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14 ¡Vengan, ciudades vecinas;
fíjense cómo el Dios eterno
ha enviado cautivos a mis hijos y mis hijas!
15 Trajo desde lejos, contra ellos,
a una nación cruel, de idioma extraño,
que no respetaba a los ancianos
ni tenía compasión de los niños;
16 y a mí, viuda y desamparada,
me quitó a mis queridos hijos y a mis hijas.

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