Add parallel Print Page Options

Se olvidaron del Dios eterno, que los alimentó,
y entristecieron a Jerusalén,
que los ha criado;
al ver venir sobre ustedes el castigo
que Dios iba a enviarles, ella dijo:
«¡Escuchen, ciudades vecinas:
Dios me ha enviado un gran dolor!
10 He visto cómo el Dios eterno
ha enviado cautivos a mis hijos y mis hijas.

Read full chapter