Add parallel Print Page Options

Pero no había nadie en el cielo, ni en la tierra ni debajo de la tierra, que pudiera abrir el libro, y ni siquiera mirarlo. Yo lloraba mucho al ver que no había nadie digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo. Y uno de los ancianos me dijo: «No llores, pues el León de la tribu de Judá,(A) la raíz de David,(B) ha vencido y puede abrir el libro y quitarle sus siete sellos.»

Read full chapter

Pero ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra había nadie que pudiera abrir el rollo, ni mirarlo. Y yo lloraba mucho, porque no se había encontrado a nadie digno de abrir el rollo, ni de mirarlo. Pero uno de los ancianos me dijo: «No llores más, pues el León de la tribu de Judá, el retoño de David, ha vencido y puede abrir el rollo y romper sus siete sellos.»

Read full chapter

But no one in heaven or on earth or under the earth could open the scroll or even look inside it. I wept and wept because no one was found who was worthy to open the scroll or look inside. Then one of the elders said to me, “Do not weep! See, the Lion(A) of the tribe of Judah,(B) the Root of David,(C) has triumphed. He is able to open the scroll and its seven seals.”

Read full chapter