Deuteronomio 31-34
Nueva Traducción Viviente
Josué se convierte en el líder de Israel
31 Cuando Moisés terminó de dar esas instrucciones[a] a todo el pueblo de Israel, 2 dijo: «Ya tengo ciento veinte años y no puedo seguir guiándote. El Señor me dijo: “No cruzarás el río Jordán”. 3 Sin embargo, el Señor tu Dios sí cruzará delante de ti. Él destruirá a las naciones que viven allí, y tú tomarás posesión de esa tierra. Josué te guiará para cruzar el río, tal como el Señor prometió.
4 »El Señor destruirá a las naciones que viven en esa tierra, tal como destruyó a Sehón y a Og, los reyes de los amorreos. 5 El Señor te entregará a los que viven allí, y tú tendrás que hacer con ellos lo que te ordené. 6 ¡Así que sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni sientas pánico frente a ellos, porque el Señor tu Dios, él mismo irá delante de ti. No te fallará ni te abandonará».
7 Luego Moisés mandó llamar a Josué y, en presencia de todo Israel, le dijo: «¡Sé fuerte y valiente! Pues tú guiarás a este pueblo a la tierra que el Señor juró a sus antepasados que les daría. Tú serás quien la repartirá entre ellos y se la darás como sus porciones de tierra. 8 No temas ni te desalientes, porque el propio Señor irá delante de ti. Él estará contigo; no te fallará ni te abandonará».
Lectura pública del libro de instrucción
9 Entonces Moisés escribió en un libro todo el conjunto de instrucciones y se lo dio a los sacerdotes que llevaban el arca del pacto del Señor y a los ancianos de Israel. 10 Luego Moisés les dio la siguiente orden: «Al final de cada séptimo año—el año de liberación—y durante el Festival de las Enramadas, 11 leerán este libro de instrucción a todo el pueblo de Israel cuando se reúna ante el Señor su Dios en el lugar que él elija. 12 Convoquen a todos—a hombres, mujeres, niños y a los extranjeros que vivan en sus ciudades—para que oigan lo que dice el libro de instrucción y aprendan a temer al Señor su Dios y a obedecer cuidadosamente todas las condiciones de estas instrucciones. 13 Háganlo para que sus hijos que no saben nada de estas instrucciones, las oigan y aprendan a temer al Señor su Dios. Háganlo mientras vivan en la tierra que van a poseer al cruzar el Jordán».
Predicción de la desobediencia de Israel
14 Luego el Señor le dijo a Moisés: «Ha llegado la hora de tu muerte. Llama a Josué y preséntate con él en el tabernáculo[b] para entregarle mi encargo a Josué allí». Entonces Moisés y Josué fueron y se presentaron en el tabernáculo. 15 Así que el Señor se les apareció en una columna de nube que se detuvo en la entrada de la carpa sagrada.
16 El Señor le dijo a Moisés: «Estás por morir y vas a reunirte con tus antepasados. Cuando ya no estés aquí, los israelitas comenzarán a rendir culto a dioses ajenos, los dioses de la tierra a la cual se dirigen. Me abandonarán y romperán el pacto que hice con ellos. 17 Entonces mi enojo arderá contra ellos. Los abandonaré, esconderé mi rostro de ellos, y serán devorados. Pasarán terribles dificultades y, en aquel día, dirán: “¡Estas calamidades nos han ocurrido porque Dios ya no está entre nosotros!”. 18 En esos días esconderé mi rostro de ellos debido a toda la maldad que cometen al rendir culto a otros dioses.
19 »Por lo tanto, escribe este canto y enséñalo a los israelitas. Ayúdalos a que lo aprendan, para que me sirva de testigo contra ellos. 20 Pues los haré entrar en la tierra que juré dar a sus antepasados, una tierra donde fluyen la leche y la miel. Allí llegarán a ser prósperos, comerán todo lo que quieran y engordarán. Pero comenzarán a rendir culto a otros dioses; me despreciarán y romperán mi pacto. 21 Entonces cuando les ocurran grandes calamidades, este canto servirá de prueba en su contra, porque sus descendientes jamás lo olvidarán. Yo conozco las intenciones de este pueblo, incluso ahora que todavía no han entrado en la tierra que prometí darles».
