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Salomón pide sabiduría

(1 R. 3.3-15)

Salomón hijo de David fue afirmado en su reino, y Jehová su Dios estaba con él, y lo engrandeció sobremanera.

Y convocó Salomón a todo Israel, a jefes de millares y de centenas, a jueces, y a todos los príncipes de todo Israel, jefes de familias. Y fue Salomón, y con él toda esta asamblea, al lugar alto que había en Gabaón; porque allí estaba el tabernáculo de reunión de Dios, que Moisés siervo de Jehová había hecho en el desierto. Pero David había traído el arca de Dios de Quiriat-jearim al lugar que él le había preparado; porque él le había levantado una tienda en Jerusalén.(A) Asimismo el altar de bronce(B) que había hecho Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, estaba allí delante del tabernáculo de Jehová, al cual fue a consultar Salomón con aquella asamblea. Subió, pues, Salomón allá delante de Jehová, al altar de bronce que estaba en el tabernáculo de reunión, y ofreció sobre él mil holocaustos.

Y aquella noche apareció Dios a Salomón y le dijo: Pídeme lo que quieras que yo te dé. Y Salomón dijo a Dios: Tú has tenido con David mi padre gran misericordia, y a mí me has puesto por rey en lugar suyo. Confírmese pues, ahora, oh Jehová Dios, tu palabra dada a David mi padre; porque tú me has puesto por rey sobre un pueblo numeroso como el polvo de la tierra.(C) 10 Dame ahora sabiduría y ciencia, para presentarme delante de este pueblo; porque ¿quién podrá gobernar a este tu pueblo tan grande? 11 Y dijo Dios a Salomón: Por cuanto hubo esto en tu corazón, y no pediste riquezas, bienes o gloria, ni la vida de los que te quieren mal, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría y ciencia para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey, 12 sabiduría y ciencia te son dadas; y también te daré riquezas, bienes y gloria, como nunca tuvieron los reyes que han sido antes de ti, ni tendrán los que vengan después de ti. 13 Y desde el lugar alto que estaba en Gabaón, delante del tabernáculo de reunión, volvió Salomón a Jerusalén, y reinó sobre Israel.

Salomón comercia en caballos y en carros

(1 R. 10.26-29; 2 Cr. 9.25-28)

14 Y juntó Salomón carros y gente de a caballo; y tuvo mil cuatrocientos carros y doce mil jinetes,(D) los cuales puso en las ciudades de los carros y con el rey en Jerusalén. 15 Y acumuló el rey plata y oro en Jerusalén como piedras,(E) y cedro como cabrahígos de la Sefela en abundancia. 16 Y los mercaderes del rey compraban por contrato caballos y lienzos finos de Egipto para Salomón.(F) 17 Y subían y compraban en Egipto un carro por seiscientas piezas de plata, y un caballo por ciento cincuenta; y así compraban por medio de ellos para todos los reyes de los heteos, y para los reyes de Siria.

Salomón pide sabiduría(A)(B)

Salomón, hijo de David, consolidó su reino, pues el Señor su Dios estaba con él y lo hizo muy poderoso.

Salomón habló con todos los israelitas, es decir, con los comandantes de mil y de cien soldados, con los jueces y con todos los jefes de las familias patriarcales de Israel. Luego él y toda la asamblea que lo acompañaba se dirigieron al santuario de Gabaón, porque allí se encontraba la Tienda de reunión de Dios que Moisés, siervo del Señor, había hecho en el desierto. El arca de Dios se encontraba en Jerusalén, en la tienda que David le había preparado cuando la trasladó desde Quiriat Yearín, pero el altar de bronce que había hecho Bezalel, hijo de Uri y nieto de Hur, estaba en Gabaón, frente al santuario del Señor. Por eso Salomón y los israelitas fueron a ese lugar para consultar al Señor. Allí, en presencia del Señor, Salomón subió al altar de bronce que estaba en la Tienda de reunión y en él ofreció mil holocaustos. Aquella noche Dios se apareció y le dijo:

—Pídeme lo que quieras.

Salomón respondió:

—Tú trataste con mucho amor a mi padre David y a mí me has permitido reinar en su lugar. Señor y Dios, cumple ahora la promesa que hiciste a mi padre David, pues tú me has hecho rey de un pueblo tan numeroso como el polvo de la tierra. 10 Yo te pido sabiduría y conocimiento para gobernar a tu pueblo; de lo contrario, ¿quién podrá gobernar a este gran pueblo tuyo?

