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Hasta que apunte el día y huyan las sombras,

Iréme al monte de la mirra,

Y al collado del incienso.

Toda tú eres hermosa, amiga mía

Y en ti no hay mancha.

Conmigo del Líbano, oh esposa,

Conmigo ven del Líbano:

Mira desde la cumbre de Amana,

Desde la cumbre de Senir y de Hermón,

Desde las guaridas de los leones,

Desde los montes de los tigres.

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