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Dividirás en tres partes la tierra que el SEÑOR te da como herencia y escoge una ciudad en medio de cada parte para que sirva de ciudad de refugio. Arreglarás el camino que conduce hacia ellas para que cualquiera que mate a alguien pueda ir a refugiarse a ellas.

Esta es la ley para la gente que mate a alguien y vaya allí para salvar la vida, o sea para el que mate a otro por accidente. No puede haber odiado antes a la víctima. Por ejemplo, si alguna persona va con alguien al bosque a cortar leña, y al levantar su hacha para cortar un árbol la cabeza del hacha se sale del mango, le pega a la otra persona y la mata, el que la mató puede huir a una de esas ciudades para salvar su vida.

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