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Las ciudades de refugio (Nm 35,9-28; Jos 20,1-9)

19 Cuando el Señor tu Dios haya aniquilado a las naciones cuya tierra va a darte en posesión, cuando tú las hayas derrotado y te encuentres ya instalado en sus ciudades y en sus casas, escoge tres ciudades en medio de la tierra que el Señor tu Dios te dará en posesión. Dividirás en tres regiones el territorio que el Señor tu Dios te dará en heredad, y abrirás caminos que faciliten el acceso a esas ciudades, para que allí pueda encontrar asilo el que haya cometido un homicidio. Pero únicamente podrá refugiarse allí y salvar la vida aquel que haya matado a otro involuntariamente, sin existir enemistad entre ellos. Supongamos que un hombre se va con otro al bosque a cortar leña y al blandir en su mano el hacha para cortar un árbol, se separa el hierro del mango y golpea a su prójimo matándolo; ese hombre podrá buscar refugio en una de esas ciudades y ponerse a salvo. Es conveniente que la distancia a esa ciudad no sea excesiva para evitar que el vengador del delito de sangre persiga encolerizado al homicida, le dé alcance y lo mate, cuando en realidad no merecía la muerte, puesto que no existía enemistad entre ellos. Por eso te ordeno que escojas tres ciudades.

Y si el Señor tu Dios ensancha tu territorio, como se lo juró a tus antepasados, y te da toda la tierra que les prometió —con tal que cumplas cuidadosamente todos los mandamientos que yo te prescribo hoy, amando al Señor tu Dios y siguiendo sus caminos toda la vida—, entonces, a esas tres ciudades añadirás otras tres. 10 De este modo no se derramará sangre inocente en la tierra que el Señor tu Dios te va a dar en posesión, y tú no serás responsable de esa muerte.

11 Pero si un hombre que está enemistado con otro le sigue los pasos, lo ataca, lo mata y luego huye buscando refugio en una de estas ciudades, 12 los ancianos de dicha ciudad lo mandarán sacar de allí y lo entregarán en manos del vengador del delito de sangre para que lo mate. 13 No tendrás compasión de él pues, si quieres que te vaya bien, debes evitar que se derrame sangre inocente en Israel.

14 Cuando ocupes la tierra que el Señor tu Dios te va a dar en posesión, no muevas los mojones de tu prójimo que fueron colocados en tiempos pasados.

Leyes sobre los testigos

15 Un solo testigo no será suficiente para probar la culpabilidad de alguien acusado de cometer algún crimen o delito. Hará falta la declaración de dos o tres testigos para fallar una causa.

16 Si un falso testigo acusa a alguien de un crimen, 17 los dos contendientes en la causa se presentarán ante el Señor y ante los sacerdotes y jueces que estén en funciones en esos días. 18 Los jueces estudiarán el caso minuciosamente, y si descubren que el testigo mintió declarando en falso contra su hermano, 19 le aplicarán la pena que él pretendía para su hermano. Así extirparás el mal de en medio de ti. 20 Los demás, cuando se enteren, escarmentarán y no se atreverán a cometer maldad semejante en medio de ti. 21 No tengas compasión del culpable: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.

Ciudades de refugio(A)

19 »Cuando el Señor su Dios haya destruido a las naciones y les dé a ustedes posesión de las tierras que ahora son de ellas, y ustedes ocupen sus ciudades y sus casas, apartarán tres ciudades del país que el Señor su Dios les da en propiedad, y arreglarán el camino que lleva a ellas. Además, dividirán en tres partes el territorio que el Señor su Dios les da en posesión, para que todo aquel que mate a una persona pueda refugiarse en cualquiera de ellas. El que mató podrá huir allí y salvar su vida, si demuestra que lo hizo sin intención y sin que hubiera enemistad entre ellos. Por ejemplo, si alguien va con su compañero al bosque a cortar leña y, al dar el hachazo, se le escapa el hacha del mango y alcanza a su compañero y lo mata, podrá huir a una de esas ciudades, y de esta manera salvará su vida. De lo contrario, si el camino es largo, un pariente cercano del muerto, que quiera vengarlo, perseguirá con rabia al que lo mató y puede alcanzarlo y matarlo, cuando en realidad no merecía la muerte, puesto que nunca antes fueron enemigos. Por eso les mando que aparten tres ciudades, y cuando el Señor su Dios agrande el territorio de ustedes y les dé toda la tierra, tal como lo prometió a los antepasados de ustedes, entonces añadirán ustedes otras tres ciudades de refugio a las tres que ya tenían (siempre y cuando pongan en práctica estos mandamientos que hoy les doy, o sea, que amen al Señor su Dios y sigan siempre sus caminos). 10 De esta manera no se derramará sangre inocente dentro de este país que el Señor su Dios les da en propiedad, ni caerá sobre ustedes la responsabilidad de ninguna muerte.

