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19 Entonces Daniel, cuyo nombre era Beltesasar, quedó atónito por un momento y sus pensamientos lo turbaban. El rey habló y dijo:

—Beltesasar, no te turben el sueño ni su interpretación.

Y Beltesasar respondió y dijo:

—¡Oh señor mío, que el sueño sea para tus enemigos y su interpretación para tus adversarios! 20 El árbol que viste (que crecía y se hacía fuerte, y cuya altura llegaba hasta el cielo y que era visible a toda la tierra; 21 cuyo follaje era hermoso y su fruto abundante, de modo que en él había sustento para todos; debajo del cual habitaban los animales del campo y en cuyas ramas las aves del cielo tenían su morada)

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