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LAS palabras de Amós, que fué entre los pastores de Tecoa, las cuales vió acerca de Israel en días de Uzzía rey de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joas rey de Israel, dos años antes del terremoto.

Y dijo: Jehová bramará desde Sión, y dará su voz desde Jerusalem; y las estancias de los pastores se enlutarán, y secaráse la cumbre del Carmelo.

Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Damasco, y por el cuarto, no desviaré su castigo; porque trillaron á Galaad con trillos de hierro.

Y meteré fuego en la casa de Hazael, y consumirá los palacios de Ben-hadad.

Y quebraré la barra de Damasco, y talaré los moradores de Bicath-aven, y los gobernadores de Beth-eden: y el pueblo de Aram será trasportado á Chîr, dice Jehová.

Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Gaza, y por el cuarto, no desviaré su castigo; porque llevó cautiva toda la cautividad, para entregarlos á Edom.

Y meteré fuego en el muro de Gaza, y quemará sus palacios.

Y talaré los moradores de Azoto, y los gobernadores de Ascalón: y tornaré mi mano sobre Ecrón, y las reliquias de los Palestinos perecerán, ha dicho el Señor Jehová.

Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Tiro, y por el cuarto, no desviaré su castigo; porque entregaron la cautividad entera á Edom, y no se acordaron del concierto de hermanos.

10 Y meteré fuego en el muro de Tiro, y consumirá sus palacios.

11 Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Edom, y por el cuarto, no desviaré su castigo; porque persiguió á cuchillo á su hermano, y rompió sus conmiseraciones; y con su furor le ha robado siempre, y ha perpetuamente guardado el enojo.

12 Y meteré fuego en Temán, y consumirá los palacios de Bosra.

13 Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de los hijos de Ammón, y por el cuarto, no desviaré su castigo; porque abrieron las preñadas de Galaad, para ensanchar su término.

14 Y encenderé fuego en el muro de Rabba, y consumirá sus palacios con estruendo en día de batalla, con tempestad en día tempestuoso:

15 Y su rey irá en cautiverio, él y sus príncipes todos, dice Jehová.

ASI ha dicho Jehová: Por tres pecados de Moab, y por el cuarto, no desviaré su castigo; porque quemó los huesos del rey de Idumea hasta tornarlos en cal.

Y meteré fuego en Moab, y consumirá los palacios de Chêrioth: y morirá Moab en alboroto, en estrépito y sonido de trompeta.

Y quitaré el juez de en medio de él, y mataré con él á todos sus príncipes, dice Jehová.

Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Judá, y por el cuarto, no desviaré su castigo; porque menospreciaron la ley de Jehová, y no guardaron sus ordenanzas; é hiciéronlos errar sus mentiras, en pos de las cuales anduvieron sus padres.

Meteré por tanto fuego en Judá, el cual consumirá los palacios de Jerusalem.

Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Israel, y por el cuarto, no desviaré su castigo; porque vendieron por dinero al justo, y al pobre por un par de zapatos:

Que anhelan porque haya polvo de tierra sobre la cabeza de los pobres, y tuercen el camino de los humildes: y el hombre y su padre entraron á la misma moza, profanando mi santo nombre.

Y sobre las ropas empeñadas se acuestan junto á cualquier altar; y el vino de los penados beben en la casa de sus dioses.

Y yo destruí delante de ellos al Amorrheo, cuya altura era como la altura de los cedros, y fuerte como un alcornoque; y destruí su fruto arriba, sus raíces abajo.

10 Y yo os hice á vosotros subir de la tierra de Egipto, y os traje por el desierto cuarenta años, para que poseyeseis la tierra del Amorrheo.

11 Y levanté de vuestros hijos para profetas, y de vuestros mancebos para que fuesen Nazareos. ¿No es esto así, dice Jehová, hijos de Israel?

12 Mas vosotros disteis de beber vino á los Nazareos; y á los profetas mandasteis, diciendo: No profeticéis.

13 Pues he aquí, yo os apretaré en vuestro lugar, como se aprieta el carro lleno de haces;

14 Y la huída perecerá del ligero, y el fuerte no esforzará su fuerza, ni el valiente librará su vida;

15 Y el que toma el arco no resistirá, ni escapará el ligero de pies, ni el que cabalga en caballo salvará su vida.

16 El esforzado entre esforzados huirá desnudo aquel día, dice Jehová.

OID esta palabra que ha hablado Jehová contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto. Dice así:

A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto visitaré contra vosotros todas vuestras maldades.

¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de concierto?

¿Bramará el león en el monte sin hacer presa? ¿dará el leoncillo su bramido desde su morada, si no prendiere?

¿Caerá el ave en el lazo en la tierra, sin haber armador? ¿alzaráse el lazo de la tierra, si no se ha prendido algo?

¿Tocaráse la trompeta en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? ¿habrá algún mal en la ciudad, el cual Jehová no haya hecho?

Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que revele su secreto á sus siervos los profetas.

Bramando el león, ¿quién no temerá? hablando el Señor Jehová, ¿quién no porfetizará?

Haced pregonar sobre los palacios de Azoto, y sobre los palacios de tierra de Egipto, y decid: Reuníos sobre los montes de Samaria, y ved muchas opresiones en medio de ella, y violencias en medio de ella.

10 Y no saben hacer lo recto, dice Jehová, atesorando rapiñas y despojos en sus palacios.

11 Por tanto, el Señor Jehová ha dicho así: Un enemigo habrá aún por todos lados de la tierra, y derribará de ti tu fortaleza, y tus palacios serán saqueados.

12 Así ha dicho Jehová: De la manera que el pastor libra de la boca del león dos piernas, ó la punta de una oreja, así escaparán los hijos de Israel que moran en Samaria en el rincón de la cama, y al canto del lecho.

13 Oid y protestad en la casa de Jacob, ha dicho Jehová Dios de los ejércitos:

14 Que el día que visitaré las rebeliones de Israel sobre él, visitaré también sobre los altares de Beth-el; y serán cortados los cuernos del altar, y caerán á tierra.

15 Y heriré la casa del invierno con la casa del verano, y las casas de marfil perecerán; y muchas casas serán arruinadas, dice Jehová.

Juicios contra las naciones vecinas

Las palabras de Amós, que fue uno de los pastores de Tecoa, que profetizó acerca de Israel en días de Uzías(A) rey de Judá y en días de Jeroboam(B) hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto. Dijo: Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén,(C) y los campos de los pastores se enlutarán, y se secará la cumbre del Carmelo.

Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Damasco,(D) y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque trillaron a Galaad con trillos de hierro. Prenderé fuego en la casa de Hazael, y consumirá los palacios de Ben-adad. Y quebraré los cerrojos de Damasco, y destruiré a los moradores del valle de Avén, y los gobernadores de Bet-edén; y el pueblo de Siria será transportado a Kir, dice Jehová.

Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Gaza, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque llevó cautivo a todo un pueblo para entregarlo a Edom. Prenderé fuego en el muro de Gaza, y consumirá sus palacios. Y destruiré a los moradores de Asdod, y a los gobernadores de Ascalón; y volveré mi mano contra Ecrón, y el resto de los filisteos(E) perecerá, ha dicho Jehová el Señor.

Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Tiro,(F) y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque entregaron a todo un pueblo cautivo a Edom, y no se acordaron del pacto de hermanos. 10 Prenderé fuego en el muro de Tiro, y consumirá sus palacios.

11 Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Edom,(G) y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque persiguió a espada a su hermano, y violó todo afecto natural; y en su furor le ha robado siempre, y perpetuamente ha guardado el rencor. 12 Prenderé fuego en Temán, y consumirá los palacios de Bosra.

13 Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de los hijos de Amón,(H) y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque para ensanchar sus tierras abrieron a las mujeres de Galaad que estaban encintas. 14 Encenderé fuego en el muro de Rabá, y consumirá sus palacios con estruendo en el día de la batalla, con tempestad en día tempestuoso; 15 y su rey irá en cautiverio, él y todos sus príncipes, dice Jehová.

Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Moab,(I) y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque quemó los huesos del rey de Edom hasta calcinarlos. Prenderé fuego en Moab, y consumirá los palacios de Queriot; y morirá Moab con tumulto, con estrépito y sonido de trompeta. Y quitaré el juez de en medio de él, y mataré con él a todos sus príncipes, dice Jehová.

Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Judá, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque menospreciaron la ley de Jehová, y no guardaron sus ordenanzas, y les hicieron errar sus mentiras, en pos de las cuales anduvieron sus padres. Prenderé, por tanto, fuego en Judá, el cual consumirá los palacios de Jerusalén.

