Add parallel Print Page Options

Te llevaría de la mano al hogar de mi infancia, y allí me enseñarías. Yo te daría a beber vino con especias, dulce vino de granada. ¡Pon tu brazo izquierdo bajo mi cabeza y rodea mi cintura con tu brazo derecho!

El amado

Les ruego, mujeres de Jerusalén, que no despierten a mi amada hasta que ella quiera.

Read full chapter