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II.— LA VENIDA DE CRISTO Y SUS CIRCUNSTANCIAS (2,1-12)

El momento de la venida

En cuanto a la manifestación de nuestro Señor Jesucristo y al momento de nuestra reunión con él, les pedimos, hermanos, que no pierdan demasiado pronto la cabeza, ni se dejen impresionar por revelaciones, por rumores o por alguna carta supuestamente nuestra en el sentido de que el día del Señor es inminente. ¡Que nadie los desoriente en modo alguno! Es preciso que primero se produzca la gran rebelión contra Dios y que se dé a conocer el hombre lleno de impiedad, el destinado a la perdición, el enemigo que se alza orgulloso contra todo lo que es divino o digno de adoración, hasta el punto de llegar a suplantar a Dios y hacerse pasar a sí mismo por Dios.

¿No recuerdan que ya les hablaba de esto cuando estaba entre ustedes? Ya conocen el obstáculo que ahora le impide manifestarse en espera del momento que tiene prefijado. Porque ese misterioso y maligno poder está ya en acción; sólo hace falta que se quite de en medio el que hasta el momento lo frena. Entonces se dará a conocer el impío a quien Jesús, el Señor, destruirá con el aliento de su boca y aniquilará con el esplendor de su manifestación.

En cuanto a la manifestación de ese impío, como obra que es de Satanás, vendrá acompañada de todo un despliegue de fuerza, de señales y de falsos prodigios. 10 Con su gran maldad engañará a quienes están en camino de perdición al no haber querido hacer suyo el amor a la verdad que había de salvarlos. 11 Por eso Dios les envía un poder seductor de forma que den crédito a la mentira 12 y se condenen todos los que, en lugar de dar crédito a la verdad, se abrazaron con la iniquidad.

III.— EXHORTACIONES Y RECOMENDACIONES (2,13—3,15)

Escogidos para la salvación

13 A ustedes, en cambio, hermanos, el Señor los ama y los ha escogido como primeros frutos de salvación por medio del Espíritu que los consagra y de la fe en la verdad. Por ello, debemos dar continuas gracias a Dios 14 que los llamó mediante el mensaje evangélico que les anunciamos para que alcancen la gloria de nuestro Señor Jesucristo. 15 Por tanto, hermanos, manténganse firmes y conserven las tradiciones que les hemos enseñado de palabra o por escrito. 16 ¡Ojalá que nuestro Señor Jesucristo y nuestro Padre Dios que nos ha amado y que generosamente nos otorga un consuelo eterno y una espléndida esperanza, 17 los llenen interiormente del consuelo y los fortalezcan en toda suerte de bien, lo mismo de palabra que de obra!

El hombre malvado

Cuando nuestro Señor Jesucristo regrese, nosotros nos reuniremos con él. Por eso, les rogamos, hermanos, que no se dejen confundir tan fácilmente. No se asusten si alguien asegura que ya llegó el día en que el Señor Jesús volverá. Tal vez alguien les mienta diciendo que el Espíritu le dijo eso, o que nosotros le enseñamos eso personalmente o por carta. No permitan que nadie los engañe. Ese día no llegará hasta que los enemigos de Dios se rebelen contra él y haya aparecido el hombre malvado,[a] que será destruido. Ese hombre está en contra de Dios y de todo lo que está dedicado a Dios. Hasta pondrá su trono en el templo de Dios, y afirmará que él mismo es Dios. Acuérdense de que ya les había hablado de esto cuando estuve con ustedes.

Bien saben ustedes qué es lo que detiene al hombre malvado, para que no aparezca antes de tiempo. Porque su plan secreto de maldad ya está en marcha; sólo falta que se quite de en medio lo que detiene a ese hombre. 8-12 Después de eso, el malvado aparecerá. Satanás lo ayudará a engañar a muchos con señales y falsos milagros. Engañará con toda clase de mentiras a los que no quisieron amar y aceptar el verdadero mensaje de Jesucristo, mensaje que podría haberlos salvado del castigo que recibirán. Dios permite que ese hombre mentiroso y malvado los engañe, para que acepten lo que es falso. Así Dios castigará a todos los que no han querido creer en el verdadero mensaje y son felices haciendo el mal. Pero cuando el Señor Jesús vuelva, con todo su poder y su gloria, destruirá con el soplo de su boca al hombre malvado, y le quitará su poder.

Confiar en Dios

13 Pero nosotros siempre debemos darle gracias a Dios por ustedes. Dios los ama, y los eligió desde un principio para que se salvaran del castigo. Los eligió por medio del Espíritu que los separó para él, y porque ustedes aceptaron la buena noticia. 14 Dios los llamó por medio de la buena noticia que les anunciamos, para que participen del poder y de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

15 Por eso, hermanos míos, sigan confiando en Dios, y no se olviden de las enseñanzas que, personalmente o por carta, les hemos dado. 16 Dios nuestro Padre es bueno; por eso nos ha amado, y nos ha dado el consuelo eterno y la seguridad de que seremos salvos. A él y a nuestro Señor Jesucristo les pido 17 que les den ánimo y fuerzas, para que siempre digan y hagan lo bueno.

Footnotes

  1. 2 Tesalonicenses 2:3 Hombre malvado: Enemigo de Dios y de Jesucristo, que aparecerá en los últimos días, antes de que el Señor Jesús regrese.

Now we beseech you, brethren, by the coming of our Lord Jesus Christ, and by our gathering together unto him,

That ye be not soon shaken in mind, or be troubled, neither by spirit, nor by word, nor by letter as from us, as that the day of Christ is at hand.

Let no man deceive you by any means: for that day shall not come, except there come a falling away first, and that man of sin be revealed, the son of perdition;

Who opposeth and exalteth himself above all that is called God, or that is worshipped; so that he as God sitteth in the temple of God, shewing himself that he is God.

Remember ye not, that, when I was yet with you, I told you these things?

And now ye know what withholdeth that he might be revealed in his time.

For the mystery of iniquity doth already work: only he who now letteth will let, until he be taken out of the way.

And then shall that Wicked be revealed, whom the Lord shall consume with the spirit of his mouth, and shall destroy with the brightness of his coming:

Even him, whose coming is after the working of Satan with all power and signs and lying wonders,

10 And with all deceivableness of unrighteousness in them that perish; because they received not the love of the truth, that they might be saved.

11 And for this cause God shall send them strong delusion, that they should believe a lie:

12 That they all might be damned who believed not the truth, but had pleasure in unrighteousness.

13 But we are bound to give thanks alway to God for you, brethren beloved of the Lord, because God hath from the beginning chosen you to salvation through sanctification of the Spirit and belief of the truth:

14 Whereunto he called you by our gospel, to the obtaining of the glory of our Lord Jesus Christ.

15 Therefore, brethren, stand fast, and hold the traditions which ye have been taught, whether by word, or our epistle.

16 Now our Lord Jesus Christ himself, and God, even our Father, which hath loved us, and hath given us everlasting consolation and good hope through grace,

17 Comfort your hearts, and stablish you in every good word and work.