tierra y allí escondió el dinero de su amo.
19 »Después de mucho tiempo, el amo regresó de su viaje y los llamó para que rindieran cuentas de cómo habían usado su dinero. 20 El siervo al cual le había confiado las cinco bolsas de plata se presentó con cinco más y dijo: “Amo, usted me dio cinco bolsas de plata para invertir, y he ganado cinco más”.
21 »El amo lo llenó de elogios. “Bien hecho, mi buen siervo fiel. Has sido fiel en administrar esta pequeña cantidad, así que ahora te daré muchas más responsabilidades. ¡Ven a celebrar conmigo![ae] ”.
22 »Se presentó el siervo que había recibido las dos bolsas de plata y dijo: “Amo, usted me dio dos bolsas de plata para invertir, y he ganado dos más”.
23 »El amo dijo: “Bien hecho, mi buen siervo fiel. Has sido fiel en administrar esta pequeña cantidad, así que ahora te daré muchas más responsabilidades. ¡Ven a celebrar conmigo!”.
24 »Por último se presentó el siervo que tenía una sola bolsa de plata y dijo: “Amo, yo sabía que usted era un hombre severo, que cosecha lo que no sembró y recoge las cosechas que no cultivó. 25 Tenía miedo de perder su dinero, así que lo escondí en la tierra. Mire, aquí está su dinero de vuelta”.
26 »Pero el amo le respondió: “¡Siervo perverso y perezoso! Si sabías que cosechaba lo que no sembré y recogía lo que no cultivé, 27 ¿por qué no depositaste mi dinero en el banco? Al menos hubiera podido obtener algún interés de él”.
28 »Entonces ordenó: “Quítenle el dinero a este siervo y dénselo al que tiene las diez bolsas de plata. 29 A los que usan bien lo que se les da, se les dará aún más y tendrán en abundancia; pero a los que no hacen nada se les quitará aun lo poco que tienen. 30 Ahora bien, arrojen a este siervo inútil a la oscuridad de afuera, donde habrá llanto y rechinar de dientes”.
El juicio final
31 »Cuando el Hijo del Hombre[af] venga en su gloria acompañado por todos los ángeles, entonces se sentará sobre su trono glorioso. 32 Todas las naciones[ag] se reunirán en su presencia, y él separará a la gente como un pastor separa a las ovejas de las cabras. 33 Pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
34 »Entonces el Rey dirá a los que estén a su derecha: “Vengan, ustedes, que son benditos de mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. 35 Pues tuve hambre, y me alimentaron. Tuve sed, y me dieron de beber. Fui extranjero, y me invitaron a su hogar. 36 Estuve desnudo, y me dieron ropa. Estuve enfermo, y me cuidaron. Estuve en prisión, y me visitaron”.
37 »Entonces esas personas justas responderán: “Señor, ¿en qué momento te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos algo de beber, o 38 te vimos como extranjero y te brindamos hospitalidad, o te vimos desnudo y te dimos ropa, 39 o te vimos enfermo o en prisión, y te visitamos?”.
40 »Y el Rey dirá: “Les digo la verdad, cuando hicieron alguna de estas cosas al más insignificante de estos, mis hermanos, ¡me lo hicieron a mí!”.
41 »Luego el Rey se dirigirá a los de la izquierda y dirá: “¡Fuera de aquí, ustedes, los malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus demonios[ah] ! 42 Pues tuve hambre, y no me alimentaron. Tuve sed, y no me dieron de beber. 43 Fui extranjero, y no me invitaron a su hogar. Estuve desnudo, y no me dieron ropa. Estuve enfermo y en prisión, y no me visitaron”.
44 »Entonces ellos responderán: “Señor, ¿en qué momento te vimos con hambre o con sed o como extranjero o desnudo o enfermo o en prisión y no te ayudamos?”.
45 »Y él responderá: “Les digo la verdad, cuando se negaron a ayudar al más insignificante de estos, mis hermanos, se negaron a ayudarme a mí”.
46 »Y ellos irán al castigo eterno, pero los justos entrarán en la vida eterna.
Footnotes
- 22:19 En griego un denario.
- 22:24 Dt 25:5-6.
- 22:31 En griego ¿nunca han leído acerca de esto? Dios dijo.
- 22:32 Ex 3:6.
- 22:37 Dt 6:5.
- 22:39 Lv 19:18.
- 22:44 Sal 110:1.
- 23:2 En griego y los fariseos se sientan en el asiento de Moisés.
- 23:5 En griego Agrandan sus filacterias y alargan sus borlas.
- 23:7 Rabí, del arameo, significa «amo» o «maestro».
- 23:13 Algunos manuscritos agregan el versículo 14: ¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y fariseos! ¡Hipócritas! Estafan descaradamente a las viudas para apoderarse de sus propiedades, y luego pretenden ser piadosos haciendo largas oraciones en público. Por eso, serán castigados con severidad. Comparar con Mc 12:40 y Lc 20:47.
- 23:15 En griego Gehena; también en 23:33.
- 23:23 En griego sobre la menta, el eneldo y el comino.
- 23:24 Ver Lv 11:4, 23, donde se prohíbe comer tanto mosquitos como camellos.
- 23:26 Algunos manuscritos no incluyen y del plato.
- 23:38 Algunos manuscritos no incluyen y desolada.
- 23:39 Sal 118:26.
- 24:3 O del siglo?
- 24:9 En griego por causa de mi nombre.
- 24:14 O todos los grupos étnicos.
- 24:15 En griego la abominación de la desolación. Ver Dn 9:27; 11:31; 12:11.
- 24:27 «Hijo del Hombre» es un título que Jesús empleaba para referirse a sí mismo.
- 24:28 En griego Donde hay un animal muerto, allí se juntan los buitres.
- 24:29 Ver Is 13:10; 34:4; Jl 2:10.
- 24:30 Ver Dn 7:13.
- 24:31 En griego de los cuatro vientos.
- 24:34 O esta era, o esta nación.
- 24:36 Algunos manuscritos no incluyen ni el propio Hijo.
- 25:1 O 10 vírgenes; similar en el 25:7, 11.
- 25:15 En griego 5 talentos; lo mismo se repite en toda la historia. Un talento equivale a 34 kilos o 75 libras.
- 25:21 En griego Entra en el gozo de tu amo [o tu Señor]; también en 25:23.
- 25:31 «Hijo del Hombre» es un título que Jesús empleaba para referirse a sí mismo.
- 25:32 O Todos los grupos étnicos.
- 25:41 En griego sus ángeles.
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