Juicio contra Israel

Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Israel, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque vendieron por dinero al justo, y al pobre por un par de zapatos. Pisotean en el polvo de la tierra las cabezas de los desvalidos, y tuercen el camino de los humildes; y el hijo y su padre se llegan a la misma joven, profanando mi santo nombre. Sobre las ropas empeñadas se acuestan junto a cualquier altar; y el vino de los multados beben en la casa de sus dioses.

Yo destruí delante de ellos al amorreo,(J) cuya altura era como la altura de los cedros, y fuerte como una encina; y destruí su fruto arriba y sus raíces abajo. 10 Y a vosotros os hice subir de la tierra de Egipto, y os conduje por el desierto cuarenta años, para que entraseis en posesión de la tierra del amorreo. 11 Y levanté de vuestros hijos para profetas, y de vuestros jóvenes para que fuesen nazareos.(K) ¿No es esto así, dice Jehová, hijos de Israel?

12 Mas vosotros disteis de beber vino a los nazareos, y a los profetas mandasteis diciendo: No profeticéis. 13 Pues he aquí, yo os apretaré en vuestro lugar, como se aprieta el carro lleno de gavillas; 14 y el ligero no podrá huir, y al fuerte no le ayudará su fuerza, ni el valiente librará su vida. 15 El que maneja el arco no resistirá, ni escapará el ligero de pies, ni el que cabalga en caballo salvará su vida. 16 El esforzado de entre los valientes huirá desnudo aquel día, dice Jehová.

El rugido del león

Oíd esta palabra que ha hablado Jehová contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto. Dice así: A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades.

¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo? ¿Rugirá el león en la selva sin haber presa? ¿Dará el leoncillo su rugido desde su guarida, si no apresare? ¿Caerá el ave en lazo sobre la tierra, sin haber cazador? ¿Se levantará el lazo de la tierra, si no ha atrapado algo? ¿Se tocará la trompeta en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? ¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual Jehová no haya hecho? Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas. Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará?

Destrucción de Samaria

Proclamad en los palacios de Asdod, y en los palacios de la tierra de Egipto, y decid: Reuníos sobre los montes de Samaria, y ved las muchas opresiones en medio de ella, y las violencias cometidas en su medio. 10 No saben hacer lo recto, dice Jehová, atesorando rapiña y despojo en sus palacios. 11 Por tanto, Jehová el Señor ha dicho así: Un enemigo vendrá por todos lados de la tierra, y derribará tu fortaleza, y tus palacios serán saqueados.

12 Así ha dicho Jehová: De la manera que el pastor libra de la boca del león dos piernas, o la punta de una oreja, así escaparán los hijos de Israel que moran en Samaria en el rincón de una cama, y al lado de un lecho.

13 Oíd y testificad contra la casa de Jacob, ha dicho Jehová Dios de los ejércitos: 14 Que el día que castigue las rebeliones de Israel, castigaré también los altares de Bet-el;(L) y serán cortados los cuernos del altar, y caerán a tierra. 15 Y heriré la casa de invierno con la casa de verano, y las casas de marfil perecerán; y muchas casas serán arruinadas, dice Jehová.

Estas son las palabras de Amós, uno de los pastores de Tecoa. Es la visión que recibió acerca de Israel dos años antes del terremoto, cuando Uzías era rey de Judá y Jeroboán, hijo de Joás, era rey de Israel.

Él dijo:

«Ruge el Señor desde Sión;
    truena su voz desde Jerusalén.
Los pastizales de los pastores quedan asolados,
    y se seca la cumbre del Carmelo».

Juicio contra las naciones vecinas

Así dice el Señor:

«Por tres pecados de Damasco y por el cuarto,[a]
    no anularé su castigo:
Porque trillaron a Galaad
    con trillos de hierro.
Por eso yo enviaré fuego sobre el palacio de Jazael
    que consumirá las fortalezas de Ben Adad.
Romperé el cerrojo de la puerta de Damasco,
    destruiré al rey que está en el valle de Avén[b]
y al que empuña el cetro en Bet Edén.
    Y el pueblo de Aram será desterrado a Quir»,
    dice el Señor.

Así dice el Señor:

«Por tres pecados de Gaza y por el cuarto,
    no anularé su castigo,
porque tomaron cautivas poblaciones enteras
    para venderlas a Edom.
Por eso yo enviaré fuego sobre los muros de Gaza
    que consumirá sus fortalezas.
Destruiré al rey de Asdod
    y al que empuña el cetro en Ascalón.
Volveré mi mano contra Ecrón,
    y perecerá hasta el último de los filisteos»,
    dice el Señor y Dios.