11 »Pero si un hombre es enemigo de otro y le sigue los pasos, y llegada la ocasión se lanza sobre él y lo mata, y huye después a una de las ciudades de refugio, 12 entonces los ancianos de su ciudad darán la orden de que se le arreste y se le entregue en manos del pariente más cercano del muerto, para que sea condenado a muerte. 13 No le tengan compasión, y así evitarán que se derrame sangre inocente en Israel. Entonces todas las cosas les saldrán bien.

14 »En el país que el Señor su Dios les va a dar, respetarán los límites de la propiedad de su vecino, tal como fueron fijados en tiempos pasados.

Ley contra los testigos falsos

15 »La acusación de un solo testigo no será suficiente para demostrar que una persona ha cometido un crimen, delito o falta. Sólo valdrá la acusación cuando la presenten dos o tres testigos.

16 »Si algún malvado se presenta como testigo falso contra alguien, y lo acusa de haber cometido un delito, 17 entonces las dos personas en pleito se presentarán ante el Señor y ante los sacerdotes y jueces que en aquellos días estén en funciones. 18 Los jueces examinarán el caso con toda atención, y si resulta falsa la declaración presentada por el testigo contra la otra persona, 19 se le hará sufrir la misma sentencia que él quería para el otro. Así acabarán con la maldad que haya en medio de ustedes. 20 Y cuando los demás lo sepan, tendrán miedo y ya no se atreverán a cometer una acción tan mala. 21 No tengan compasión: cobren vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.

Cities to Run to for Safety

19 The Lord your God will destroy the nations whose land he is giving you. You will drive them out. And you will make your homes in their towns and their houses. When you do, set apart for yourselves three cities in the land. It’s the land the Lord your God is giving you to take as your own. Figure out the distances and then separate the land into three parts. Then anyone who kills another person can run to one of these cities for safety. They are in the land the Lord your God is giving you as your own.

Here is the rule about a person who kills someone. That person can run to one of those cities for safety. The rule applies to anyone who kills a neighbor they didn’t hate and didn’t mean to kill. For example, suppose a man goes into a forest with his neighbor to cut wood. When he swings his ax to chop down a tree, the head of the ax flies off. And it hits his neighbor and kills him. Then that man can run to one of those cities and save his life. If he doesn’t go to one of those cities, the dead man’s nearest male relative might become very angry. He might chase the man. If the city is too far away, he might catch him and kill him. But the man running to the city isn’t worthy of death, because he didn’t hate his neighbor. That’s why I command you to set apart for yourselves three cities.

The Lord your God will increase the size of your territory. He promised your people of long ago that he would do it. He will give you the whole land he promised them. But he’ll do it only if you are careful to obey all the laws I’m commanding you today. I command you to love the Lord your God. You must always live as he wants you to live. Suppose you are careful to obey, and the Lord your God gives you more land. Then you must set apart three more cities. 10 Do it to protect those not guilty of murder. Then you won’t spill their blood in your land. It’s the land the Lord your God is giving you as your own.

11 But suppose a man hates his neighbor. So he hides and waits for him. Then he attacks him and kills him. And he runs to one of those cities for safety. 12 If he does, the elders of his own town must send for him. He must be brought back from the city. He must be handed over to the dead man’s nearest male relative. Then the relative will kill him. 13 Don’t feel sorry for him. He has killed someone who hadn’t done anything wrong. Crimes like that must be punished in Israel. Then things will go well with you.

14 Don’t move your neighbor’s boundary stone. It was set up by people who lived there before you. It marks the border of a field in the land you will receive as your own. The Lord your God is giving you that land. You will take it over.

Witnesses

15 Suppose someone is charged with committing a crime of any kind. Then one witness won’t be enough to prove that person is guilty. Every matter must be proved by the words of two or three witnesses.

16 Suppose a witness who tells lies goes to court and brings charges against someone. The witness says someone committed a crime. 17 Then the two people in the case must stand in front of the Lord. They must stand in front of the priests and the judges who are in office at that time. 18 The judges must check out the matter carefully. And suppose the witness is proved to be lying. Then he has said something false in court against another Israelite. 19 So do to the lying witness what he tried to do to the other person. Get rid of that evil witness. 20 The rest of the people will hear about it. And they will be afraid. They won’t allow such an evil thing to be done among them again. 21 Don’t feel sorry for that evil person. A life must be taken for a life. An eye must be put out for an eye. A tooth must be knocked out for a tooth. A hand must be cut off for a hand and a foot for a foot.