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34 Pero al fin de los días, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo, y recobré mi razón[a], y bendije al Altísimo y alabé y glorifiqué al que vive para siempre;

porque su dominio es un dominio eterno(A),
y su reino permanece de generación en generación(B).
35 Y todos los habitantes de la tierra son considerados como nada(C),
mas Él actúa conforme a su voluntad en el ejército del cielo
y entre los habitantes de la tierra(D);
nadie puede detener[b] su mano(E),
ni decirle: «¿Qué has hecho(F)?».

36 En ese momento recobré mi razón[c]. Y mi majestad y mi esplendor me fueron devueltos(G) para gloria(H) de mi reino, y mis consejeros[d] y mis nobles vinieron a buscarme; y fui restablecido en mi reino[e], y mayor grandeza me fue añadida(I). 37 Ahora yo, Nabucodonosor, alabo, ensalzo y glorifico al Rey del cielo(J), porque sus obras son todas verdaderas[f] y justos[g] sus caminos(K); Él puede humillar(L) a los que caminan con soberbia.

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Notas al pie

  1. Daniel 4:34 Lit., conocimiento
  2. Daniel 4:35 Lit., golpear
  3. Daniel 4:36 Lit., conocimiento
  4. Daniel 4:36 O, altos oficiales
  5. Daniel 4:36 O, soberanía
  6. Daniel 4:37 Lit., verdad
  7. Daniel 4:37 Lit., justicia

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