Así dice el Señor:

«Por tres pecados de Tiro y por el cuarto,
    no anularé su castigo:
Porque le vendieron a Edom poblaciones enteras de cautivos,
    olvidando así una alianza entre hermanos.
10 Por eso yo enviaré fuego sobre los muros de Tiro
    que consumirá sus fortalezas».

11 Así dice el Señor:

«Por tres pecados de Edom y por el cuarto,
    no anularé su castigo:
Porque persiguió a espada a su hermano
    y mató a las mujeres del país;
porque dio rienda suelta a la ira
    y no dejó de alimentar el enojo.
12 Por eso yo enviaré fuego sobre Temán
    que consumirá las fortalezas de Bosra».

13 Así dice el Señor:

«Por tres pecados de Amón y por el cuarto,
    no anularé su castigo,
porque abrieron el vientre a las mujeres embarazadas de Galaad
    a fin de extender sus fronteras.
14 Por eso yo prenderé fuego a los muros de Rabá
    que consumirá sus fortalezas
entre gritos de guerra en el día de la batalla,
    y en el rugir de la tormenta en un día de tempestad.
15 Su rey[c] marchará al destierro,
    junto con sus oficiales»,
    dice el Señor.

Así dice el Señor:

«Por tres pecados de Moab y por el cuarto,
    no anularé su castigo,
porque quemaron los huesos del rey de Edom
    hasta calcinarlos.
Por eso yo enviaré fuego sobre Moab
    que consumirá las fortalezas de Queriot.
Y morirá Moab en medio del estrépito
    de gritos de guerra y toques de trompeta.
Destruiré al gobernante en medio de su pueblo
    y junto con él mataré a todos sus oficiales»,
    dice el Señor.

Así dice el Señor:

«Por tres pecados de Judá y por el cuarto,
    no anularé su castigo,
porque rechazaron la Ley del Señor
    y no obedecieron sus estatutos;
porque se dejaron descarriar por falsos dioses,
    tras los que anduvieron sus antepasados.
Por eso yo enviaré fuego sobre Judá
    que consumirá las fortalezas de Jerusalén».

Juicio contra Israel

Así dice el Señor:

«Por tres pecados de Israel y por el cuarto,
    no anularé su castigo:
Venden al justo por plata
    y al necesitado, por un par de sandalias.
Pisan la cabeza de los desvalidos
    como si fuera el polvo de la tierra
    y niegan la justicia al oprimido.
Padre e hijo se acuestan con la misma joven,
    profanando así mi santo nombre.
Junto a cualquier altar
    se acuestan sobre ropa que tomaron en prenda,
y el vino que han cobrado como multa
    lo beben en la casa de su dios.[d]

»Fui yo quien destruí a los amorreos delante de ellos;
    aunque eran altos como el cedro
    y fuertes como la encina;
destruí su fruto arriba
    y sus raíces abajo.
10 Yo mismo los saqué a ustedes de Egipto
    y los conduje cuarenta años por el desierto
    para que tomaran posesión de la tierra de los amorreos.

11 »También levanté profetas de entre sus hijos
    y nazareos de entre sus jóvenes.
¿Acaso no fue así, israelitas?»,
    afirma el Señor.
12 «Pero ustedes hicieron beber vino a los nazareos
    y ordenaron a los profetas que no profetizaran.

13 »Pues bien, estoy por aplastarlos a ustedes
    como aplasta una carreta cargada de trigo.
14 Entonces no habrá escapatoria para el ágil,
    ni el fuerte podrá valerse de su fuerza,
    ni el guerrero librará su vida.
15 El arquero no se mantendrá firme,
    ni escapará con vida el ágil de piernas,
    ni se salvará el que monta a caballo.
16 En aquel día huirá desnudo
    aun el más valiente de los guerreros»,
    afirma el Señor.

Vocación del profeta Amós

Escuchen, israelitas, esta palabra que el Señor pronuncia contra ustedes, contra toda la familia que saqué de Egipto:

«Solo a ustedes los he escogido
    entre todas las familias de la tierra.
Por tanto, les haré pagar
    todas sus perversidades».

¿Pueden dos caminar juntos
    sin antes ponerse de acuerdo?
¿Ruge el león en la espesura
    sin tener presa alguna?
¿Gruñe el cachorro de león en su guarida
    sin haber atrapado nada?
¿Cae el pájaro en la trampa
    si no fue armada?
¿Salta del suelo la trampa
    sin haber atrapado nada?
¿Se toca la trompeta en la ciudad
    sin que el pueblo se alarme?
¿Ocurrirá en la ciudad alguna desgracia
    que el Señor no haya enviado?