22 Así que, ese mismo día, Moisés escribió el canto y lo enseñó a los israelitas.
23 Luego el Señor encargó a Josué, hijo de Nun, con las siguientes palabras: «Sé fuerte y valiente porque tendrás que llevar al pueblo de Israel a la tierra que juré darles. Yo estaré contigo».
24 Cuando Moisés terminó de escribir todo el conjunto de instrucciones en un libro, 25 les dio la siguiente orden a los levitas que llevaban el arca del pacto del Señor: 26 «Tomen este libro de instrucción y pónganlo al lado del arca del pacto del Señor su Dios, para que quede allí como testigo contra ustedes, los israelitas. 27 Pues yo sé lo rebeldes y tercos que son. Incluso ahora que todavía sigo vivo y estoy con ustedes, se han rebelado contra el Señor. ¡Cuánto más rebeldes se pondrán después de mi muerte!
28 »Llamen ahora a todos los ancianos y a los funcionarios de las tribus, para que les hable directamente y ponga al cielo y a la tierra como testigos en su contra. 29 Yo sé que después de mi muerte ustedes se corromperán por completo y se apartarán del camino que les ordené seguir. En los días futuros, les vendrán calamidades porque harán lo malo a los ojos del Señor y lo enojarán mucho con sus acciones».
El canto de Moisés
30 Entonces Moisés recitó el canto entero en presencia de toda la congregación de Israel:
32 «¡Escuchen, oh cielos, y hablaré!
¡Oye, oh tierra, las palabras que digo!
2 Que mi enseñanza caiga sobre ustedes como lluvia;
que mi discurso se asiente como el rocío.
Que mis palabras caigan como lluvia sobre pastos suaves,
como llovizna delicada sobre plantas tiernas.
3 Proclamaré el nombre del Señor;
¡qué glorioso es nuestro Dios!
4 Él es la Roca; sus obras son perfectas.
Todo lo que hace es justo e imparcial.
Él es Dios fiel; nunca actúa mal.
¡Qué justo y recto es él!
5 »Pero ellos se comportaron de manera corrupta con él;
cuando actúan con tanta perversión,
¿son realmente sus hijos?[c]
Son una generación engañosa y torcida.
6 ¿Es así como le pagas al Señor,
pueblo necio y sin entendimiento?
¿No es él tu Padre, quien te creó?
¿Acaso no te formó y te estableció?
7 Recuerda los días pasados;
piensa en las generaciones anteriores.
Pregúntale a tu padre, y él te informará.
Averigua con los ancianos, y ellos te contarán.
8 Cuando el Altísimo asignó territorios a las naciones,
cuando dividió a la raza humana,
fijó los límites de los pueblos
según el número de su corte celestial.[d]
9 »Pues el pueblo de Israel pertenece al Señor;
Jacob es su posesión más preciada.
10 Él lo encontró en un desierto,
en un páramo vacío y ventoso.
Lo rodeó y lo cuidó;
lo protegió como a sus propios ojos.[e]
11 Como un águila que aviva a sus polluelos
y revolotea sobre sus crías,
así desplegó sus alas para tomarlo y alzarlo
y llevarlo a salvo sobre sus plumas.
12 El Señor, él solo, lo guio;
el pueblo no siguió a dioses ajenos.
13 Él lo dejó cabalgar sobre tierras altas
y saciarse con las cosechas de los campos.
Lo nutrió con miel de la roca
y con aceite de oliva de los pedregales.
14 Lo alimentó con yogur[f] de la manada
y leche del rebaño,
y también con la grasa de los corderos.
Le dio de los mejores carneros de Basán y cabras,
junto con el trigo más selecto.
Bebiste el vino más fino,
elaborado con el jugo de las uvas.
15 »Pero Israel[g] pronto engordó y se volvió rebelde;
¡el pueblo aumentó de peso, se puso gordo y relleno!
