Deuteronomio 31
Reina-Valera 1995
Josué es instalado como sucesor de Moisés
31 Fue Moisés y le dirigió estas palabras a todo Israel. 2 Les dijo:
«Ya tengo ciento veinte años de edad y no puedo salir ni entrar. Además de esto, Jehová me ha dicho: “No pasarás este Jordán.” 3 Jehová, tu Dios, él pasa delante de ti; él destruirá a estas naciones delante de ti, y las heredarás. Josué será el que pasará delante de ti, como Jehová ha dicho. 4 Jehová hará con ellos como hizo con Sehón y con Og, reyes de los amorreos, y con su tierra, a quienes destruyó. 5 Los entregará Jehová delante de vosotros, y haréis con ellos conforme a todo lo que os he mandado. 6 ¡Esforzaos y cobrad ánimo! No temáis ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová, tu Dios, es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.»
7 Después llamó Moisés a Josué y le dijo en presencia de todo Israel:
«¡Esfuérzate y anímate!, porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se la harás heredar. 8 Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará ni te desamparará. No temas ni te intimides.»
9 Escribió Moisés esta Ley y se la dio a los sacerdotes, hijos de Leví, que llevaban el Arca del pacto de Jehová, y a todos los ancianos de Israel. 10 Y Moisés les dio esta orden:
«Cada siete años, al llegar el año de la remisión, en la fiesta de los Tabernáculos, 11 cuando vaya todo Israel a presentarse delante de Jehová, tu Dios, en el lugar que él escoja, leerás esta Ley ante todo Israel, a oídos de todos ellos. 12 Harás congregar al pueblo, hombres, mujeres y niños, y los extranjeros que estén en tus ciudades, para que oigan y aprendan a temer a Jehová, vuestro Dios, y cuiden de cumplir todas las palabras de esta Ley. 13 También los hijos de ellos, que no la conocen, podrán oírla y aprenderán a temer a Jehová, vuestro Dios, todos los días que viváis sobre la tierra que vais a poseer tras pasar el Jordán.»
14 Luego Jehová dijo a Moisés:
«Mira, se ha acercado el día de tu muerte. Llama a Josué y esperad en el Tabernáculo de reunión para que yo le dé mis órdenes.»
Fueron, pues, Moisés y Josué, y esperaron en el Tabernáculo de reunión, 15 y se apareció Jehová en el Tabernáculo, en la columna de nube, la cual se puso sobre la puerta del Tabernáculo. 16 Entonces Jehová dijo a Moisés:
«He aquí que vas a dormir con tus padres, y este pueblo se levantará para prostituirse tras los dioses ajenos de la tierra adonde va para vivir en medio de ella. Me dejará e invalidará el pacto que he concertado con él. 17 Pero aquel día se encenderá mi furor contra él, los abandonaré y esconderé de ellos mi rostro; serán consumidos y vendrán sobre ellos muchos males y angustias. Dirán en aquel día: “¿No me han venido estos males porque no está mi Dios en medio de mí?” 18 Pero ciertamente yo esconderé mi rostro en aquel día, por todo el mal que ellos habrán hecho, por haberse vuelto a dioses ajenos.
19 »Ahora pues, escribe este cántico y enséñalo a los hijos de Israel; ponlo en su boca, para que este cántico me sirva de testigo contra los hijos de Israel. 20 Porque cuando yo los introduzca en la tierra que juré a sus padres, la cual fluye leche y miel, comerán hasta saciarse, y engordarán, se volverán a dioses ajenos y los servirán, me enojarán e invalidarán mi pacto. 21 Y cuando les vengan muchos males y angustias, entonces este cántico servirá de testigo contra él, pues será recordado por boca de sus descendientes; porque yo conozco lo que se proponen de antemano, antes que los introduzca en la tierra que juré darles.»
22 Moisés escribió este cántico aquel día, y lo enseñó a los hijos de Israel.
23 Luego dio esta orden a Josué hijo de Nun:
«¡Esfuérzate y anímate!, pues tú introducirás a los hijos de Israel en la tierra que les juré, y yo estaré contigo.»
Orden de guardar la Ley junto al Arca
24 Cuando acabó Moisés de escribir las palabras de esta Ley en un libro hasta concluirlo, 25 Moisés dio estas órdenes a los levitas que llevaban el Arca del pacto de Jehová:
26 «Tomad este libro de la Ley y ponedlo al lado del Arca del pacto de Jehová, vuestro Dios; que esté allí como testigo contra ti. 27 Porque yo conozco tu rebelión y tu dura cerviz. Si aun viviendo yo con vosotros hoy, sois rebeldes a Jehová; ¿cuánto más después que yo haya muerto? 28 Congregad junto a mí a todos los ancianos de vuestras tribus y a vuestros oficiales; yo hablaré en sus oídos estas palabras, y llamaré como testigos contra ellos a los cielos y a la tierra. 29 Porque yo sé que, después de mi muerte, ciertamente os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado, y que la desgracia vendrá sobre vosotros en los días venideros, por haber hecho lo malo ante los ojos de Jehová, enojándolo con la obra de vuestras manos.»
Cántico de Moisés
30 Entonces pronunció Moisés a oídos de toda la congregación de Israel, de principio a fin, las palabras de este cántico:
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