En verdad, nada hace el Señor y Dios
    sin antes revelar sus planes
    a sus siervos los profetas.

Ruge el león;
    ¿quién no temblará de miedo?
Habla el Señor y Dios;
    ¿quién no profetizará?

El castigo a Israel

Proclamen en las fortalezas de Asdod
    y en las fortalezas de Egipto:
«Reúnanse sobre los montes de Samaria
    y vean cuánto desorden hay en ella,
    ¡cuánta opresión hay en su medio!».

10 «Los que acumulan en sus fortalezas
    el fruto de la violencia y el saqueo
    no saben actuar con rectitud»,
    afirma el Señor.

11 Por lo tanto, así dice el Señor y Dios:

«Un enemigo invadirá tu tierra;
    echará abajo tu poderío
    y saqueará tus fortalezas».

12 Así dice el Señor:

«Como un pastor rescata de la boca del león
    solo dos huesos de las patas o un pedazo de oreja,
así serán rescatados los israelitas que viven en Samaria
    con un pedazo de una cama
    y la pata de un diván.[e]

13 »Oigan esto y testifiquen contra el pueblo de Jacob», afirma el Señor y Dios, el Dios de los Ejércitos.

14 «El día en que haga pagar a Israel sus delitos,
    destruiré los altares de Betel;
los cuernos del altar serán cortados
    y caerán por tierra.
15 Derribaré tanto la casa de invierno
    como la de verano;
serán destruidas las casas adornadas de marfil
    y serán demolidas muchas mansiones»,
    afirma el Señor.

Footnotes

  1. 1:3 Por … y por el cuarto. Expresión hebrea que puede traducirse como son tantos los delitos de. Así en 1:6, 9, 11, 13; 2:1, 4 y 6.
  2. 1:5 Avén. Alt. maldad.
  3. 1:15 Su rey. Alt. Milcón.
  4. 2:8 su dios. Alt. sus dioses.
  5. 3:12 con un pedazo … diván. Alt. en el borde de la cama y en divanes de Damasco.

Éste es el mensaje que Amós, pastor de ovejas del poblado de Tecoa, recibió de parte de Dios acerca de Israel, dos años antes del terremoto, en tiempos de Ozías, rey de Judá, y de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel.

Cuando el Señor hace oír su voz de trueno
desde el monte Sión, en Jerusalén,
las tierras de pastos se marchitan
y se reseca la cumbre del Carmelo.

Juicios sobre las naciones vecinas

Así dice el Señor:
«Los de Damasco han cometido tantas maldades
que no dejaré de castigarlos;
pues trillaron a los de Galaad con trillos de hierro.
Por eso pondré fuego a la casa real de Hazael,
y ese fuego destruirá los palacios de Ben-hadad.
Abriré a la fuerza las puertas de Damasco;
destruiré al que reina en Bicat-avén
y al que gobierna en Bet-edén,
y los sirios serán llevados cautivos a Quir.»
Lo dice el Señor.

Así dice el Señor:
«Los de Gaza han cometido tantas maldades
que no dejaré de castigarlos;
pues se llevaron cautivo a todo un pueblo
y lo vendieron en Edom como esclavo.
Por eso pondré fuego a los muros de Gaza,
y ese fuego destruirá sus palacios.
Destruiré al que reina en Asdod
y al que gobierna en Ascalón.
¡Con todo mi poder me lanzaré contra Ecrón,
y hasta el último filisteo morirá!»
Lo dice el Señor.

Así dice el Señor:
«Los de Tiro han cometido tantas maldades
que no dejaré de castigarlos;
pues entregaron cautivo al poder de Edom
a todo un pueblo con el que tenían una alianza de hermanos.
10 Por eso pondré fuego a los muros de Tiro,
y ese fuego destruirá sus palacios.»

11 Así dice el Señor:
«Los de Edom han cometido tantas maldades
que no dejaré de castigarlos;
pues, espada en mano y sin compasión,
persiguieron a sus hermanos israelitas.
Dieron rienda suelta a su enojo,
y su odio fue implacable.
12 Por eso pondré fuego a Temán,
y ese fuego destruirá los palacios de Bosrá.»

