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Podría tomarte de la mano
y llevarte a la casa de mi madre,
para que allí me enseñaras
el arte del amor.
Yo misma te daría a beber
un vino con especias
y el jugo de mis manzanas.

¡Pon tu brazo izquierdo
bajo mi cabeza!
¡Con tu brazo derecho
aprieta tu cuerpo contra el mío!

El novio

Mujeres de Jerusalén,
quiero que me prometan
que no molestarán a mi amada
ni la despertarán de su sueño de amor,
hasta que ella sola se despierte.

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