Entonces abandonó a Dios, quien lo había creado;
se burló de la Roca de su salvación.
16 Lo provocó a celos al rendir culto a dioses ajenos;
lo enfureció con sus actos detestables.
17 Ofreció sacrificios a demonios, los cuales no son Dios,
a dioses que no conocían,
a dioses nuevos y recientes,
a dioses que sus antepasados jamás temieron.
18 Descuidaste la Roca que te engendró;
te olvidaste del Dios que te dio la vida.
19 »El Señor vio todo eso y se alejó de ti,
provocado al enojo por sus propios hijos e hijas.
20 Dijo: “Los abandonaré
y ya veremos cómo terminan.
Pues son una generación torcida,
hijos sin integridad.
21 Ellos despertaron mis celos al rendir culto a cosas que no son Dios;
provocaron mi enojo con sus ídolos inútiles.
Ahora yo despertaré sus celos con gente que ni siquiera es pueblo;
provocaré su enojo por medio de gentiles[h] insensatos.
22 Pues mi enojo arde como el fuego
y quema hasta las profundidades de la tumba.[i]
Devora la tierra y todos sus cultivos
y enciende hasta los cimientos de las montañas.
23 Amontonaré calamidades sobre ellos
y los derribaré con mis flechas.
24 Los debilitaré con hambre,
alta fiebre y enfermedades mortales.
Les enviaré los colmillos de bestias salvajes
y serpientes venenosas que se arrastran por el polvo.
25 Por fuera, la espada los matará,
y por adentro, el terror los carcomerá,
tanto a los muchachos como a las jovencitas,
tanto a los niños como a los ancianos.
26 Los habría aniquilado por completo,
habría borrado hasta el recuerdo de ellos,
27 pero temí la burla de los enemigos de Israel,
quienes podrían entender mal y decir:
‘¡Nuestro poder ha triunfado!
¡El Señor no tuvo nada que ver en eso!’”
28 »Pero Israel es una nación insensata;
su gente es necia, sin entendimiento.
29 ¡Ay, si fueran sabios y entendieran estas cosas!
¡Ay, si supieran lo que les espera!
30 ¿Cómo podría una persona perseguir a mil de ellos
y dos personas hacer huir a diez mil,
a menos que la Roca de ellos los hubiera vendido,
a menos que el Señor se los hubiera entregado?
31 Pero la roca de nuestros enemigos no es como nuestra Roca,
hasta ellos mismos se dan cuenta de eso.[j]
32 Su vid crece de la vid de Sodoma,
de los viñedos de Gomorra.
Sus uvas son veneno,
y sus racimos son amargos.
33 Su vino es veneno de serpientes,
veneno mortal de cobras.
34 »El Señor dice: “¿Acaso no estoy sellando todas esas cosas
y almacenándolas en mi cofre?
35 Yo tomaré venganza; yo les pagaré lo que se merecen.
A su debido tiempo, sus pies resbalarán.
Les llegará el día de la calamidad,
y su destino los alcanzará”.
36 »Sin duda, el Señor hará justicia a su pueblo
y cambiará de parecer acerca de[k] sus siervos,
cuando vea que ya no tienen fuerzas
y no queda nadie allí, ni siervo ni libre.
37 Y luego preguntará: “¿Dónde están sus dioses,
esas rocas a las que acudieron para refugiarse?
38 ¿Dónde están ahora los dioses
que comían la gordura de sus sacrificios
y bebían el vino de sus ofrendas?
¡Que se levanten esos dioses y los ayuden!
¡Que ellos les den refugio!
39 ¡Miren ahora, yo mismo soy Dios!
¡No hay otro dios aparte de mí!
Yo soy el que mata y el que da vida;
soy el que hiere y el que sana.
¡Nadie puede ser librado de mi mano poderosa!
40 Ahora levanto mi mano al cielo
y declaro: ‘Tan cierto como que yo vivo,
41 cuando afile mi espada reluciente
y comience a hacer justicia,
me vengaré de mis enemigos
y daré su merecido a los que me rechazan.