13 Así dice el Señor:
«Los de Amón han cometido tantas maldades
que no dejaré de castigarlos;
pues, en su afán de agrandar su territorio,
abrieron en canal a las mujeres embarazadas de la región de Galaad.
14 Por eso pondré fuego a los muros de Rabá,
y ese fuego destruirá sus palacios
entre clamores de batalla
y estruendo de día tempestuoso.
15 Y su rey marchará al destierro,
junto con todos sus hombres importantes.»
Lo dice el Señor.

Así dice el Señor:
«Los de Moab han cometido tantas maldades
que no dejaré de castigarlos;
pues quemaron los huesos del rey de Edom
hasta convertirlos en ceniza.
Por eso pondré fuego a la región de Moab,
y ese fuego destruirá los palacios de Queriot;
y entre clamores de batalla
y toques de trompeta,
los moabitas morirán.
¡Quitaré al rey de en medio de su pueblo;
lo mataré, y con él a sus hombres importantes!»
Lo dice el Señor.

Así dice el Señor:
«Los de Judá han cometido tantas maldades
que no dejaré de castigarlos;
pues rechazaron las enseñanzas del Señor
y no obedecieron sus leyes,
sino que adoraron a los mismos ídolos
que sus padres habían adorado.
Por eso pondré fuego a Judá,
y ese fuego destruirá los palacios de Jerusalén.»

Juicio sobre Israel

Así dice el Señor:
«Los de Israel han cometido tantas maldades
que no dejaré de castigarlos;
pues venden al inocente por dinero
y al pobre por un par de sandalias.
Oprimen y humillan a los pobres,
y se niegan a hacer justicia a los humildes.
El padre y el hijo se acuestan con la misma mujer,
profanando así mi santo nombre.
Tendidos sobre ropas que recibieron en prenda,
participan en comidas en honor de los ídolos;
con dinero de multas injustas compran vino,
que beben en el templo de su dios.
Yo, sin embargo, para abrirles paso a ustedes,
destruí a los amorreos;
los destruí por completo,
aunque eran altos como cedros y fuertes como robles.
10 Pero a ustedes los saqué de Egipto,
y los conduje cuarenta años por el desierto
para darles la tierra de ellos.
11 Y no pueden negar, israelitas, que de entre ustedes
a algunos los hice profetas y a otros nazareos.»
El Señor lo afirma.

12 «Pero ustedes obligaron a los nazareos a beber vino,
y prohibieron a los profetas que hablaran en mi nombre.
13 Pues bien, yo haré crujir la tierra
bajo los pies de ustedes,
como cruje una carreta cargada de trigo.
14 Por mucho que corran, no escaparán;
al más fuerte le faltarán las fuerzas,
y no se salvará ni el más valiente.
15 El arquero no resistirá, y no se salvarán
ni el que corra con pies ligeros
ni el que huya a caballo.
16 Ese día, hasta el más valiente de los guerreros
se despojará de sus armas para poder huir.»
El Señor lo afirma.

La tarea del profeta

Israelitas, oigan lo que dice el Señor al pueblo que sacó de Egipto:

«Sólo a ustedes he escogido
de entre todos los pueblos de la tierra.
Por eso habré de pedirles cuentas
de todas las maldades que han cometido.»

Si dos caminan juntos, es porque están de acuerdo;
si el león ruge en la selva, es porque ha hecho una presa;
si el cachorro gruñe en la cueva, es porque ha capturado algo;
si un pájaro cae al suelo, es porque había una trampa;
si la trampa salta del suelo, es porque algo ha atrapado;
si la trompeta suena en la ciudad, la gente se alarma;
si algo malo pasa en la ciudad, es porque el Señor lo ha mandado.
Nunca hace nada el Señor
sin revelarlo a sus siervos los profetas.
¿Quién no tiembla de miedo, si el león ruge?
¿Quién no habla en nombre del Señor, si él lo ordena?

Destrucción de Samaria

Proclamen ustedes en los palacios de Asdod
y en los palacios de Egipto:
«Vengan a los montes de Samaria;
vean los desórdenes que hay en ella
y la violencia que allí se sufre.»

10 El Señor afirma:
«Ellos no saben actuar con rectitud;
guardan en sus palacios lo que robaron con violencia.»

11 Por tanto, así dice Dios el Señor:
«Un enemigo rodeará el país,
derribará tu fortaleza
y saqueará tus palacios.»

12 Así dice el Señor:
«Como el pastor salva de la boca del león
dos patas o la punta de una oreja,
así escaparán los israelitas
que viven en Samaria,
esos que se recuestan en lujosos divanes de Damasco.»

