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Sin embargo[a], en aquel tiempo algunos caldeos se presentaron(A) y acusaron a[b] los judíos(B). Hablaron y dijeron al rey Nabucodonosor: «¡Oh rey, viva para siempre(C)! 10 Usted, oh rey, ha proclamado un decreto de que todo hombre que oiga el sonido del cuerno, la flauta, la lira, el arpa, el salterio, la gaita y toda clase de música, se postre y adore la estatua de oro(D), 11 y el que no se postre y adore, será echado en un horno de fuego ardiente. 12 Pero hay algunos judíos a quienes usted ha puesto sobre la administración de la provincia de Babilonia, es decir, Sadrac, Mesac y Abed Nego(E), estos hombres, oh rey, no le hacen caso. No sirven a sus dioses ni adoran la estatua de oro que ha levantado».

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Footnotes

  1. Daniel 3:8 Lit. Por tanto.
  2. Daniel 3:8 Lit. comieron los pedazos de.

19 Pero cuando sus amos vieron que se les había ido[a] la esperanza de ganancia para ellos(A), prendieron a Pablo y a Silas(B), y los arrastraron hasta la plaza, ante las autoridades(C). 20 Después de haberlos presentado a los magistrados superiores, dijeron: «Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad, 21 y proclaman costumbres que no nos es lícito aceptar ni observar(D), puesto que somos romanos(E)».

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Footnotes

  1. Hechos 16:19 Lit. que había salido.