11 Entonces Dios dijo a Salomón:

—Ya que has pedido sabiduría y conocimiento para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he hecho rey, y no has pedido riquezas ni bienes ni esplendor, ni siquiera la muerte de tus enemigos o una vida muy larga; 12 por tanto, sabiduría y conocimiento te daré. Pero además voy a darte riquezas, bienes y esplendor, como nunca los tuvieron los reyes que te precedieron ni los tendrán los que habrán de sucederte.

13 Después de esto, Salomón bajó de la Tienda de reunión, que estaba en el santuario de Gabaón, y regresó a Jerusalén, desde donde reinó sobre Israel.

14 Salomón acumuló carros y caballos; llegó a tener mil cuatrocientos carros y doce mil caballos, los cuales mantenía en las caballerizas y también en su palacio en Jerusalén. 15 El rey hizo que la plata y el oro fueran en Jerusalén tan comunes como las piedras, y el cedro tan abundante como las higueras de la llanura. 16 Los caballos de Salomón eran importados de Egipto y de Coa, que era donde los mercaderes de la corte los compraban. 17 Un carro importado de Egipto costaba seiscientos siclos de plata;[a] un caballo, ciento cincuenta.[b] Además, estos carros y caballos se los vendían a todos los reyes hititas y arameos.

Footnotes

  1. 1:17 Es decir, aprox. 7 kg.
  2. 1:17 Es decir, aprox. 1.7 kg.

Visión del sumo sacerdote Josué

Me mostró al sumo sacerdote Josué,(A) el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle.(B) Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda,(C) oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es este un tizón arrebatado del incendio? Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel. Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala. Después dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ángel de Jehová estaba en pie.

Y el ángel de Jehová amonestó a Josué, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos: Si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, también tú gobernarás mi casa, también guardarás mis atrios, y entre estos que aquí están te daré lugar. Escucha pues, ahora, Josué sumo sacerdote, tú y tus amigos que se sientan delante de ti, porque son varones simbólicos. He aquí, yo traigo a mi siervo el Renuevo.(D) Porque he aquí aquella piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos; he aquí yo grabaré su escultura, dice Jehová de los ejércitos, y quitaré el pecado de la tierra en un día. 10 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, cada uno de vosotros convidará a su compañero, debajo de su vid y debajo de su higuera.(E)

Ropas limpias para el sumo sacerdote

Entonces me mostró a Josué, el sumo sacerdote, que estaba de pie ante el ángel del Señor y a Satanás,[a] que estaba a su mano derecha para acusarlo. El ángel del Señor dijo a Satanás: «¡Que te reprenda el Señor, quien ha escogido a Jerusalén! ¡Que el Señor te reprenda, Satanás! ¿No es este hombre un tizón rescatado del fuego?».

Josué estaba vestido con ropas sucias en presencia del ángel. Así que el ángel dijo a los que estaban allí, delante de él: «¡Quítenle las ropas sucias!». Y a Josué dijo: «Como puedes ver, ya te he liberado de tu culpa; ahora voy a vestirte con ropas de gala».

Yo dije: «¡Pónganle también un turbante limpio en la cabeza!». Y pusieron en su cabeza un turbante limpio y lo vistieron, mientras el ángel del Señor permanecía de pie. Luego el ángel del Señor hizo esta advertencia a Josué: «Así dice el Señor de los Ejércitos: “Si andas en mis caminos y cumples mis órdenes, entonces gobernarás mi casa y te harás cargo de mis atrios. ¡Yo te concederé un lugar entre estos que están aquí!

»”Escucha, Josué, sumo sacerdote, y que lo oigan tus compañeros que se sientan en tu presencia y que son símbolos de lo que vendrá: Estoy por traer a mi siervo, estoy por traer al Renuevo. ¡Mira, Josué, la piedra que ante ti he puesto! Hay en ella siete ojos[b] y en ella pondré una inscripción. ¡En un solo día borraré el pecado de esta tierra!”, afirma el Señor de los Ejércitos.

10 »“En aquel día —afirma el Señor de los Ejércitos—, cada uno de ustedes invitará a su vecino a sentarse debajo de su vid y de su higuera”».

Footnotes

  1. 3:1 En hebreo satan significa adversario.
  2. 3:9 ojos. Alt. caras.