13 El Señor, el Dios todopoderoso, afirma:
«Oigan ustedes y den testimonio contra el pueblo de Jacob,
14 pues el día en que yo pida cuentas a Israel por sus pecados,
destruiré los altares de Betel;
los cuernos del altar serán cortados
y caerán a tierra.
15 Destruiré las casas de invierno y de verano,
pondré fin a las casas de marfil
y arruinaré los grandes palacios.»
El Señor lo afirma.

Y MIRÉ cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí á uno los cuatro animales diciendo como con una voz de trueno: Ven y ve.

Y miré, y he aquí un caballo blanco: y el que estaba sentado encima de él, tenía un arco; y le fué dada una corona, y salió victorioso, para que también venciese.

Y cuando él abrió el segundo sello, oí al segundo animal, que decía: Ven y ve.

Y salió otro caballo bermejo: y al que estaba sentado sobre él, fué dado poder de quitar la paz de la tierra, y que se maten unos á otros: y fuéle dada una grande espada.

Y cuando él abrió el tercer sello, oí al tercer animal, que decía: Ven y ve. Y miré, y he aquí un caballo negro: y el que estaba sentado encima de él, tenía un peso en su mano.

Y oí una voz en medio de los cuatro animales, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario: y no hagas daño al vino ni al aceite.

Y cuando él abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto animal, que decía: Ven y ve.

Y miré, y he aquí un caballo amarillo: y el que estaba sentado sobre él tenía por nombre Muerte; y el infierno le seguía: y le fué dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las bestias de la tierra.

Y cuando él abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido muertos por la palabra de Dios y por el testimonio que ellos tenían.

10 Y clamaban en alta voz diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra?

11 Y les fueron dadas sendas ropas blancas, y fuéles dicho que reposasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completaran sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.

12 Y miré cuando él abrió el sexto sello, y he aquí fué hecho un gran terremoto; y el sol se puso negro como un saco de cilicio, y la luna se puso toda como sangre;

13 Y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera echa sus higos cuando es movida de gran viento.

14 Y el cielo se apartó como un libro que es envuelto; y todo monte y las islas fueron movidas de sus lugares.

15 Y los reyes de la tierra, y los príncipes, y los ricos, y los capitanes, y los fuertes, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes;

16 Y decían á los montes y á las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquél que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero:

17 Porque el gran día de su ira es venido; ¿y quién podrá estar firme?

Los sellos

Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo blanco;(A) y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer.

Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: Ven y mira. Y salió otro caballo, bermejo;(B) y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada.

Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro;(C) y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino.

Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira. Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra.(D)

Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. 10 Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? 11 Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.

12 Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto;(E) y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; 13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra,(F) como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. 14 Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla;(G) y todo monte y toda isla se removió de su lugar.(H) 15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes;(I) 16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos(J) del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 17 porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?(K)

Los sellos

Vi cuando el Cordero rompió el primero de los siete sellos y oí a uno de los cuatro seres vivientes que decía con voz de trueno: «¡Ven!». Miré y apareció un caballo blanco. El jinete llevaba un arco; se le dio una corona y salió como vencedor, para seguir venciendo.

Cuando el Cordero rompió el segundo sello, oí al segundo ser viviente que decía: «¡Ven!». En eso salió otro caballo de color rojo como el fuego. Al jinete se le entregó una gran espada; se le permitió quitar la paz de la tierra y hacer que sus habitantes se mataran unos a otros.

Cuando el Cordero rompió el tercer sello, oí al tercero de los seres vivientes que decía: «¡Ven!». Miré y apareció un caballo negro. El jinete tenía una balanza en la mano. Y oí como una voz en medio de los cuatro seres vivientes que decía: «Un kilogramo de trigo o tres kilogramos de cebada por el salario de un día;[a] pero no dañes el aceite ni el vino».

Cuando el Cordero rompió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente que gritaba: «¡Ven!». Miré y apareció un caballo amarillento. El jinete se llamaba Muerte y el Hades[b] lo seguía de cerca. Y se les otorgó poder sobre la cuarta parte de la tierra, para matar por medio de la espada, el hambre, las epidemias y las fieras de la tierra.

