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32 en Hebrón, donde lo enterraron. El rey lloró a gritos junto a la tumba de Abner y todos lloraron con él. 33 El rey David cantó este lamento por Abner:

«¿Acaso Abner murió como un criminal?
34 Tus manos, Abner, no estaban atadas,
    ni tus pies estaban encadenados.
¡Caíste en manos de perversos!»

Y el pueblo lloró más por Abner.

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