Add parallel Print Page Options

Cuán bella eres, amor mío,
    ¡cuán encantadora en tus delicias!
Tu talle se asemeja al talle de la palmera,
    y tus pechos a sus racimos.
Me dije: «Treparé a la palmera;
    de sus racimos me adueñaré».
¡Sean tus pechos como racimos de uvas,
    tu aliento cual fragancia de manzanas,

Read full chapter