Cuando el Cordero rompió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sufrido el martirio por causa de la palabra de Dios y por mantenerse fieles en su testimonio. 10 Gritaban a gran voz: «¿Hasta cuándo, soberano Señor, santo y veraz, seguirás sin juzgar a los habitantes de la tierra y sin vengar nuestra muerte?». 11 Entonces cada uno de ellos recibió ropas blancas y se les dijo que esperaran un poco más, hasta que se completara el número de sus colaboradores y hermanos que iban a sufrir el martirio como ellos.

12 Vi que el Cordero rompió el sexto sello, y entonces se produjo un gran terremoto. El sol se oscureció como si se hubiera vestido de luto,[c] la luna entera se tornó roja como la sangre 13 y las estrellas del firmamento cayeron sobre la tierra, como caen los higos verdes de la higuera sacudida por el vendaval. 14 El firmamento desapareció como cuando se enrolla un pergamino y todas las montañas y las islas fueron removidas de su lugar.

15 Los reyes de la tierra, los magnates, los jefes militares, los ricos, los poderosos y todos los demás, esclavos y libres, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de las montañas. 16 Todos gritaban a las montañas y a las peñas: «¡Caigan sobre nosotros y escóndannos de la mirada del que está sentado en el trono y de la ira del Cordero! 17 ¡Porque ha llegado el gran día de la ira! ¿Quién podrá mantenerse en pie?».

Footnotes

  1. 6:6 por el salario de un día. Lit. por un denario.
  2. 6:8 Hades. Es decir los dominios de la muerte.
  3. 6:12 se oscureció … luto. Lit. se puso negro como un saco hecho de pelo (es decir, pelo de cabra).

Los cuatro primeros sellos

Luego vi cuando el Cordero rompía el primero de los siete sellos, y oí que uno de aquellos cuatro seres vivientes decía con voz que parecía un trueno: «¡Ven!» Miré, y vi un caballo blanco, y el que lo montaba llevaba un arco en la mano. Se le dio una corona, y salió triunfante y para triunfar.

Cuando el Cordero rompió el segundo sello, oí que el segundo de los seres vivientes decía: «¡Ven!» Y salió otro caballo. Era de color rojo, y el que lo montaba recibió poder para quitar la paz del mundo y para hacer que los hombres se mataran unos a otros; y se le dio una gran espada.

Cuando el Cordero rompió el tercer sello, oí que el tercero de los seres vivientes decía: «¡Ven!» Miré, y vi un caballo negro, y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. Y en medio de los cuatro seres vivientes oí una voz que decía: «Solamente un kilo de trigo por el salario de un día, y tres kilos de cebada por el salario de un día; pero no eches a perder el aceite ni el vino.»

Cuando el Cordero rompió el cuarto sello, oí que el cuarto de los seres vivientes decía: «¡Ven!» Miré, y vi un caballo amarillento, y el que lo montaba se llamaba Muerte. Tras él venía el que representaba al reino de la muerte, y se les dio poder sobre la cuarta parte del mundo, para matar con guerras, con hambres, con enfermedades y con las fieras de la tierra.

El quinto y el sexto sellos

Cuando el Cordero rompió el quinto sello, vi debajo del altar a los que habían sido degollados por haber proclamado el mensaje de Dios y haber sido fieles a su testimonio. 10 Decían con fuerte voz: «Soberano santo y fiel, ¿cuándo juzgarás a los habitantes de la tierra y vengarás nuestra muerte?» 11 Entonces se les dieron ropas blancas, y se les dijo que descansaran aún por un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus hermanos que, en el servicio a Dios, tenían que ser muertos como ellos.

12 Cuando el Cordero rompió el sexto sello, miré, y hubo un gran terremoto. El sol se volvió negro, como ropa de luto; toda la luna se volvió roja, como la sangre, 13 y las estrellas cayeron del cielo a la tierra, como caen los higos verdes de la higuera cuando ésta es sacudida por un fuerte viento. 14 El cielo desapareció como un papel que se enrolla, y todas las montañas y las islas fueron removidas de su lugar. 15 Y los reyes del mundo se escondieron en las cuevas y entre las rocas de las montañas, junto con los grandes, los jefes militares, los ricos, los poderosos y todos los esclavos y los hombres libres; 16 y decían a las montañas y a las rocas: «¡Caigan sobre nosotros y escóndannos de la presencia del que está sentado en el trono, y de la ira del Cordero! 17 Porque ha llegado ya el gran día del castigo, ¿y quién podrá resistir?»