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Ciertamente nada hace el Señor Dios,
sin revelárselo a sus siervos, los profetas.
Si ruge el león, ¿quién no temblará?
Si el Señor Dios lo manda,
¿quién no hablará en su nombre?

Contra Samaría

Proclámenlo en los palacios de Asur,
pregónenlo en los de Egipto, y digan:
“Reúnanse en los montes de Samaría,
miren cómo rebosa de desórdenes,
cómo abunda la violencia dentro de ella”.

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