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Abías, rey de Judá

(1 R 15:1-7)

13 Abías comenzó a reinar en Judá en el año 18 del reinado de Jeroboán. Gobernó tres años en Jerusalén. Su mamá era Micaías, hija de Uriel de Guibeá. Hubo guerra entre Abías y Jeroboán. Abías enfrentó a Jeroboán con una fuerza armada de 400 000 soldados, y Jeroboán desplegó un ejército de 800 000 soldados.

Abías se ubicó en el monte Zemarayin, que está en la región montañosa de Efraín, y gritó:

«¡Escúchenme, Jeroboán y todo Israel! ¿No saben ustedes que el SEÑOR Dios de Israel les dio a David y a sus hijos la autoridad para reinar sobre Israel para siempre mediante un pacto de sal[a]? Sin embargo, Jeroboán hijo de Nabat, que era servidor de Salomón hijo de David, se rebeló contra él. Él, junto con otros hombres ociosos y perversos, se impuso contra Roboán hijo de Salomón, quien por ser un joven inexperto no pudo hacerles frente.

»Ahora ustedes se han propuesto resistir la autoridad del SEÑOR, la cual está en manos de los descendientes de David. Se han envalentonado por ser muchos y porque tienen los becerros de oro que Jeroboán les puso como dioses. ¿Acaso no expulsaron a los sacerdotes del SEÑOR, a los descendientes de Aarón y a los levitas? ¿Acaso no nombraron a sus propios sacerdotes como hacen los pueblos paganos? ¿No es verdad que consagran como sacerdote de los que no son dioses a cualquiera que tenga para pagar el precio de un becerro y siete carneros?

10 »Pero nosotros, en cambio, no hemos abandonado al SEÑOR, porque él es nuestro Dios. Los sacerdotes que sirven ante el SEÑOR son descendientes de Aarón y los que hacen el trabajo del templo son levitas. 11 Ellos ofrecen al SEÑOR, cada mañana y cada tarde, los sacrificios que deben quemarse completamente y el incienso. Además, cada tarde colocan sobre la mesa limpia las hileras de pan consagrado y encienden las lámparas del candelabro de oro. Es que nosotros mantenemos el culto al SEÑOR nuestro Dios, y en cambio ustedes lo han rechazado. 12 Fíjense que al frente de nosotros están Dios y sus sacerdotes. Las trompetas están listas para dar la orden de ataque contra ustedes. Así que, israelitas, ¡No peleen contra el SEÑOR, Dios de sus antepasados, porque no tendrán éxito!»

13 Entre tanto, Jeroboán preparó una emboscada y dio un rodeo con parte de su fuerza para atacarlos tanto de frente como por la retaguardia. 14 Cuando los de Judá vieron hacia atrás, se dieron cuenta de ello, pero era demasiado tarde, estaban rodeados. Entonces clamaron al SEÑOR y los sacerdotes tocaron las trompetas. 15 Cuando los de Judá lanzaron el grito de guerra, Dios mismo atacó a Jeroboán y a todo Israel delante de Abías y de Judá. 16 Israel se retiró, y Dios le dio la victoria a Judá. 17 Abías contraatacó con su ejército y los derrotó. Les ocasionó muchas bajas a las fuerzas de Israel, pues mató 500 000 soldados selectos de Israel. 18 Así que en esa ocasión los israelitas fueron derrotados, y los de Judá ganaron porque dependieron del SEÑOR, Dios de sus antepasados.

19 Abías persiguió a Jeroboán y le quitó en esa batalla las ciudades de Betel, Jesaná y Efraín con sus respectivas aldeas. 20 Durante el reinado de Abías, Jeroboán ya no pudo recuperar su poderío y, finalmente, el SEÑOR lo hirió gravemente y murió. 21 Por su parte, Abías se hizo cada vez más fuerte. Él tuvo 14 esposas, 22 hijos y 16 hijas. 22 El resto de la historia de Abías, su vida y sus obras, está escrito en el comentario que hizo el profeta Idó.

