Cantares 1-2
Nueva Versión Internacional
1 Cantar de los cantares[a] de Salomón.
Primer Canto
La amada
2 Ah, si me besaras con los besos de tu boca…[b]
¡Mejor es tu amor que el vino!
3 La fragancia de tus perfumes es placentera;
tu nombre es bálsamo aromático.
¡Con razón te aman las doncellas!
4 ¡Arrástrame en pos de ti! ¡Date prisa!
¡Llévame, oh rey, a tu alcoba!
Los amigos
Regocijémonos y deleitémonos juntos;
celebraremos tus caricias más que el vino.
¡Sobran las razones para amarte!
La amada
5 Soy morena y hermosa,
hijas de Jerusalén;
morena como las tiendas de campaña de Cedar,
hermosa como las cortinas de Salomón.[c]
6 No se fijen en mi tez morena
ni en que el sol me bronceó la piel.
Mis hermanos se enfadaron contra mí
y me obligaron a cuidar las viñas;
¡y mi propia viña descuidé!
7 Cuéntame, amor de mi vida,
¿dónde apacientas tus rebaños?,
¿dónde al mediodía los haces reposar?
¿Por qué he de andar como mujer con velo
entre los rebaños de tus amigos?
Los amigos
8 Si no lo sabes, la más bella de las mujeres,
ve tras la huella del rebaño
y apacienta tus cabritos
junto a las moradas de los pastores.
El amado
9 Te comparo, amada mía, con una yegua
entre los caballos del carro del faraón.
10 ¡Qué hermosas lucen tus mejillas entre los pendientes!
¡Qué hermoso luce tu cuello entre los collares!
11 ¡Haremos para ti pendientes de oro
con incrustaciones de plata!
La amada
12 Mientras el rey se halla sentado a la mesa,
mi nardo esparce su fragancia.
13 Mi amado es para mí como el saquito de mirra
que duerme entre mis pechos.
14 Mi amado es para mí como un ramito de azahar[d]
de las viñas de Engadi.
El amado
15 ¡Cuán bella eres, amada mía!
¡Cuán bella eres!
¡Tus ojos son dos palomas!
La amada
16 ¡Cuán hermoso eres, amado mío!
¡Eres un encanto!
El amado
Una alfombra de hojas es nuestro lecho,
17 los cedros son las vigas de la casa
y nos cubre un techo de cipreses.
La amada
2 Yo soy una rosa de Sarón,
una azucena de los valles.
El amado
2 Como azucena entre las espinas
es mi amada entre las doncellas.
La amada
3 Cual manzano entre los árboles del bosque
es mi amado entre los jóvenes.
Me encanta sentarme a su sombra;
dulce a mi paladar es su fruto.
4 Me llevó a la sala del banquete,
y sobre mí enarboló su estandarte de amor.
5 ¡Fortalézcanme con pasas,
susténtenme con manzanas,
porque desfallezco de amor!
6 ¡Ojalá pudiera mi cabeza reposar sobre su izquierda!
¡Ojalá su derecha me abrazara!
El amado
7 Yo les ruego, doncellas de Jerusalén,
por las gacelas y cervatillas del bosque,
que no desvelen ni molesten a mi amada
hasta que quiera despertar.
Segundo Canto
La amada
8 ¡La voz de mi amado!
¡Mírenlo, aquí viene!,
saltando por las colinas,
brincando por las montañas.
9 Mi amado es como un venado;
se parece a un cervatillo.
¡Mírenlo, de pie tras nuestro muro,
espiando por las ventanas,
atisbando por las celosías!
10 Mi amado me habló y me dijo:
«¡Levántate, amada mía;
ven conmigo, mujer hermosa!
11 ¡Mira, el invierno se ha ido
y con él han cesado y se han ido las lluvias!
12 Ya brotan flores en los campos;
¡el tiempo de la canción ha llegado!
Ya se escucha por toda nuestra tierra
el arrullo de las tórtolas.
13 La higuera ofrece sus primeros frutos;
las viñas florecen y esparcen su fragancia.
¡Levántate, amada mía;
ven conmigo, mujer hermosa!».
El amado
14 Paloma mía, que te escondes en las grietas de las rocas,
en las hendiduras de las montañas,
muéstrame tu rostro,
déjame oír tu voz;
pues tu voz es placentera
y hermoso tu semblante.
15 Atrapen a las zorras,
a esas zorras pequeñas
que arruinan nuestros viñedos,
nuestros viñedos en flor.
