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24 Cuando oyeron estas palabras el capitán de la guardia del templo(A) y los principales sacerdotes, se quedaron muy perplejos a causa de ellas, pensando en qué terminaría aquello[a]. 25 Pero alguien se presentó y les informó: «Miren, los hombres que pusieron en la cárcel están en el templo enseñando al pueblo».

26 Entonces el capitán(B) fue con los guardias(C) y los trajo sin violencia porque temían(D) al pueblo, no fuera que los apedrearan. 27 Cuando los trajeron, los pusieron ante[b] el Concilio[c](E), y el sumo sacerdote los interrogó: 28 «Les dimos órdenes estrictas de no continuar enseñando en este Nombre(F), y han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas, y quieren traer sobre nosotros la sangre de este Hombre(G)».

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Footnotes

  1. 5:24 Lit. qué llegaría a ser esto.
  2. 5:27 Lit. en.
  3. 5:27 O Sanedrín.