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10 Adornan con ropa a esos dioses de oro, de plata y de madera, como si fueran hombres; pero los dioses son incapaces de protegerse a sí mismos del moho y la carcoma. 11 A pesar de estar vestidos con mantos de púrpura, el polvo del templo se amontona sobre ellos, y es necesario limpiarles la cara. 12 Uno de ellos tiene cetro, como si fuera juez de un país; pero si alguien lo ofende, no puede matarlo.

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