La amada
16 Mi amado es mío y yo soy suya;
él apacienta su rebaño entre azucenas.
17 Antes de que el día despunte
y se desvanezcan las sombras,
regresa a mí, amado mío.
Corre como un venado,
como un cervatillo
por colinas escarpadas.[e]
Proverbios 1-3
Nueva Versión Internacional
Prólogo: Propósito y tema
1 Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel:
2 para adquirir sabiduría y disciplina;
para discernir palabras de inteligencia;
3 para recibir la corrección que dan la prudencia,
la rectitud, la justicia y la equidad;
4 para infundir prudencia en los inexpertos,
conocimiento y discreción en los jóvenes.
5 Escuche esto el sabio y aumente su saber;
reciba dirección el entendido,
6 para discernir el proverbio y la parábola,
los dichos de los sabios y sus enigmas.
7 El temor del Señor es el principio del conocimiento;
los necios desprecian la sabiduría y la disciplina.
Exhortaciones a buscar la sabiduría
Advertencia contra el engaño
8 Hijo mío, escucha las correcciones de tu padre
y no abandones las enseñanzas de tu madre.
9 Adornarán tu cabeza como una hermosa diadema;
adornarán tu cuello como un collar.
10 Hijo mío, si los pecadores quieren engañarte,
no vayas con ellos.
11 Estos te dirán:
«¡Ven con nosotros!
Acechemos a algún inocente
y démonos el gusto de matar a algún incauto;
12 traguémonos a alguien vivo,
como se traga la muerte[a] a la gente;
devorémoslo entero,
como devora la tumba a los muertos.
13 Obtendremos toda clase de riquezas;
con el botín llenaremos nuestras casas.
14 Echa tu suerte con nosotros
y compartiremos contigo lo que obtengamos».
15 ¡Pero no te dejes llevar por ellos,[b] hijo mío!
¡Apártate de sus senderos!
16 Pues corren presurosos a hacer lo malo;
¡tienen prisa por derramar sangre!
17 De nada sirve tender la red
a la vista de todos los pájaros,
18 pero aquellos acechan su propia vida[c]
y acabarán por destruirse a sí mismos.
19 Así terminan los que van tras ganancias mal habidas;
por estas perderán la vida.
Advertencia contra el rechazo a la sabiduría
20 Clama la sabiduría en las calles;
en los lugares públicos levanta su voz.
21 Clama en las esquinas de calles transitadas;
a la entrada de la ciudad razona:
22 «¿Hasta cuándo, muchachos inexpertos,
seguirán aferrados a su inexperiencia?
¿Hasta cuándo, ustedes los insolentes,
se complacerán en su insolencia?
¿Hasta cuándo, ustedes los necios,
aborrecerán el conocimiento?
23 ¡Respondan a mis reprensiones!
Yo les compartiré mis pensamientos[d]
y les daré a conocer mis enseñanzas.
24 Como ustedes no me escucharon cuando los llamé
ni me hicieron caso cuando les tendí la mano,
25 sino que rechazaron todos mis consejos
y no acataron mis reprensiones,
26 ahora yo voy a reírme de ustedes
cuando caigan en desgracia.
Yo seré quien se ría de ustedes
cuando les sobrevenga el miedo,
27 cuando el miedo les sobrevenga como una tormenta
y la desgracia los arrastre como un torbellino.
28 »Entonces me llamarán, pero no les responderé;
me buscarán, pero no me encontrarán.
29 Por cuanto aborrecieron el conocimiento
y no quisieron temer al Señor;
30 por cuanto no siguieron mis consejos,
sino que rechazaron mis reprensiones,
31 cosecharán el fruto de su conducta,
se hartarán con sus propias intrigas;
32 su desobediencia e inexperiencia los destruirán,
su complacencia y necedad los aniquilarán.
33 Pero el que me obedezca vivirá tranquilo,
sosegado y sin temor del mal».
Ventajas de la sabiduría
2 Hijo mío, si haces tuyas mis palabras
y atesoras mis mandamientos;
2 si tu oído inclinas hacia la sabiduría
y de corazón te entregas a la inteligencia;
3 si la llamas y pides entendimiento;
4 si la buscas como a la plata,
como a un tesoro escondido,
5 entonces comprenderás el temor del Señor
y hallarás el conocimiento de Dios.
6 Porque el Señor da la sabiduría;
conocimiento e inteligencia brotan de sus labios.
