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20 El árbol que viste (que crecía y se hacía fuerte, y cuya altura llegaba hasta el cielo y que era visible a toda la tierra; 21 cuyo follaje era hermoso y su fruto abundante, de modo que en él había sustento para todos; debajo del cual habitaban los animales del campo y en cuyas ramas las aves del cielo tenían su morada) 22 eres tú mismo, oh rey, que has crecido y te has hecho fuerte. Tu grandeza ha crecido y ha llegado hasta el cielo, y tu dominio hasta los confines de la tierra.

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