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41 Y aunque se dan cuenta de que sus dioses no sirven para nada, los babilonios no se atreven a abandonarlos. ¡No quieren reconocer que son unos tontos! 42 En las calles algunas mujeres se atan un cordón a la cintura y se sientan a quemar la cáscara del grano, como si fuera incienso. 43 Y cuando un hombre pasa por allí, y se lleva a una de esas mujeres para tener relaciones sexuales con ella, esa mujer se burla de sus compañeras, porque ninguna de ellas fue elegida por el hombre para desatarle el cordón.

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