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»También les detuve la lluvia tres meses antes de la siega. Sobre una ciudad hacía llover, y sobre otra no; en una parte llovía, y la parte donde no llovía se secó. La gente de dos o tres ciudades venía a una sola ciudad para beber agua, pero no saciaban su sed. A pesar de eso, ¡ustedes no se volvieron a mí!

—Palabra del Señor.

»Los herí con viento solano y con oruga. La langosta devoró la multitud de sus huertos y viñas, y sus higueras y olivares, ¡pero ustedes no se volvieron a mí!

—Palabra del Señor.

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