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16 Pero cuando se fortaleció, se volvió tan arrogante que hizo algo que mostró su infidelidad al SEÑOR: entró al templo del SEÑOR y quemó incienso en el altar de incienso. 17 El sacerdote Azarías entró detrás de él junto con 80 valientes sacerdotes del SEÑOR. 18 Ellos se enfrentaron al rey Uzías y le dijeron: «No es correcto que Su Majestad ofrezca incienso al SEÑOR. Esa función corresponde a los sacerdotes descendientes de Aarón. Ellos son los que están consagrados para hacerlo. Salga ahora mismo del santuario porque está cometiendo una infidelidad al Señor, y no va a recibir honra del SEÑOR Dios por hacer esto».

19 Uzías, con el incensario en la mano, listo para ofrecer incienso, se puso furioso con los sacerdotes. En ese preciso instante, delante de los sacerdotes en el templo del SEÑOR y estando junto al altar de incienso, le brotó lepra en la frente. 20 Al ver esto el sacerdote Azarías y los otros sacerdotes, lo miraron, se dieron cuenta que le había salido lepra en la frente y lo sacaron apresuradamente. Incluso él mismo quería salir rápidamente, pues el SEÑOR lo había castigado. 21 Uzías quedó leproso hasta el día de su muerte y tuvo que vivir aislado en una casa. Se le prohibió entrar al templo del SEÑOR. Su hijo Jotán se hizo cargo del palacio real y asumió el gobierno del país.

22 El resto de los hechos de Uzías, de principio a fin, los escribió el profeta Isaías hijo de Amoz. 23 Uzías murió y fue sepultado junto a sus antepasados en un campo cercano al panteón real porque tuvieron en cuenta que era leproso. Entonces su hijo Jotán reinó en su lugar.

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