Add parallel Print Page Options

Tu talle es como una palmera,
y tus pechos como racimos de dátiles.
Pensé: “¡Subiré a la palmera
y me prenderé de sus racimos!”.

¡Sean tus pechos como racimos de uvas, y la fragancia de tu boca
como de manzanas!
Tu paladar es como el buen vino que corre suavemente hacia el amado
y fluye por los labios
de los que se duermen.

Read full chapter