Add parallel Print Page Options

Torre de marfil, tu cuello;
pozos de Jesbón, tus ojos,
junto a la puerta mayor;
tu nariz, torre del Líbano,
centinela de Damasco.
Tu cabeza se levanta
igual que el monte Carmelo,
tu cabello es como púrpura
que a un rey enreda en sus trenzas.
¡Qué hermosa y que dulce eres,
amor mío, qué delicia!

Read full chapter