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Mi Dios, la roca en quien me refugio.

Mi escudo y mi salvación, mi asilo y mi amparo.

¡Él me libró de los violentos!

Invocaré al Señor, que es digno de ser alabado. Él me salvará de todos mis enemigos.

»Las ondas de muerte me rodeaban; torrentes del mal querían arrasarme;

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