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13 Yo soy el Alfa y la Omega,(A) el principio y el fin, el primero y el último.(B)

14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida,(C) y para entrar por las puertas en la ciudad. 15 Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira.

16 Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David,(D) la estrella resplandeciente de la mañana.

17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.(E)

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13 Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin.

14 »Dichosos los que lavan sus ropas para tener derecho al árbol de la vida y para poder entrar por las puertas de la ciudad. 15 Pero afuera se quedarán los perros, los que practican las artes mágicas, los que cometen inmoralidades sexuales, los asesinos, los idólatras y todos los que aman y practican la mentira.

16 »Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para darles testimonio de estas cosas que conciernen a las iglesias. Yo soy la raíz y la descendencia de David, la brillante estrella de la mañana».

17 El Espíritu y la novia dicen: «¡Ven!»; y el que escuche diga: «¡Ven!». El que tenga sed, venga; y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida.

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13 Yo soy el alfa y la omega, el primero y el último, el principio y el fin.»

14 Dichosos los que lavan sus ropas para tener derecho al árbol de la vida y poder entrar por las puertas de la ciudad. 15 Pero fuera se quedarán los pervertidos, los que practican la brujería, los que cometen inmoralidades sexuales, los asesinos, los que adoran ídolos y todos los que aman y practican el engaño.

16 «Yo, Jesús, he enviado mi ángel para declarar todo esto a las iglesias. Yo soy el retoño que desciende de David. Soy la estrella brillante de la mañana.»

17 El Espíritu Santo y la esposa del Cordero dicen: «¡Ven!» Y el que escuche, diga: «¡Ven!» Y el que tenga sed, y quiera, venga y tome del agua de la vida sin que le cueste nada.

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