42 Haré que mis flechas se emborrachen de sangre,
y mi espada devorará carne:
la sangre de los masacrados y cautivos,
y las cabezas de los jefes enemigos’”.
43 »Alégrense con él, oh cielos,
y que lo adoren todos los ángeles de Dios.[l]
Alégrense con su pueblo, oh gentiles,
y que todos los ángeles se fortalezcan en él.[m]
Pues él vengará la sangre de sus hijos;[n]
cobrará venganza de sus enemigos.
Dará su merecido a los que lo odian[o]
y limpiará la tierra de su pueblo».
44 Entonces Moisés fue con Josué,[p] hijo de Nun, y recitó todas las palabras de ese canto al pueblo.
45 Cuando Moisés terminó de recitar todas esas palabras al pueblo de Israel, 46 agregó: «Toma en serio cada una de las advertencias que te hice hoy. Transmítelas como una orden a tus hijos, para que obedezcan cada palabra de esas instrucciones. 47 No son palabras vacías; ¡son tu vida! Si las obedeces, disfrutarás de muchos años en la tierra que poseerás al cruzar el río Jordán».
Anuncio de la muerte de Moisés
48 Ese mismo día, el Señor le dijo a Moisés: 49 «Ve a Moab, a las montañas que están al oriente del río,[q] y sube el monte Nebo, que está frente a Jericó. Contempla la tierra de Canaán, la tierra que le doy al pueblo de Israel como su preciada posesión. 50 Entonces morirás allí, en la montaña. Te reunirás con tus antepasados tal como tu hermano Aarón, quien murió en el monte Hor y se reunió con sus antepasados. 51 Pues los dos me traicionaron ante los israelitas en las aguas de Meriba en Cades,[r] en el desierto de Zin. Allí ustedes no le demostraron mi santidad al pueblo de Israel. 52 Así que verás la tierra desde lejos, pero no podrás entrar en la tierra que le doy al pueblo de Israel».
Moisés bendice al pueblo
33 La siguiente es la bendición que Moisés, hombre de Dios, le dio al pueblo de Israel antes de morir:
2 «El Señor vino desde el monte Sinaí
y se nos[s] apareció en el monte Seir;
resplandeció desde el monte Parán
y llegó desde Meriba-cades
con llamas de fuego en la mano derecha.[t]
3 Él ama verdaderamente a su pueblo;[u]
todos sus santos están en sus manos.
Ellos siguen sus pasos
y aceptan sus enseñanzas.
4 Moisés nos dio la instrucción del Señor,
que es una posesión exclusiva del pueblo de Israel.[v]
5 El Señor era el rey en Israel[w]
cuando los líderes del pueblo se reunieron,
cuando las tribus de Israel se juntaron como una sola».
6 Moisés dijo lo siguiente sobre la tribu de Rubén:[x]
«Que la tribu de Rubén viva y no desaparezca,
aunque sean pocos en cantidad».
7 Moisés dijo lo siguiente sobre la tribu de Judá:
«Oh Señor, oye el clamor de Judá
y reúnelo como un solo pueblo.
Dale fuerzas para defender su causa;
ayúdalo contra sus enemigos».
8 Moisés dijo lo siguiente sobre la tribu de Leví:
«Oh Señor, has dado tu Urim y Tumim—el sorteo sagrado—
a tus siervos fieles, los levitas.[y]
Los pusiste a prueba en Masá
y luchaste con ellos en las aguas de Meriba.
9 Los levitas obedecieron tu palabra
y cumplieron tu pacto.
Fueron más leales a ti
que a sus propios padres.
Ignoraron a sus parientes
y no reconocieron a sus propios hijos.
10 Ellos enseñan tus ordenanzas a Jacob
y dan tus instrucciones a Israel.
Ofrecen incienso delante de ti
y presentan ofrendas quemadas enteras sobre el altar.
11 Oh Señor, bendice el servicio de los levitas
y acepta todo el trabajo de sus manos.
