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¡Aparta tus ojos de mí,
pues me subyugan!

Tu cabello es como manada de cabras
que bajan retozando las laderas de Galaad.
Tus dientes, como manada de ovejas
que suben del baño,
ninguna estéril,
todas con crías gemelas.
Tus mejillas,
como gajos de granada detrás de tu velo.

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