7 Él reserva el éxito para los íntegros
y es escudo a los de conducta intachable.
8 Él cuida el sendero de los justos
y protege el camino de sus fieles.
9 Entonces comprenderás la justicia y el derecho,
la equidad y todo buen camino;
10 la sabiduría vendrá a tu corazón
y el conocimiento te endulzará la vida.
11 La discreción te cuidará;
la inteligencia te protegerá.
12 La sabiduría te librará del camino de los malvados,
de los que dicen palabras perversas,
13 de los que se apartan del camino recto
para andar por sendas tenebrosas,
14 de los que se complacen en hacer lo malo
y festejan la perversidad,
15 de los que andan por caminos torcidos
y por sendas extraviadas;
16 te librará de la mujer ajena,
de la extraña de palabras seductoras
17 que, olvidándose de su pacto con Dios,
abandona al compañero de su juventud.
18 Ciertamente su casa conduce a la muerte;
sus sendas van hacia los muertos.
19 El que se enreda con ella no vuelve jamás
ni alcanza los senderos de la vida.
20 Así andarás por el camino de los buenos
y seguirás la senda de los justos.
21 Pues los íntegros habitarán en la tierra
y los rectos permanecerán en ella.
22 Pero los malvados serán desarraigados
y los infieles expulsados de la tierra.
Otras ventajas de la sabiduría
3 Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas;
más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos.
2 Porque prolongarán tu vida muchos años
y te traerán paz.
3 Que nunca te abandonen el amor y la verdad:
llévalos siempre alrededor de tu cuello
y escríbelos en la tabla de tu corazón.
4 Contarás con el favor de Dios
y tendrás buen nombre[e] entre la gente.
5 Confía en el Señor de todo corazón
y no te apoyes en tu propia inteligencia.
6 Reconócelo en todos tus caminos
y él enderezará tus sendas.
7 No seas sabio en tu propia opinión;
más bien, teme al Señor y huye del mal.
8 Esto infundirá salud a tu cuerpo
y fortalecerá tus huesos.
9 Honra al Señor con tus riquezas
y con los primeros frutos de tus cosechas.
10 Así tus graneros se llenarán a reventar
y tus bodegas rebosarán de vino nuevo.
11 Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor
ni te ofendas por sus reprensiones.
12 Porque el Señor disciplina a los que ama,
como corrige un padre a su hijo querido.
13 Dichoso el que halla sabiduría,
el que adquiere inteligencia.
14 Porque ella es de más provecho que la plata
y rinde más ganancias que el oro.
15 Es más valiosa que las piedras preciosas:
¡ni lo más deseable se le puede comparar!
16 Con la mano derecha ofrece larga vida;
con la izquierda, honor y riquezas.
17 Sus caminos son placenteros
y en todos sus senderos hay paz.
18 Ella es árbol de vida para quienes la abrazan;
¡dichosos los que la retienen!
19 Con sabiduría afirmó el Señor la tierra,
con inteligencia estableció los cielos.
20 Por su conocimiento se separaron las aguas
y las nubes dejaron caer su rocío.
21 Hijo mío, conserva el buen juicio;
no pierdas de vista la discreción.
22 Te serán fuente de vida,
te adornarán como un collar.
23 Podrás recorrer tranquilo tu camino,
y tus pies no tropezarán.
24 Al acostarte, no tendrás temor alguno;
te acostarás y dormirás tranquilo.
25 No temerás ningún desastre repentino,
ni la desgracia que sobreviene a los impíos.
26 Porque el Señor estará siempre a tu lado
y te librará de caer en la trampa.
27 No niegues el bien a quienes lo necesitan,
si en tu mano está hacerlo.
28 Nunca digas a tu prójimo:
«Vuelve más tarde; te ayudaré mañana»,
si hoy tienes con qué ayudarlo.
29 No planees el mal contra tu prójimo,
el que ha puesto en ti su confianza.
30 No tengas pleito con nadie sin motivo,
si no te ha hecho ningún daño.
31 No envidies a los violentos
ni optes por andar en sus caminos.
32 Porque el Señor aborrece al perverso,
pero al íntegro le brinda su amistad.
33 La maldición del Señor cae sobre la casa del malvado;
su bendición, sobre el hogar de los justos.
34 Él se burla de los burladores,
pero muestra su favor a los humildes.
35 Los sabios son dignos de honra,
pero los necios solo merecen deshonra.
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