Hiere a sus enemigos donde más les duela
y derriba a sus adversarios para que no vuelvan a levantarse».
12 Moisés dijo lo siguiente sobre la tribu de Benjamín:
«Los de Benjamín son amados por el Señor
y viven seguros a su lado.
Él los rodea continuamente
y los protege de todo daño».
13 Moisés dijo lo siguiente sobre las tribus de José:
«Que el Señor bendiga su tierra
con el precioso regalo del rocío de los cielos
y el agua que está debajo de la tierra,
14 con los ricos frutos que maduran al sol
y las cosechas abundantes de cada mes,
15 con los mejores cultivos de las antiguas montañas
y la abundancia de las colinas eternas,
16 con lo mejor que da la tierra y su plenitud,
y el favor de aquel que apareció en la zarza ardiente.
Que estas bendiciones reposen sobre la cabeza de José
y coronen la frente del príncipe entre sus hermanos.
17 José tiene la majestad de un toro joven;
tiene los cuernos de un buey salvaje.
Corneará a naciones lejanas
hasta los extremos de la tierra.
Esa es mi bendición para las multitudes de Efraín
y los millares de Manasés».
18 Moisés dijo lo siguiente sobre la tribu de Zabulón y la de Isacar:[z]
«Que los de Zabulón prosperen en sus viajes.
Que los de Isacar prosperen en su casa.[aa]
19 Ellos convocan al pueblo a la montaña
para ofrecer allí los sacrificios apropiados.
Sacan provecho de las riquezas del mar
y de los tesoros escondidos en la arena».
20 Moisés dijo lo siguiente sobre la tribu de Gad:
«¡Bendito el que extiende el territorio de Gad!
Gad está agazapado allí como un león
para arrancar un brazo o una cabeza.
21 La gente de Gad se llevó la mejor tierra;
se le asignó la porción de un líder.
Cuando los líderes del pueblo se reunieron,
llevaron a cabo la justicia del Señor
y obedecieron sus ordenanzas para Israel».
22 Moisés dijo lo siguiente sobre la tribu de Dan:
«Dan es un cachorro de león
que salta desde Basán».
23 Moisés dijo lo siguiente sobre la tribu de Neftalí:
«Oh Neftalí, tú eres rico en favor
y estás lleno de las bendiciones del Señor;
que sean tuyos el occidente y el sur».
24 Moisés dijo lo siguiente sobre la tribu de Aser:
«Que Aser sea más bendito que los otros hijos,
que sea estimado por sus hermanos,
que bañe sus pies en aceite de oliva.
25 Que los cerrojos de tus puertas sean de hierro y de bronce,
que vivas protegido todos los días de tu vida».
26 «No hay nadie como el Dios de Israel.[ab]
Él cabalga por el firmamento para ir en tu ayuda,
a través de los cielos, con majestuoso esplendor.
27 El Dios eterno es tu refugio,
y sus brazos eternos te sostienen.
Él quita al enemigo de tu paso
y grita: “¡Destrúyelo!”.
28 Así que Israel vivirá a salvo;
el próspero Jacob habitará protegido
en una tierra de grano y vino nuevo,
donde los cielos dejan caer su rocío.
29 ¡Qué bendito eres, oh Israel!
¿Quién es como tú, un pueblo rescatado por el Señor?
¡Él es tu escudo protector
y tu espada triunfante!
Tus enemigos se arrastrarán ante ti,
y tú los pisotearás con fuerza sobre la espalda».
Muerte de Moisés
34 Entonces Moisés se dirigió al monte Nebo desde las llanuras de Moab, y subió a la cumbre del monte Pisga, que está frente a Jericó. Y el Señor le mostró todo el territorio: desde Galaad hasta tan lejos como Dan, 2 toda la tierra de Neftalí, la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá—que se extiende hasta el mar Mediterráneo[ac]—, 3 el Neguev, y el valle del Jordán junto con Jericó—la ciudad de las palmeras—hasta Zoar. 4 Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Esta es la tierra que le prometí bajo juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob cuando dije: “La daré a tus descendientes”. Ahora te he permitido verla con tus propios ojos, pero no entrarás en ella».
