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Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos. Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios. Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz,(A) es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.

Viviendo por la fe

Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; 10 llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. 11 Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. 12 De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida.

13 Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé,(B) nosotros también creemos, por lo cual también hablamos, 14 sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros. 15 Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios.

16 Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. 17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

Plegaria pidiendo la destrucción de enemigos traicioneros

Al músico principal; en Neginot. Masquil de David.

55 Escucha, oh Dios, mi oración,

Y no te escondas de mi súplica.

Está atento, y respóndeme;

Clamo en mi oración, y me conmuevo,

A causa de la voz del enemigo,

Por la opresión del impío;

Porque sobre mí echaron iniquidad,

Y con furor me persiguen.

Mi corazón está dolorido dentro de mí,

Y terrores de muerte sobre mí han caído.

Temor y temblor vinieron sobre mí,

Y terror me ha cubierto.

Y dije: ¡Quién me diese alas como de paloma!

Volaría yo, y descansaría.

Ciertamente huiría lejos;

Moraría en el desierto. Selah

Me apresuraría a escapar

Del viento borrascoso, de la tempestad.

Destrúyelos, oh Señor; confunde la lengua de ellos;

Porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.

10 Día y noche la rodean sobre sus muros,

E iniquidad y trabajo hay en medio de ella.

11 Maldad hay en medio de ella,

Y el fraude y el engaño no se apartan de sus plazas.

12 Porque no me afrentó un enemigo,

Lo cual habría soportado;

Ni se alzó contra mí el que me aborrecía,

Porque me hubiera ocultado de él;

13 Sino tú, hombre, al parecer íntimo mío,

Mi guía, y mi familiar;

14 Que juntos comunicábamos dulcemente los secretos,

Y andábamos en amistad en la casa de Dios.

15 Que la muerte les sorprenda;

Desciendan vivos al Seol,

Porque hay maldades en sus moradas, en medio de ellos.

16 En cuanto a mí, a Dios clamaré;

Y Jehová me salvará.

17 Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré,

Y él oirá mi voz.

18 Él redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí,

Aunque contra mí haya muchos.

19 Dios oirá, y los quebrantará luego,

El que permanece desde la antigüedad;

Por cuanto no cambian,

Ni temen a Dios. Selah

20 Extendió el inicuo sus manos contra los que estaban en paz con él;

Violó su pacto.

21 Los dichos de su boca son más blandos que mantequilla,

Pero guerra hay en su corazón;

Suaviza sus palabras más que el aceite,

Mas ellas son espadas desnudas.

22 Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará;

No dejará para siempre caído al justo.

23 Mas tú, oh Dios, harás descender aquellos al pozo de perdición.

Los hombres sanguinarios y engañadores no llegarán a la mitad de sus días;

Pero yo en ti confiaré.

Oración de confianza

Al músico principal; sobre La paloma silenciosa en paraje muy distante. Mictam de David, cuando los filisteos le prendieron en Gat.(A)

56 Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me devoraría el hombre;

Me oprime combatiéndome cada día.

Todo el día mis enemigos me pisotean;

Porque muchos son los que pelean contra mí con soberbia.

En el día que temo,

Yo en ti confío.

En Dios alabaré su palabra;

En Dios he confiado; no temeré;

¿Qué puede hacerme el hombre?

Todos los días ellos pervierten mi causa;

Contra mí son todos sus pensamientos para mal.

Se reúnen, se esconden,

Miran atentamente mis pasos,

Como quienes acechan a mi alma.

Pésalos según su iniquidad, oh Dios,

Y derriba en tu furor a los pueblos.

Mis huidas tú has contado;

Pon mis lágrimas en tu redoma;

¿No están ellas en tu libro?

Serán luego vueltos atrás mis enemigos, el día en que yo clamare;

Esto sé, que Dios está por mí.

10 En Dios alabaré su palabra;

En Jehová su palabra alabaré.

11 En Dios he confiado; no temeré;

¿Qué puede hacerme el hombre?

12 Sobre mí, oh Dios, están tus votos;

Te tributaré alabanzas.

13 Porque has librado mi alma de la muerte,

Y mis pies de caída,

Para que ande delante de Dios

En la luz de los que viven.

Plegaria pidiendo ser librado de los perseguidores

(Sal. 108.1-5)

Al músico principal; sobre No destruyas. Mictam de David, cuando huyó de delante de Saúl a la cueva.(B)

57 Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí;

Porque en ti ha confiado mi alma,

Y en la sombra de tus alas me ampararé

Hasta que pasen los quebrantos.

Clamaré al Dios Altísimo,

Al Dios que me favorece.

Él enviará desde los cielos, y me salvará

De la infamia del que me acosa; Selah

Dios enviará su misericordia y su verdad.

Mi vida está entre leones;

Estoy echado entre hijos de hombres que vomitan llamas;

Sus dientes son lanzas y saetas,

Y su lengua espada aguda.

Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios;

Sobre toda la tierra sea tu gloria.

Red han armado a mis pasos;

Se ha abatido mi alma;

Hoyo han cavado delante de mí;

En medio de él han caído ellos mismos. Selah

Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto;

Cantaré, y trovaré salmos.

Despierta, alma mía; despierta, salterio y arpa;

Me levantaré de mañana.

Te alabaré entre los pueblos, oh Señor;

Cantaré de ti entre las naciones.

10 Porque grande es hasta los cielos tu misericordia,

Y hasta las nubes tu verdad.

11 Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios;

Sobre toda la tierra sea tu gloria.

Plegaria pidiendo el castigo de los malos

Al músico principal; sobre No destruyas. Mictam de David.

58 Oh congregación, ¿pronunciáis en verdad justicia?

¿Juzgáis rectamente, hijos de los hombres?

Antes en el corazón maquináis iniquidades;

Hacéis pesar la violencia de vuestras manos en la tierra.

Se apartaron los impíos desde la matriz;

Se descarriaron hablando mentira desde que nacieron.

Veneno tienen como veneno de serpiente;

Son como el áspid sordo que cierra su oído,

Que no oye la voz de los que encantan,

Por más hábil que el encantador sea.

Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas;

Quiebra, oh Jehová, las muelas de los leoncillos.

Sean disipados como aguas que corren;

Cuando disparen sus saetas, sean hechas pedazos.

Pasen ellos como el caracol que se deslíe;

Como el que nace muerto, no vean el sol.

Antes que vuestras ollas sientan la llama de los espinos,

Así vivos, así airados, los arrebatará él con tempestad.

10 Se alegrará el justo cuando viere la venganza;

Sus pies lavará en la sangre del impío.

11 Entonces dirá el hombre: Ciertamente hay galardón para el justo;

Ciertamente hay Dios que juzga en la tierra.

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