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Apenas me aparté de ellos un poco,
hallé al amado de mi alma;
me así a él, y no lo dejé
hasta llevarlo a casa de mi madre,
a la habitación de quien me dio a luz.

El esposo

¡Yo os conjuro, hijas de Jerusalén,
por las gacelas y las ciervas del campo,
que no despertéis a mi amor!
¡Dejadla dormir mientras quiera!

El cortejo de bodas

Coro

¿Qué es eso que sube del desierto
cual columna de humo,
perfumado de mirra e incienso,
y de todo polvo aromático?

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