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Quinta visión: nadie escapará

De pie, junto al altar,
vi a mi Señor que decía:
Golpea los capiteles
hasta que se desplomen los dinteles;
destroza a los que van en cabeza,
que al resto les daré muerte a espada.
Ni uno entre ellos podrá escapar,
nadie logrará ponerse a salvo.
Si se esconden en el reino de los muertos
de allí los sacará mi mano;
si suben a lo más alto del cielo,
haré que desciendan de allí;
si se esconden en la cima del Carmelo,
los buscaré hasta sacarlos de allí;
si se esconden de mí en el fondo del mar,
mandaré a la Serpiente que los muerda;
si sus enemigos los llevan cautivos,
haré que la espada los degüelle.
¡Para mal y no para bien
los tendré siempre ante mi vista!

El Señor es Dios del universo

Soy Dios, el Señor del universo;
toco la tierra y la hago estremecer,
mientras todos sus habitantes hacen duelo.
Crece toda ella como el Nilo
y decrece como el río de Egipto.
Soy el que pone en el cielo su trono
y asienta sobre la tierra su bóveda;
el que convoca a las aguas del mar
y las derrama sobre la faz de la tierra.
Mi nombre es el Señor.

No habrá privilegios para Israel

Vosotros, israelitas, sois para mí
como si fuerais oriundos de Cus
—oráculo del Señor—
si yo saqué a Israel de Egipto,
también saqué a los filisteos de Creta
y a los arameos de la tierra de Quir.

Castigo de los culpables

Tengo clavados mis ojos
—[dice] el Señor Dios—
sobre este reino pecador:
lo borraré de la faz de la tierra,
aunque no destruiré totalmente
la descendencia de Jacob,
—oráculo del Señor—.
Voy a ordenar que la casa de Israel
sea zarandeada entre las naciones
como se zarandea [el grano] en la criba,
sin que ni un guijarro caiga al suelo.
10 A filo de espada morirán
todos los pecadores de mi pueblo,
los que dicen: “No se acercará,
no nos alcanzará la desgracia”.

Promesa de restauración

11 Reconstruiré aquel día
la choza caída de David,
repararé sus brechas,
levantaré sus ruinas
y la reconstruiré como antaño,
12 para que posean el resto de Edom,
además de todas las naciones
en las que se ha invocado mi nombre,
—oráculo del Señor, que lo cumplirá—.
13 Llegan días —oráculo del Señor—
en los cuales el que ara
seguirá de cerca al segador
y el que vendimia, al que siembra;
días en que destilarán mosto los montes
y se tambalearán todas las colinas.
14 Cambiaré la suerte de mi pueblo Israel:
reconstruirán las ciudades devastadas
y volverán a habitar en ellas;
plantarán viñas y beberán su vino,
cultivarán huertos y comerán sus frutos.
15 Yo los plantaré en su tierra
y jamás volverán a ser arrancados
de esa tierra que yo les regalé,
—dice el Señor, tu Dios—.