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Los sellos

Entonces vi que el Cordero rompió uno de los sellos, y oí que uno de los cuatro seres vivientes me decía con voz de trueno: «¡Ven!» Yo miré, y vi un caballo blanco.(A) El que lo montaba tenía un arco, y le fue dada una corona, y salió para vencer y seguir venciendo.

Abrió entonces el segundo sello, y oí al segundo ser viviente decirme: «¡Ven!» Salió entonces otro caballo, éste de color rojo,(B) y al que lo montaba se le dio una gran espada, junto con el poder de adueñarse de la paz de la tierra y de hacer que los hombres se mataran unos a otros.

El Cordero rompió el tercer sello, y entonces oí que el tercer ser viviente me decía: «¡Ven!» Vi entonces aparecer un caballo negro,(C) y el que lo montaba llevaba en la mano una balanza. En medio de los cuatro seres vivientes, oí una voz que decía: «¡Un kilo de trigo, o tres kilos de cebada, por el salario de un día! ¡Pero no seas injusto con el aceite ni con el vino!»

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