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Footnotes

  1. 13:5 pacto de sal Este tipo de pactos representaba una relación estrecha, segura, y permanente. Abías está diciendo que las promesas que Dios le hizo a David no se podían anular por la rebelión de los israelitas del norte.

Abías, rey de Judá(A)

13 En el año dieciocho del reinado de Jeroboán, Abías comenzó a reinar en Judá y reinó en Jerusalén tres años. Su madre era Micaías, hija de Uriel, de Guibeá.

Hubo guerra entre Abías y Jeroboán. Para ir al combate, Abías escogió a cuatrocientos mil guerreros valientes; Jeroboán, por su parte, escogió a ochocientos mil y le hizo frente.

Abías subió al monte Zemarayin, en la región montañosa de Efraín, y gritó: «¡Jeroboán! ¡Israelitas! ¡Escúchenme todos ustedes! ¿No saben que el Señor, Dios de Israel, concedió para siempre el reino de Israel a David y a sus descendientes mediante un pacto perpetuo?[a] Sin embargo, Jeroboán, hijo de Nabat, oficial de Salomón, hijo de David, se rebeló contra su señor. Unos hombres ociosos y perversos se unieron a Roboán, hijo de Salomón, cuando este era joven y débil de carácter, y se le impusieron, de modo que no pudo hacerles frente.

»Ustedes piensan que ahora, por ser muy numerosos y por tener los becerros de oro, esos ídolos que Jeroboán les hizo pueden oponerse al reino del Señor, aunque él se lo ha entregado a los hijos de David. ¡Hasta expulsaron a los descendientes de Aarón, que son los sacerdotes del Señor, y a los levitas! En su lugar han nombrado sacerdotes, y a cualquiera que trae un ternero y siete carneros lo consagran como sacerdote de los dioses falsos, tal como lo hacen los pueblos paganos.

10 »Nosotros, en cambio, no hemos abandonado al Señor, porque él es nuestro Dios. Los descendientes de Aarón siguen siendo nuestros sacerdotes que sirven al Señor y los levitas son los encargados del culto. 11 Todos los días, por la mañana y por la tarde, ofrecen al Señor los holocaustos y queman el incienso; además, todas las tardes colocan el pan consagrado sobre la mesa de oro puro y encienden las lámparas del candelabro de oro. Dense cuenta de que nosotros sí mantenemos el culto al Señor nuestro Dios, a quien ustedes han abandonado. 12 Así que Dios, con sus sacerdotes, va al frente de nosotros. Las trompetas están listas para dar la orden de ataque contra ustedes. ¡Israelitas, no peleen contra el Señor, Dios de sus antepasados, pues no podrán vencerlo!».

13 Para tenderle una emboscada a Abías, Jeroboán situó parte de sus tropas detrás del ejército de Judá, mientras que al resto de sus tropas lo mandó al frente. 14 Cuando los de Judá miraron hacia atrás, se dieron cuenta de que los israelitas los atacaban también por la retaguardia. Entonces clamaron al Señor y los sacerdotes tocaron las trompetas. 15 En el momento en que los de Judá lanzaron el grito de guerra, Dios derrotó a Jeroboán y a los israelitas, dándoles la victoria a Abías y Judá. 16 Los israelitas intentaron huir, pero Dios los entregó al poder de Judá. 17 Abías y su ejército les ocasionaron una gran derrota, matando a quinientos mil soldados selectos de Israel. 18 En esa ocasión fueron humillados los israelitas, mientras que los de Judá salieron victoriosos porque confiaron en el Señor, Dios de sus antepasados.

19 Abías persiguió a Jeroboán y le arrebató las ciudades de Betel, Jesaná y Efraín, con sus respectivas aldeas. 20 Durante el reinado de Abías, Jeroboán no pudo recuperar su poderío. Al final, el Señor lo hirió y Jeroboán murió.

21 Abías, en cambio, siguió afirmándose en el trono. Tuvo catorce esposas, veintidós hijos y dieciséis hijas.

22 Los demás acontecimientos del reinado de Abías, su conducta y sus palabras, están escritos en el comentario del profeta Idó.

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Footnotes

  1. 13:5 perpetuo. Lit. de sal; véase Nm 18:19.