5 Así que Moisés, siervo del Señor, murió allí, en la tierra de Moab, tal como el Señor había dicho. 6 El Señor lo enterró[ad] en un valle cercano a Bet-peor, en Moab, pero nadie conoce el lugar exacto hasta el día de hoy. 7 Moisés tenía ciento veinte años cuando murió, pero hasta entonces conservó una buena vista y mantuvo todo su vigor. 8 El pueblo de Israel hizo duelo por Moisés en las llanuras de Moab durante treinta días, hasta que se cumplió el tiempo acostumbrado para el duelo.
9 Ahora, Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él. Así que el pueblo de Israel lo obedeció haciendo todo lo que el Señor le había ordenado a Moisés.
10 Nunca más hubo en Israel otro profeta como Moisés, a quien el Señor conocía cara a cara. 11 El Señor lo envió a la tierra de Egipto para realizar todas las señales milagrosas y las maravillas contra el faraón, contra toda su tierra y contra todos sus sirvientes. 12 Moisés realizó con gran poder hechos aterradores a la vista de todo Israel.
Footnotes
- 31:1 Así aparece en los Rollos del mar Muerto y en la versión griega; el texto masorético dice Moisés fue y habló.
- 31:14 En hebreo en la carpa de reunión; también en 31:14b.
- 32:5 El significado del hebreo es incierto.
- 32:8 Así aparece en los Rollos del mar Muerto, que dicen el número de los hijos de Dios, y en la versión griega, que dice el número de los ángeles de Dios; el texto masorético dice el número de los hijos de Israel.
- 32:10 En hebreo como a la niña de sus ojos.
- 32:14 O cuajada.
- 32:15 En hebreo Jesurún, una expresión de cariño para referirse a Israel.
- 32:21 Gentil[es], que no es judío.
- 32:22 En hebreo del Seol.
- 32:31 El significado del hebreo es incierto. La versión griega dice nuestros enemigos son unos tontos.
- 32:36 O y tomará venganza a favor de.
- 32:43a Así aparece en los Rollos del mar Muerto y en la versión griega; en el texto masorético faltan las dos primeras líneas. Comparar Hb 1:6.
- 32:43b Así aparece en la versión griega; en hebreo falta esa oración. Comparar Rm 15:10.
- 32:43c Así aparece en los Rollos del mar Muerto y en la versión griega; el texto masorético dice sus siervos.
- 32:43d Así aparece en los Rollos del mar Muerto y en la versión griega; en el texto masorético falta esa línea.
- 32:44 En hebreo Oseas, otro nombre de Josué.
- 32:49 En hebreo las montañas de Abarim.
- 32:51 En hebreo las aguas de Meriba-cades.
- 33:2a Así aparece en la versión griega y en la siríaca; en hebreo dice les.
- 33:2b O y vino de entre miles de seres santos, del sur, de sus laderas montañosas. El significado del hebreo es incierto.
- 33:3 Así aparece en la versión griega; en hebreo dice Sin duda, amante de los pueblos.
- 33:4 En hebreo de Jacob. Los nombres «Jacob» e «Israel» a menudo son intercambiables en el Antiguo Testamento. Algunas veces hacen referencia al patriarca como individuo y otras veces a la nación.
- 33:5 En hebreo en Jesurún, una expresión de cariño para referirse a Israel.
- 33:6 En hebreo falta Moisés dijo lo siguiente sobre la tribu de Rubén.
- 33:8 Así aparece en la versión griega; en hebreo falta los levitas.
- 33:18a En hebreo falta y la de Isacar.
- 33:18b En hebreo en sus carpas.
- 33:26 En hebreo de Jesurún, una expresión de cariño para referirse a Israel.
- 34:2 En hebreo el mar occidental.
- 34:6 En hebreo Él lo enterró; el Pentateuco Samaritano y algunos manuscritos griegos dicen Ellos lo enterraron.
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.
Bible Gateway Recommends






